ENTREVISTA
La bebé que esperan para fines de enero se llamará Guadalupe y corona los dos años y medio de relación entre el periodista y la bailarina y docente.
Sebastián Giovanelli (41) y Paola Garabedian (39) están en la dulce espera de su primera hija juntos: se llamará Guadalupe y corona los dos años y medio de relación entre el periodista y la bailarina y docente. De acuerdo a los pronósticos, la flamante integrante de la familia llegará a finales de enero.
Pero la buena nueva del embarazo esconde también una historia con un comienzo menos auspicioso. Si bien ambos ya son padres de vínculos anteriores, se habían planteado la paternidad juntos pero luego de intentarlo un tiempo, casi habían perdido las esperanzas.
“Tuve un problema de salud y un montón de valores me habían dado como los de una persona mayor de 60 años. Incluso se mencionó la posibilidad de la infertilidad”, asegura el periodista de Sport 890 y Subrayado.
Aunque la raíz de este padecimiento sería una condición congénita, comenzó un tratamiento que revirtió los resultados. El proceso se coronó con un test positivo de embarazo.
“Fue una gran sorpresa. Lo habíamos casi descartado y de pronto tuvimos la noticia”, comenta la responsable de la Escuela de Ballet y Flamenco Pocitos. “Muy felices y sorprendidos... nuestros hijos también”, agrega.
Sobre la expectativa del sexo, la pareja repite una frase ancestral: “mientras sea sano, que sea lo que sea”. Pero cuando supieron que se trataba de una niña, lo valoraron especialmente.
“Está bueno porque tenemos dos varones. Es una experiencia nueva para los dos. Vivirlo juntos está buenísimo”, dice Garabedian.
La elección del nombre no fue apresurada. En virtud de la extensión de los apellidos de la niña en camino, “Guadalupe” les pareció una buena opción. También consultaron con los hijos y finalmente hubo humo blanco familiar. “Fue aceptado por todos”, cuenta la artista.
La docente de danza continúa con sus clases en cuanto el embarazo ha sido llevadero. “A veces doy una indicación y me siento un poco. Pero mientras pueda voy a seguir trabajando”, asegura y valora el trabajo con música para esta instancia de la gestación.
Con todo, el cuerpo nota los cambios: experimenta mayor sensibilidad y cansancio.
En el capítulo antojos, la pareja cuenta una historia de domingo por la tarde. Paola Garabedian quería una carrot cake y Sebastián Giovanelli salió en su búsqueda. Consultó en varios comercios y terminó estacionando frente a una panadería en la zona del Prado. Le dijeron que estaban justo horneando una torta de zanahoria: en una hora quedaba pronta.
Como enfrente había un supermercado cruzó a probar suerte y la encontró. Había una carrot cake. Pero volviendo, torta en mano, el periodista deportivo se encontró con los inspectores de tránsito tomando los datos de su vehículo. En la vereda de la panadería no se podía estacionar.
“Disculpen, pero mi señora tuvo un antojo y me bajé rápido”, les dijo. “Giovanelli, no podés parar acá. Que sea la última vez”, le respondieron y le perdonaron la infracción, según el relato del periodista.
Todoterreno.
Sebastián Giovanelli lleva más de un año como periodista en Subrayado. Si bien comenzó y afianzó su carrera como comunicador deportivo, le llegó la oportunidad de ampliar el espectro y se lanzó.
Hoy, además, conduce las mañanas de la 890 AM con Apertura Sports, un noticiero que en las mediciones marcó muy bien y que también está enfocado hacia la información general.
Además, continúa en 100% deporte y ¿Usted qué opina? y La hora de los deportes en Canal 5. La última noticia proviene de una cadena extranjera: ESPN requirió los servicios de Giovanelli para comentar los partidos del fútbol uruguayo en la transmisión para el resto de América.
¿Qué pasaría si se enfrenta a la situación de optar entre el periodismo deportivo o la información general? “No me lo planteo. Estoy contento con lo que hago en la radio. Quiero continuar con el deporte porque es lo que más me dio”, asegura.
Para su labor en Subrayado, le ha tocado todo tipo de coberturas. “Notas a políticos, médicos, psicólogos... Todo menos deporte”, describe.
La pluriactividad del periodista hace que prácticamente no tenga días libres. “Con la familia nos adaptamos ya a esos horarios”, asegura Garabedian.
Polémicas.
Giovanelli, como otros colegas, ha sido mencionado en diferentes campañas en redes sociales de repudio por tal o cual comentario. “He sido periomanya y prensa blanca al mismo tiempo. En diferentes etapas me pegaron de todos lados”, asegura.
Con Javier Moreira, relator de Pasión tricolor (1010 AM), tuvo diferentes que hasta hoy determinan el diálogo cortado. Del otro lado, ha sido incluido entre los periodistas denominados “prensa blanca”, con supuesta simpatía hacia Nacional.
“Un día, Moreira, que trabaja para el hincha de Nacional, dijo que yo estaba haciendo un mandado porque había informado que (Jorge) Fucile tenía chance de volver a Nacional. Conté que Eduardo Ache lo había llamado, aunque luego Ache lo desmintió. Pero todos sabemos, Ache, creo que Moreira y yo, que en realidad lo había llamado pero no convenía decirlo”, relata Giovanelli.
“Al fin de semana siguiente, fui a la cabina y le dije que no había estado bueno lo que hizo, que me tiraba la gente en contra. Él, que estaba mal por un problema técnico que había con la transmisión, me habló mal. Y se armó un tumulto al santo botón. Desde ahí, quedamos cruzados, más bien él conmigo”, agrega.
Otro incidente reciente agravó las cosas. En plena pandemia, Giovanelli seguía un partido en que jugaba Progreso y escuchó que alguien desde la tribuna insultaba al jugador Rodrigo Rojo. Como no se permitía entrada de público en general, Giovanelli cuestionó que un “allegada” se expresara así. Resultó ser que el autor del insulto era un periodista partidario de Nacional y Moreira y equipo pensaron que Giovanelli lo había denunciado cuando en realidad no sabía de quién se trataba.
Por otro lado, el periodista considera que la movida de la “prensa blanca” es “armada”. “Yo perdí en un día 1.500 seguidores de Twitter. Para el número total que tengo (105.000) no es mucho pero me costó luego recuperarlos”, cuenta.
“Creo que fue orquestado. No sé si por algún dirigente, no creo que entren en esa, pero también es cierto que pocos dirigentes se tomaron la molestia de llamar a los periodistas involucrados para desmarcarse de la situación”, agrega.
Las sospechas de una organización detrás provienen de lo rápido y simultáneo que se dio el movimiento con el hashtag “prensa blanca” y que llamaba justamente a dejar de seguir (o de escuchar) a determinados periodistas.
Con todo, Giovanelli valora que trabaja desde 2018 y solo ha protagonizado estas polémicas. “Para lo que son las redes hoy, me parece que voy bien”.