NOTA DE TAPA

Rodrigo Romano: la herida que le dejó el Mundial, por qué no volvería a Tenfield y su deseo televisivo

El periodista encabezó la transmisión más exitosa del Mundial en materia de audiencia en Teledoce. En esta nota habla de su presente laboral y su soltería.

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Rodrigo Romano. Foto: Francisco Flores
Rodrigo Romano. Foto: Francisco Flores

-En diciembre terminó el Mundial, que relataste para Teledoce. ¿Qué tuvo de especial para vos Qatar 2022?

-Fue especial desde muchos puntos de vista. Me tocó por primera vez trabajar en el canal en un evento de esa magnitud. Internamente el Mundial se preparó con dos años de anticipación, hubo una planificación realmente seria y dedicada. Me impactó cuando me dijeron que íbamos a viajar 27 personas porque prácticamente se armó un canal de televisión en el IBC. Teníamos la posibilidad de relatar y comentar con Federico (Buysan) los partidos en los estadios pero había un doble puesto de transmisión para las previas y los programas. En lo personal, compartir 42 días con personas de todas las culturas y regiones del mundo fue una experiencia muy enriquecedora, muy desgastante también porque estuvimos mucho tiempo al aire y había pocas horas de sueño.

-A pesar de eso, dos de tus compañeros, Federico Buysan y Diego Jokas, dijeron que eras el que más dormía...

-Es verdad. Yo era de los que me levantaba un poco más tarde porque, aunque no lo creas, las cuerdas vocales son un músculo que necesita descanso. Hubo algunos paseos, en los contados días libres que tuvimos, que el grupo hizo y yo me los perdí. Preferí quedarme en el apartamento. Realmente necesitaba descansar porque fue muy intenso: en mi caso relaté 29 de los 32 partidos que transmitió el canal y hubo de hasta 14 horas al aire.

-Dio la sensación que apelaste a un relato más técnico, sin muchas apelaciones a las frases que en cierto momento marcaron tu narración, como aquello del “limón” o “frutilla”, entre otras expresiones.

-Es verdad. Estoy en una etapa en la que pongo el foco sobre el partido y no tanto en la faceta “show”. Quizás, cuando me tocaba relatar el fútbol uruguayo, había momentos en que el partido caía y ahí aparecían un poco más las frases. Hoy no hay necesidad. En el producto fútbol, cuando el partido está picante, no hay que agregar nada más. La único que tiene que hacer el relator televisivo es individualizar y conocer al que está llevando la pelota. De todos modos, sigo con algunas frases para darle entrada al comentarista, como “pintá el partido” o “dale color”. Si bien ya habíamos hecho dupla en DirecTV, en el Mundial con Federico Buysan logramos un muy buena química al aire y nos entendíamos de memoria.

-Los números de audiencia marcaron una preferencia muy clara de las transmisiones de ustedes. ¿Cómo evalúas eso? ¿Te llegaban esas mediciones de rating? ¿Te motivaban?

-No me motivaban ni me dejaban de motivar. Provengo de la televisión por cable donde no estaba acostumbrado a esa dinámica de regirse por los números de rating. En lo personal y durante el Mundial pedí que no me las hicieran llegar las mediciones porque no quería que ese número, sea positivo o negativo, afectara mi forma de ser, de comunicar o de relatar. Lógicamente, al ser 27 los que estábamos en Qatar muchas veces me llegaba el comentario de que las transmisiones tuvieron éxito, pero el éxito se generó en base a la producción y la forma de comunicar, no creo que sea adjudicable al relato o al comentario. Los partidos eran los mismos en los tres canales, entonces creo que el diferencial pasó por la apuesta: la gente se levantaba y se acostaba con nosotros porque a toda hora había salidas nuestras o programas especiales desde allá. Producimos más de 270 horas en vivo desde Qatar porque teníamos todo: cámaras, editores, operadores, directores... Fue una apuesta enorme.

-En lo deportivo, ¿cuál es tu análisis del desempeño de Uruguay?

-Uruguay fue un fracaso. Como hincha enfermo de la selección me quedó esa herida abierta. Creo que el entrenador Diego Alonso vendió una cosa durante las Eliminatorias y en el Mundial apostó a otra. Claramente salió a cuidar el arco. Me parece que el futbolero merece una explicación sobre lo que pasó. Entiendo que durante estos meses de enero y febrero, Alonso está viendo si se renueva el vínculo con la selección porque en él está el pensamiento de que si sale hablar, en calidad de qué lo hace. En este momento, no es el técnico de la selección. De todos modos, hay muchas cosas que rondan el ambiente sobre la protección hacia ciertos jugadores, caso Diego Godín, que sería bueno que fuera aclaradas. Habría que responder si realmente él entendió que el Mundial lo tenía que jugar de forma conservadora o hubo algo más. Me parece crucial que el público tenga esas respuestas para terminar de juzgar lo que pasó porque todos vimos un cambio abismal entre las Eliminatorias y el Mundial. Y en un Mundial, ¿qué tenés para perder? Es todo ganancia lo que puedas conseguir. No entiendo por qué Uruguay no salió a buscarlo desde el minuto 1.

Rodrigo Romano y Federico Buysan.
Rodrigo Romano y Federico Buysan.

-Después de tu salida de Tenfield, estuviste un año en Punto penal (Canal 10) y desde fines de 2019 formás parte de Teledoce. ¿Sentís que en este canal te asentaste como figura?

-Sí, estoy muy contento. Desde el principio me hicieron sentir que valoraban mi trabajo y no solo en el aspecto deportivo. El primer día, después de la salida en Telemundo, se me acercó Gustavo Landívar, uno de los productores principales del canal, y me dijo para hacer una prueba para Trato Hecho. En ese momento, “El Loco” Abreu estaba un poco complicado con su agenda de compromisos y estaban viendo de sustituirlo. Después él pudo arreglar y siguió Sebastián pero me tenían en cuenta.

-¿Te interesaría incursionar en el conducción de un programa de entretenimientos?

-Sí y en el canal lo saben y son contestes con eso. Quizás en breve surja algún proyecto y me tengan en cuenta. Me encantaría algún formato de preguntas y respuestas. De todos modos, entiendo que en este momento tengo muchas salidas en Telemundo y los domingos vamos con el Polideportivo, que va muy bien. El perfil de periodista deportivo me ocupa casi todo el tiempo pero en el futuro quién sabe.

-¿Sos competitivo, en especial con el Polideportivo, que está en el mismo horario de Punto penal?

-Creo que la competencia es sana. A mí me tocó estar ocho meses en Punto penal en 2019 hasta que renuncié, pero quedé en buenas relaciones. Los dos programas tienen un gran equipo de producción y la mayor contra que enfrentamos es el mercado: tenemos los mismos protagonistas para hacer las notas, repartidos fundamentalmente entre Peñarol y Nacional y lo que puede generar esporádicamente algún equipo menor. El televidente con su control remoto termina eligiendo. A Punto penal no lo veo porque estoy al aire pero nosotros apostamos a que el programa tenga agilidad y diversidad: que tenga opinión, notas, móviles, análisis con Gerardo Pelusso.

-El fútbol está atravesado por una división política muy fuerte. ¿Cuál es tu visión sobre esta coyuntura?

-El tema político no es algo que me guste. Yo prefiero hablar de lo que pasa en la cancha. Pero entiendo que está ganando cada vez más terreno y tengo una opinión formada. Hay una lucha muy fuerte desde hace tiempo con los derechos de televisión de por medio. Esto es por dinero. Mientras el Consejo Ejecutivo de la AUF intenta que el fútbol obtenga el mayor rédito posible por la televisación y otros derechos subyacentes (imagen, merchandising, etc), la otra parte (Tenfield) quiere comprarlo a lo menos posible. Como toda empresa privada intenta conseguir su materia prima al menor precio. Esa es la tensión normal de todos los negocios de la vida: cuando vas a comprar un auto, vas a intentar pagarlo lo menos posible y quien vende tratará de que lo pagues a lo máximo posible. En el fútbol pasa lo mismo, solo que en el medio hay un montón de satélites y de gente alrededor que va tomando partido por uno u otro.

-En tu caso, ¿qué partido tomás?

-Yo tuve 20 años en Tenfield y siempre digo lo mismo: no todo lo que hacen es malo, ni todo lo que está del otro lado es bueno. Habría que buscar un equilibrio. Periodísticamente, yo estoy parado hoy del lado de la Asociación Uruguaya de Fútbol porque me parece que lo que se intenta es conseguir el mayor rédito posible. Ahora las partes están muy enfrentadas: ¿cómo se va a desarmar esta madeja? No lo tengo muy claro. Creo que a la larga van a seguir coexistiendo los dos porque es una realidad que el único que ha puesto dinero en los últimos 20 años por concepto de televisación ha sido Tenfield. No ha aparecido otro actor. Si mañana aparece, se compararán las ofertas y, como se hace en el mundo entero, la AUF se quedará con la más conveniente.

-Sos una de las figuras principales de AUF TV cuando ese canal hace transmisiones o previas. ¿Te han pedido o eso te pone en la situación de dar una opinión política favorable a los intereses de AUF?

-No, nunca me pidieron nada ni yo me siento con esa obligación. Más allá del lugar donde trabajás, el periodista tiene que escuchar las dos campanas, dar una visión ecuánime de las cosas y no tomar partido por ninguna de las dos partes. Eso yo lo he dejado claro en todos los lugares donde trabajo. Cuando me han convocado de AUF TV fue para relatar un partido o conducir una previa, pero no para bajar línea en materia política. Nunca me lo pidieron y no lo haría si así fuera. Por más que en redes a veces nos critican como que somos defensores a ultranza de la AUF, los comentarios de redes los tomo como parte del folclore cuando no son una demostración de odio.

-Más allá de tus relatos en Teledoce o DirecTV, que se dan ante eventos puntuales, ¿te gustaría relatar más? ¿Extrañás el relato de cada fin de semana?

-No, no extraño relatar el fútbol uruguayo. Hago tantas cosas en la semana que no lo siento como una falta. Es raro porque nací para relatar y disfruto mucho cada vez que el 12 o DirecTV tienen los derechos de un torneo, pero a aquella dinámica de todos los fines de semana no volvería en este momento.

-¿No volverías a Tenfield?

-Creo que ni por un millón de dólares. Es una manera de decir exagerada que no lo veo. La salida fue muy complicada y no solo por la salida en sí; todo el año previo fue difícil. Me parece que ellos tampoco se lo plantean.

-Pasaron cuatro años, ¿has vuelto a hablar con algunos de los directivos de Tenfield, como Nelson Gutiérrez o Paco Casal?

-No, no nos hemos cruzado. A los compañeros con los que trabajé 20 años les deseo lo mejor.

-Jorge Sanguinetti, uno de los relatores de Tenfield, tiene un estilo muy similar al tuyo. De hecho los confunden...

-Sí, hay un tono de voz parecido. Con Jorge trabajamos mucho tiempo juntos. Hemos tenido y seguimos teniendo charlas sobre procedimientos de relatos. No hay ningún problema en ese sentido. Con todos los compañeros que tuve en Tenfield quedé en muy buenas relaciones.

-En lo personal, ¿estás en pareja? Antes del Mundial viajaste de vacaciones al Caribe y hubo rumores de que no estabas solo.

-Estaba solo, sí. Por ahora no he vuelto a una relación de pareja. Me estoy tomando mi tiempo porque vengo de una separación muy compleja hace cuatro años. Mi familia hoy es mi hija Martina, que está a punto de cumplir 18, y estoy absolutamente orgulloso de la hija que tengo.

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