Sebastián Iturria, el uruguayo que se animó a soñar y actúa para la Televisión Española

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Sebastián Iturria. Foto: Difusión

ENTREVISTA

El actor que interpreta a Lucas en la serie diaria "Mercado Central" repasa su carrera, la llegada a España y cuenta cómo es actuar con protocolos

Sebastián Iturria. Foto: Difusión
Sebastián Iturria. Foto: Difusión

Con 19 años armó sus valijas y se fue hasta Nueva York para estudiar actuación. Cuando se terminó la visa de estudiante se mudó a España, aprovechando que tiene esa nacionalidad. Desde chico miraba, junto a su abuela, las series diarias de la Televisión Española, y tres años después de llegar a Madrid, con apenas 27 años lo confirmaron para que integre el elenco de la serie diaria Mercado Central, cuyos episodios ya filmó. La historia de Sebastián Iturria es la del actor que se animó a crecer y a buscar cómo poder seguir su pasión: el mundo artístico, aunque cuando llegó a Nueva York no tenía decidido si seguir como actor o director.

En esta entrevista con Sábado Show, Iturria repasa su vida, carrera y también cuenta cómo es trabajar en una serie diaria, las dificultades de una filmación maratónica y las medidas adoptadas para prevenir los contagios de Coronavirus en la televisión española.

—Estás en Montevideo pero venís de Madrid de filmar la serie Mercado Central.

—Exactamente. Estuve trabajando, también estudiando, haciendo cursos. Hace tres años me mudé para ahí. Antes estaba en Nueva York donde fui para estudiar la carrera de actuación en cine, televisión y también doblaje. Después de esos cuatro años, cuando la Visa de trabajo se terminó, me mandé hasta Madrid que tengo nacionalidad para ver qué pasaba. Fue un empezar de cero de nuevo y ahí estoy hace tres años. Para esta serie hice el cásting en junio y en agosto ya empecé a grabar.

Sebastián Iturria. Foto: Difusión
Sebastián Iturria. Foto: Difusión

—En IMDB figura que filmaste más de 30 episodios de la serie.

—Pasa que Mercado Central es una serie diaria que funciona mucho en España. De chico era fanático de Cuéntame que miraba con mi abuela; o Amar es para siempre. Entonces esos son series diarias, de lunes a viernes, una hora. Son episodios que se graban al palo. Imaginate que en tres meses grabamos 70 episodios, fue como muy frenético.

—A ese ritmo no podés ni enfermarte un día.

—No podés, claro. No sé cómo hacen los actores, seguro que alguno se toma alguna vitamina para estar siempre bien. Se trabaja todos los días, ocho horas diarias. Todo el mundo trabaja a una velocidad rápida, desde los guionistas que tienen que armar tramas con 20 personajes a la vez, que funcione y no se equivoquen con cosas anteriores, a los directores. En la serie tenemos cinco directores en todo momento y tenemos dos directores trabajando en simultáneo en dos platós diferentes. Es una locura, estuvo increíble. Y después los que editan la serie que sacan capítulos como churros. Antes era fanático de las series de plataformas, por las actuaciones, y cuando veía una serie diaria no me gustaba mucho esa forma de actuar. No quiero actuar en una serie diaria pensaba, pero ahora los admiro completamente porque se tienen que memorizar cosas en el momento, tienen que estar todos los días dándole, es un trabajo muy difícil.

Sebastián Iturria. Foto: Difusión
Sebastián Iturria. Foto: Difusión

—¿A ese ritmo, te pasó de olvidarte la letra?

—No, pero hay un actor que es toda una celebridad española que se llama Boris Izaguirre que usaba un audífono y no sabes lo bien que lo hacía. Es todo un arte, porque él se toma su tiempo hablando y tiene claro que si se pasa un segundo más, lo pueden cortar. Está muy bien trabajado y sabe muy bien cómo trabajar eso.

—¿Cómo fue verte en la televisión española?

—Me vino a ver un amigo cuando se estrenó el primer episodio. Yo estaba muy nervioso porque era la primera aparición en público ante tanta gente, más de un millón de espectadores, y es una sensación rarísima. Desde la introducción aparezco en la entrada y fue muy emocionante. Salió mejor de lo que creía porque estaba muy nervioso el primer día de grabación, pero lo bueno es que se justificaba porque mi personaje entraba pidiendo un puesto en una frutería. Entonces el nervio ayudaba a la actuación. Un amigo me decía no podías haberlo hecho mejor, porque se notaban los nervios.

—¿Habías trabajado en Uruguay antes de irte a Europa?

—El año pasado hice un mediometraje que se emitió en la televisión, con un programa especial sobre la marca Ayax que dirigió Cali Ameglio. Yo presentaba la historia de la marca que escribió Hugo Burel. Entonces eran los 75 años del Uruguay a través de la marca, y yo era Ayax. Fue tremendo proyecto y justo en esa época había fallecido mi tío y al ser un tema tan uruguayo y que mi tío hubiera estado vinculado a los autos, estuvo bueno porque fue un poco dedicado a mi tío.

Sebastián Iturria. Foto: Difusión
Sebastián Iturria. Foto: Difusión

—¿Te pasó algo así haciendo Mercado central?

—Sí. En todo momento estuve pensando en mi abuela que era la fan número uno de la televisión española y estos programas que se los devoraba. Por suerte vivió, tenía 96 años, me llegó a ver en Mercado Central.

—Pese a tener la nacionalidad española, ¿fue complicado conseguir trabajo por el acento que tenemos los uruguayos?

—Sí. En algunos sentidos me cerró algunas puertas, pero también abre otras puertas porque no hay muchos uruguayos, y ahora en todas las series de plataformas hay más posibilidades para latinos. Entonces eso te distingue. Hay gente que no quiere ser catalogada como una sola cosa y hay otra que quiere encasillarse para de ahí armar una carrera. Mi personaje en la serie es uruguayo, así que llama la atención de por sí, en medio de un mercado español. Igual me encanta todo lo que tiene que ver con los acentos y en estos tres años ya manejo el castellano neutro. Me han mandado castings en castellano neutro y digo el diálogo así para que no hayan dudas.

—¿Eso fue gracias a lo que estudiaste en Nueva York?

—Sí, en Nueva York había mucho trabajo de la voz. También tomé muchas clases particulares para tener un inglés neutro, lo que es muy difícil. Con las clases me di cuenta que era bueno, y me cuelgo escuchar acentos para imitar.

—¿Cómo hacés?

—Busco algún artista con muchas entrevistas y me pongo a escucharlo para que sea una misma voz y lo voy imitando de a poco.

—¿La familia siempre te dio para adelante?

—La verdad que sí, me dieron para adelante. Mi padre es pintor y fue el primero en darme para adelante. Siempre me gustaron las películas y el cine y no sabía si dirigir o actuar; pero sentía que quería probar a ver si podía hacerlo, estar en la aventura de ser actor era como una aventura en sí.

—¿Qué planes tenés para el futuro?

—Desde que me fui no estuve más de dos meses seguidos en Uruguay. Ahora con la pandemia y todo lo que está pasando me parece bien estar acá porque puedo estar con mi familia, reconectar con mis amigos de siempre. Porque cuando me iba me enganchaba mucho con lo que me pasaba allá y algunas cosas van pasando. Entonces tengo ganas de hacer cosas acá. En España tengo una manager y tengo un taller de actuación como si fuera el Actor’s Studio, pero a nivel español y lo puedo hacer por Zoom. Eso lo sigo teniendo, y hago castings para España porque todo es por Zoom. De hecho el casting para Mercado Central fue por Zoom, el director me conoció cuando ya me habían mandado el contrato y llegaba al estudio. Le dijo a una actriz: me voy que tengo que ir a saludar a Lucas, el personaje nuevo.

—¿Cómo fue estar en los estudios de Televisión Española?

—No lo podés creer, es una locura. Llegué y no lo podía creer, encima llego y tengo un camerino con mi nombre, sillón, espejo gigante, comida, cafecito, todo lo que quisiera. Filmé todo porque no lo podía creer.

—¿Fue complicado encontrarle el ritmo a la forma de trabajar?

—El primer día de rodaje fue una locura porque el ritmo que llevaban, porque una escena de cinco minutos la graban en 45, una barbaridad de rápido que va. En esos 45 minutos tenés el primer ensayo con el director, la pasas dos veces y ya pasaron los 45 minutos. O sea, es toma de un lado, del otro lado y te dicen: secuencia hecha.

—Seguro que tiene que dar un buen entrenamiento

—Sí. Ahora lo que quiero es ensayar meses, para tener una experiencia distinta, eso me encantaría, o hacer teatro, algo con mucha práctica. Porque esto es como estar activo todo el día.

—Así que no hay mucho tiempo para eso de “meterse en el personaje”.

—No, pero de hecho para mí este personaje de Mercado Central, de todas las cosas que he hecho fue con quien más intenté hacer un personaje. Hay muchas tendencias en Estados Unidos de actuar desde uno mismo, pero este personaje de Lucas, quería hacer un personaje distinto a mí. Aparte estando solo en España iba a los rodajes y en casa seguía trabajando porque no tenés mucha vida social. Te mandan los libretos enormes y filmás varios episodios por día.

—¿Cambió mucho la forma de trabajar desde que surgió el Coronavirus?

—Sí, estamos hasta el momento antes de grabar, de tapabocas. Incluso los ensayos son con tapabocas. En un momento al equipo técnico, entre escena y escena, les dije que no los conocía porque no les vi la cara a ninguno, y uno por uno se fueron sacando la mascarilla para presentarse.

—También hiciste una película, El año de la furia. ¿Cómo fue esa experiencia?

—Es una película de Rafa Russo, que es una corproducción española y uruguaya. Es sobre el año en que inicia la dictadura en Uruguay, y hay terribles actores como Joaquín Furriel, Alberto Ammann y Martina Guzán. La filmé en 2019 pero no salió el año pasado por el tema de la pandemia y este año se va a estrenar oficialmente.

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