CINCO CURIOSIDADES

Rodrigo Lussich nació en Uruguay, es uno de los periodistas de espectáculos más populares del Río de la Plata y el miércoles cumplirá 50 años. Por esto, van cinco cosas que quizás no conocímas del ex Intrusos y actual coconductor del ciclo Socios del espectáculo.

Rodrigo Lussich no tuvo una infancia sencilla. Según recordó en entrevista con Infobae, su niñez en Uruguay no fue fácil. Con su familia llegaron a tomar una casa en Pocitos, donde vivió con sus padres ya separados, y las nuevas parejas de ambos; la recuerda “hecha pelota y llena de gatos”.

Sus padres eran artistas y pasaron mucho tiempo viajando de acá para allá, con muy pocos recursos y escasa comida. Cuando tenía 8 años, en la frontera con Brasil se ofreció como aprendiz de un mimo paraguayo, quien lo ayudó a conseguir dinero para comer. Tenía 12 años, y la obstinación de dejar toda esa historia atrás, cuando llegó a Buenos Aires y comenzó a trabajar vendiendo café en las calles de la ciudad.

Según le contó Lussich a La Nación, además de vender café en las calles, asistía a un colegio en el barrio bonaerense de Pilar. “Empecé en radio a los 14. Me vieron en un acto haciendo alguna gracia y me ofrecieron un espacio en una radio amateur. Ahí hice mi primer programa con mis compañeros de la Escuela Técnica”, recordó sobre su entrada a Con buenas ondas, emitido por Radiodifusora América de Pilar. La experiencia duró tres años, hasta que ingresó a un programa de primera mañana en Pilar FM. Allí entrevistó al empresario Daniel Hadad, quien le ofreció trabajar como productor en Radio 10. “Laburé un mes y renuncié, no me gustaba ser productor. 

Yo quería estar al aire, mi ego no lo soportaba, la empecé a pasar mal, me enfermé”, admitió. Luego lo enfrentó. “Le expliqué que lo mío era el aire. ‘¿Qué querés hacer al aire?’, me dijo y yo le contesté, muy suelto de cuerpo, que mínimo un móvil. ‘Bueno, empezás el lunes’, me respondió. Me quedé cinco años”.

Su salto a la fama llegó en 2003, cuando se incorporó al equipo de panelistas de Los profesionales de siempre, el programa conducido por Viviana Canosa. Trabajó allí hasta 2008 y compartió tarea con Ángel de Brito y Adrián Pallares, su futuro compañero en la conducción de Intrusos y Socios del espectáculo. 

El año pasado, en diálogo con Sábado Show, recordó la experiencia: “De Viviana fui amigo en aquellos tiempos. Tenía como un idilio con ella. Es muy seductora, entonces en algún momento te enamorás aunque sea platónicamente. Yo estaba fascinado y me encantaba ser un ‘Viviana Boy’. Me dio mi primera trascendencia. Pero como en toda relación, cuando te conocés más, el amor se pincha un poco”. Luego, se refirió a su distanciamiento: “No pasó nada concreto, pero con el tiempo descubrís que hay gente que trabaja solo para sí misma. Uno cree que es parte de algo y después se da cuenta de que es apenas una pieza para la otra persona”.

En 2015, Lussich conducía Infama cuando se animó a hablar por primera vez en televisión de su sexualidad. Lo hizo luego de que el cantante Pablo Utrera, uno de los finalistas de La Voz 2012, decidiera quitarse la vida tras el rechazo de su familia a su sexualidad. “Yo no tuve la desgracia de ser rechazado por mi familia ni nada por el estilo; tuve una aceptación inmediata. Pero yo pude haber sido ese chico”, dijo el uruguayo. 

“Y quiero decirles que luchen mucho por esto que son. Hablar de estas cosas en televisión es muy delicado, pero desde mi humilde lugar quiero decirles que no tengan miedo nunca. Que te digan ‘homosexual’ tiene el mismo significado de que te digan ‘heterosexual’. No hay diferencia”.

En junio, durante una de las emisiones de Socios del espectáculo, Lussich habló de su deseo de ser padre. “Cuando he pensado en la paternidad siempre ha sido con una pareja. Ustedes saben que yo terminé una relación de tres años con Juampi (Juan Pablo Kildoff), hace poco, que es alguien a quien quiero enormemente, que es mi familia”, dijo. 

“Voy a cumplir 50 años y no sé si seré capaz. Lo trato, lo elaboro, lo llevo a terapia, pero no sé si seré capaz de dar ese paso”, admitió. Luego, reconoció que el miedo le impedía concretar su deseo e incluso dijo que se sentía egoísta. “Tiene que ver con una limitación mía, de no poder decir: ‘bueno, soy capaz de renunciar a estar tan pendiente de mí y estar pendiente de otro’”.