ENTREVISTA

nicolás lauber

Es actor, director, profesor de actuación, también compone canciones infantiles y, ha demostrando que los límites geográficos quedaron borrados. Eso se debe a que dirige una obra que tiene funciones en España. Sebastián Bandera siempre supo que quería dedicarse al arte, y apenas pudo dejó sus dos trabajos para zambullirse en la profesión. Actualmente es parte de cuatro obras de teatro, algo inusual para un mercado tan chico como el uruguayo. Con esfuerzo, dedicación y talento, Bandera ha recibido distinciones como el Premio Florencio, aunque lo que más disfruta es poder hacer lo que le gusta.

—La obra que dirigís en España la estabas haciendo en 2020, ¿no es así?

—Sí. Se llegó a hacer una función chica y después tuvimos esos meses de incertidumbre si arrancaba o no arrancaban los espectáculos en España. Después en el camino un par de actores no pudieron seguir y tuvimos que hacer reemplazo, e hice el casting por zoom. Con las herramientas nuevas, estamos lejos pero se pueden hacer cosas. Fue un aprendizaje.

—Hasta 2020 era impensado que se pudiera hacer una obra a distancia, menos encontrar actores por Zoom.

—Sí, igual yo me negué a dar clases de teatro por Zoom, podía hacerlo y sé que muchos lo hicieron, pero creo que no es la mejor manera de enseñar actuación, menos dirigir. Pero fuimos abriendo la cabeza, nos adaptamos. La capacidad de adaptación del ser humano me parece fantástica y nos sorprendemos a cada rato.

—¿En cuántas obras que están en cartel estás involucrado?

—Cinco si contamos una que tuvo solo dos funciones. En cartel está Seis en España, Que la muerte nos separe que dirijo en La Candela, también se estrenó el jueves Pateando Lunas que tiene funciones hasta mañana, y como actor estoy en XL los sábados que hace cuatro años que estamos en cartel. Esa coincidencia de obras, más la que hice con Mariana Maesso hace poco, en un momento me dije: woow, estoy en cinco obras a la vez.

—¿La gente te ha comentado esa coincidencia?

—Hay gente que te dice “qué glamour” o “la estás juntando en carretilla” y yo les digo que eso es así porque somos uruguayos. Si me dijeras que son tres o cuatro funciones semanales, capaz que no estaba en tantas obras, más allá que como director puedas estar en más de un proyecto a la vez; pero esto es una sumatoria de búsquedas y de trabajos, de aceptar más proyectos de los que uno tomaría pero también se sabe que de tres proyectos, capaz que uno o ninguno, les termina yendo bien. Y es muy frustrante, me ha pasado de dedicarle semanas o meses, a un proyecto y que después esté poco en cartel porque al público no le gusta, la producción no llega a buen puerto o no conseguís sala. Por eso, cuando te va bien es genial y decís vale la pena. Pero también hay momentos de sombras en la carrera donde estás en tres proyectos que por una cosa o la otra no cuajan y te ponés a pensar qué hacés. No es que sacamos obras abajo de la manga, y si le dedicás seis meses a producciones que ninguna funciona tenés que tomarte más tiempo para empezar a producir las nuevas, y hay actores y actrices que pasan un año sin llegar a tener en cartel algo que se sostenga. Por eso estoy más que agradecido, es una buena racha.

—También son muchos años en la carrera, no solo como actor y director.

—Sí, escribo, dirijo, hago canciones, en todo lo que tiene que ver con las artes escénicas me he metido muy a fondo. Hay que jugar en todos los terrenos. Yo hice diseño gráfico, soy licenciado en ciencias de la comunicación lo que me ha dado herramientas de comunicación y armo equipos de gente muy buenos. Eso se debe a que sé un poco de cada cosa y está bueno ser curioso y formarte en varias áreas porque por ahí no me recibí de Diseñador gráfico propiamente, pero tengo conocimientos y si no me dedico yo le puedo decir a alguien lo que quiero. Sé el trabajo que lleva al productor, porque lo he sido y respeto su trabajo como el técnico de cualquier rubro hacer lo que se le pide, por eso los respeto. Otra cosa que intento hacer es no cargarme de responsabilidades en áreas que no sé. Siempre fui muy de a poco. Por muchos años fui solo actor, y me tomé mucho tiempo en decidirme a dar clases o ser director.

—¿Por qué tanto tiempo para empezar a dar clases?

—Me insistieron mucho, pero antes de decidirme a hacerlo tomé talleres y cursos específicos de docencia y pedagogía acá y en Argentina, porque si me mandaba iba a tener herramientas sólidas. No soy de creer mucho en los horóscopos pero dicen que la gente de Capricornio no damos un paso en falso, tenemos que saber qué hay adelante. Entonces siempre trato de tener tanteado el terreno, o contar con herramientas para poder avanzar en eso. Creo que no he hecho mal porque algo de eso se empieza a notar, y el hecho de que la gente quiera volver a trabajar conmigo es un buen termómetro. Me gusta que nos llevemos bien, conformar grupos armoniosos, que pasemos divertido, meto mucho sentido del humor tanto en adolescentes como adultos. Si tenemos que estar en cinco o seis obras para hacernos un sueldo mensual, no es por la plata que estamos en esto. Entonces hay que pasarla bien.

—¿Cuándo decidiste dedicarte 100 por ciento a la actuación?

—En 2015. Ahí dejé los trabajos que me daban el marco rutinario porque iba a contrapelo de lo que quería hacer y lograr. La decisión me llevó a esto. Tenía en ese entonces dos trabajos y en paralelo hacía lo artístico, los fines de semana eran para el teatro y entre semana trabajaba todo el día. Al final terminé diciendo cuando tuve muchas propuestas que no podía tomar por los trabajos que económicamente me daban mucho más, pero me quitaban tiempo. Fue hacer ese clic y en ese momento empecé a trabajar con Diego Sorondo, di clases en las principales escuelas de actuación al mismo tiempo, y después decidí no dar tantas clases porque eso te lleva tiempo de planificación. Fue un camino orgánico y si bien trabajo como si estuviera en los dos laburos, me dedico a lo artístico que es lo que me gusta.

—Además de actor y director hacés canciones para musicales. ¿Cuándo comenzó?

—Me había convocado una productora para trabajar en musicales, escribí tres musicales y desde entonces me llamaron productores para hacer las canciones para Pulgarcito y Robin Hood y para el público que no sabe, mucha de la ganancia que el teatro tiene es para los autores. Quienes más ganan en general por cualquier obra no son los actores ni el director son los autores. Me quiero dedicar más a la autoría, pero necesito otros tiempos y, además, hay gente que lo hace mejor que yo. Si bien gané un premio por canciones, no podés abarcar todas las carreras a fondo. Tal vez, cuando sea más veterano y si la vida me dice que me tengo que quedar quieto, no voy a poder actuar, pero sí voy a poder escribir. Por eso las cosas que me mueven más en la escena son las que elijo ahora y lo que tiene que ver con estar en tu cuarto para escribir, prefiero dejarlo para más adelante.