Sandra Rodríguez y su salida de "Punto Penal": "Mi familia requiere más tiempo"

Compartir esta noticia
Sandra Rodríguez junto a sus hijos. Foto: Leo Mainé

NOTA DE TAPA

La comunicadora dejó Punto penal tras 20 años en el ciclo de Canal 10. Motivos familiares y del rol que estaba jugando en el programa la llevaron a tomar la decisión: “Vivo una mezcla de sensaciones".

Sandra Rodríguez junto a sus hijos. Foto: Leo Mainé
Sandra Rodríguez junto a sus hijos Facundo y Joaquín. Foto: Leo Mainé

-¿Cómo fue el primer domingo sin Punto penal?

-Fue lindo almorzar en familia. Disfrutamos del Día del niño. El domingo pasado, además, fui convocada por Dexary para trabajar a nivel de campo de juego en la transmisión de Peñarol - Benfica. Lo disfruté mucho. También vivo una mezcla de sensaciones. Fueron muchos años en Punto penal, casi 20, en el programa. Pasé por muchas etapas en mi vida también. Mis hijos nacieron un 8 de junio, domingo, yo rompí bolsa en el canal. Me acuerdo que era la final del campeonato se jugaba ese día. Todos se iban al partido y yo me quedé conduciendo. Pero cuando sentí las contracciones me tuve que ir. Se quedó Mauro Mas al final en la conducción. Ese domingo, de tarde, nacieron prematuros.

-Tomaste la decisión priorizando los tiempos familiares…

-Así es. Mis hijos están más grandes y la familia en general me requiere mayor tiempo. Si bien ellos nacieron con el esquema incorporado de que mamá no está los domingos de mañana, hay otras necesidades. Facundo juega fútbol y está en el plantel de séptima de Albion. Los partidos son los domingos de mañana y nunca pude ir a verlo. Él me pidió si no dejaba Punto penal para que pueda acompañarlo, aunque me aclaró que al final era decisión mía.

-¿Cuánto te llevó pensarlo?

-Algunos meses. No fue una decisión tomada a la ligera. Lo hablé con Daniel Acevedo (productor general de Punto penal), a quien le estoy eternamente agradecida porque fue quien me dio la oportunidad. Él no quería que me fuera pero cuando planteé la situación de mis hijos, me dijo: “Contra eso no puedo”.

-A Joaquín, el otro de los mellizos, le interesa el deporte pero desde el lado de la comunicación y el periodismo deportivo. En redes sociales ha compartido notas y análisis.

-Sí. A los dos les gusta el deporte desde miradas diferentes. Mi marido (Eduardo Larrea) es nadador y ganó varias veces la travesía de Maldonado, entre otras. Creo que ellos mamaron eso. Facu es más de la fibra y el músculo mientras que Joaquín le pone cabeza. El año pasado hizo una serie de vivos con notas a deportistas. Nosotros fuimos los productores. Salió muy bien. Y ahora, en la medida en que el tiempo del liceo se lo permita, va a repetir con el Mundial de Qatar. Quiere ser periodista.

-¿Qué te genera eso?

-Yo estoy muy orgullosa de mis hijos. En el caso de Joaquín, le aconsejo que se incline por abogacía o ciencias políticas, lo que también le gusta y en paralelo la comunicación. Es un ambiente en el que no abundan las oportunidades y hay que tener paciencia. Aunque es su decisión y por supuesto que lo voy a apoyar en todo.

-¿Y a Facundo qué consejo le darías?

-Respecto al fútbol, el único consejo que yo le doy es que no se frustre a la primera vez que las cosas no salen. En estas generaciones veo que se tira la toalla rápido. Siempre les digo que si yo me hubiera rendido fácilmente, ellos no estarían en este mundo. Los busqué, los busqué y me frustré muchas veces, pero seguí intentando. 
Sandra Rodríguez. Foto: Leo Mainé
Sandra Rodríguez. Foto: Leo Mainé

Hermanos.

De 14 años, Facundo y Joaquín conocen muy bien la historia de su concepción. Por 11 años, Sandra Rodríguez y Eduardo buscaron el embarazo a través de diferentes métodos de fertilidad.

“Empezamos con fecundación asistida, luego inseminación artificial y después fecundación in vitro. Nos hicimos tres porque las dos primeras fallaron. Era la última”, asegura Rodríguez. Cada tratamiento tiene un alto costo por lo que el matrimonio se sometía cada dos años a la intervención. Además, se enfrentaban a la incertidumbre porque todos los análisis de fertilidad les daban normales a ambos.

“Si vos te quieres comprar una casa o un auto, sacás un préstamo y quedás endeudado pero tenés la casa o el auto. En nuestro caso, cuando fallaba el tratamiento, nos quedábamos solo con la deuda y nada más”, cuenta la comunicadora. “Son los mellizos de oro, literalmente hablando”, añade entre risas.

Facundo y Joaquín escucharon la historia desde niños y la valoran. “Lo agradecemos porque, como ella dice, no se rindieron”, aseguran.

Facundo cuenta que juega de lateral derecho en Albion. A Joaquín le interesa la comunicación y en las notas que realizó a diferentes deportistas, busca abordar aspectos poco conocidos del futbolista.

“El fútbol es lo importante pero también está bueno conocer a la persona detrás del deportista”, asegura.

-Punto penal tuvo varias etapas. En la última, tu espacio quedó reducido a “El alargue”, la última media hora del programa. ¿Fue para vos la peor etapa?

-No sé si decirlo así. Yo siempre dije que en la salida al aire, más que la cantidad, lo importante es la calidad del tiempo. Cuando se prende la cámara, yo doy el 100% más allá de que sea 1, 2 o 20 minutos. Es cierto que en el último tiempo extrañaba estar con mis compañeros durante toda la mañana, como sucedía antes. Me sentía más perteneciente al equipo pero ahora, al tener un programa aparte, tenía la sensación de estar afuera del equipo.

-¿Eso tuvo que ver con la decisión de irte?

-Incidió. La ecuación empezó a no dar los resultados, lo que sumado al tiempo requerido para la familia, terminó por cuadrar en una salida.

-En los programas deportivos las mujeres van cobrando protagonismo. En Punto penal está el caso más reciente de Ana Inés Martínez. En tu caso, da la sensación de que fueron pocas las veces en que estabas en la mesa cuando se debatían los temas “importantes” o se hacían las notas centrales. ¿Sentís que no dieron un lugar más relevante o te sentías cómoda en el lugar que te daban?

-Creo que las dos cosas son ciertas. Yo creo en la producción y siempre hice lo que la producción me pedía. Eso no quita que me hubiera encantado hacer otras cosas y participar de más notas y debates. Quizás había demasiadas personas en el equipo… No sé. Los productores son los acomodan las fichas en el programa y yo estaba cómoda. Si la pregunta refiere a si me hubiese gustado hacer otras cosas, la respuesta es “sí”. Ahora me saco las ganas en La hora de los deportes, donde me llamaron para conducir y ahí sí puedo, participar y hablar de todos los temas.

-¿Cómo te llegó la propuesta de La hora de los deportes?

-Llegué al programa por yom kipur (Día del perdón judío), lo que hizo que ni Alberto (Sonsol) ni Sergio (Gorzy) pudieran ejercer la conducción. Me convocaron y gustó cómo lo hice. Entonces me llamaban cada que Alberto no podía y fui durante un tiempo su suplente oficial. Después, lamentablmente pasó lo que pasó con Alberto, y quedé fija. Me divierte mucho La hora… y no incide tanto en la dinámica familiar por el horario. Me encanta ser mediadora en las polémicas. Daniel Richard me dice la “señora de los ruleros”, porque hago que se peleen.

-En tu caso, ¿practicás deporte?

-Yo jugaba al fútbol pero cuando era chica mis padres me dijeron que eso no era para niñas. En el colegio jugué mucho al handball, algo que sigo haciendo. Más adelante, me saqué las ganas e integré un equipo de fútbol femenino que se llamaba “Las brujas” y lo dirigía Jorge Seré. Me saqué las ganas.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar