NOTA DE TAPA
La conductora de Vespertinas y Arde la ciudad habla de su otra pasión: aprender del oficio de barmaid en el que se está formando por hobbie e interés en los tragos.
-¿Por qué barmaid? ¿Qué te atrajo de esa disciplina?
-Para mí la coctelería es un hobbie, no lo pienso como una profesión, pero está bueno contar con espacios distintos, de disfrute y en la coctelería encontré un lugar en donde puedo crear, divertirme y explorar otras sensibilidades. Cuando pienso de dónde viene, me es difícil ubicar un momento o un por qué. Creo que tiene que ver con un espíritu de celebración que siempre tuve, desde chica. Me gusta mucho el ritual de festejar, de agasajar a quienes quiero, de celebrar desde lo más pequeño a lo más grande, de lo más simple a los más complejo. A veces pienso que vivimos muy acelerados y nos cuesta parar y disfrutar el simple hecho de tener un buen día. Hace unos años empecé a interesarme por la movida de los tragos de autor. Nació más como una experiencia de visitar bares, pubs en Buenos Aires, Río de Janeiro y también en Montevideo. Recuerdo cuando abrió Negroni vino una barmaid que se llama Chula y era genial porque llegabas y te preguntaba cuáles eran tus gustos. En base a eso, ella te preparaba un trago. Me pareció fascinante. A partir de ahí comencé a buscar alguien que me pudiera enseñar el arte de mezclar y después de un tiempo, empecé las clases con Santiago Urquhart. Ahora a raíz de la emergencia sanitaria tuve más tiempo para leer libros, practicar fórmulas de otros bartenders así que vamos a ver cómo sigue esta experiencia.
-¿Cuáles son tus tragos preferidos?
-Me gusta mucho el Gin Tonic, el clásico y los resignificados. Me gustan los clásicos como el Daiquiri y los más modernos como puede ser un Cynar Julep. Pero lo que más me gusta es probar tragos de autor. Disfruto mucho de ir a un lugar y que quien esté detrás de la barra te pregunte qué sabores te gustan y que te prepare un trago. Es una experiencia de sabores increíble.
-Ya has compartido recetas de tragos en vivos de Instagram, ¿qué devolución estás encontrando de los seguidores?
-La verdad es que la devolución es maravillosa. La gente se engancha y te consultan cómo hacer tal cosa, te piden que hagas otra, es un ida y vuelta muy enriquecedor. Desde el año pasado que empecé a aprender y a subir parte de mis clases, la gente se copó porque tiene eso de creatividad, de amor, de magia, de entretenimiento, de compartir, de servir, como sucede con la gastronomía. En estos momentos todos estamos más abiertos a aprender, tenemos más tiempo, esta pandemia nos obligó a parar y a mirar otras cosas y eso es genial.
-Comenzaste en Arde la ciudad (Radio Cero) en marzo, ¿cómo te sentís en la conducción radial?
-Es un equipo alucinante. Nos reunió Franco Benvenuto y logró un tridente explosivo. Fue genial porque nunca habíamos trabajado juntos y desde el principio nos ensamblamos bárbaro. Nico (Núñez) y Robert (Moré) son tremendos compañeros, nos apoyamos, nos divertimos, entendemos que nuestro trabajo es en equipo y que implica informar a la gente pero principalmente divertirla. Hace años que quería volver a hacer radio, fue mi primera pasión digamos, Estuve 5 años en Radio Sarandí y para mí fue una universidad acelerada, amé esa experiencia y aprendí la magia de la radio. Después la vida me fue llevando a otros proyectos pero siempre añoraba volver y las veces que me llegaron propuestas no cuadraban por horarios y demás. Y de pronto llegó Arde y todo cuadró. Así que me siento muy feliz de estar en Radio Cero.
- A lo largo de tu carrera televisiva has manejado temáticas diversas: cultura, espectáculos, moda y hoy estás enfocada en la actualidad con Vespertinas. ¿con materia prima de la información te sentís más cómoda?
-Hoy me siento muy cómoda donde estoy. Vespertinas es el programa más versátil y desafiante en el que haya trabajado. Pero más allá de eso, creo que todos los lugares donde estuve me fueron formando para llegar a quién soy hoy. Cada proyecto en el que trabajé tuvo su momento, su ciclo y su por qué. Y seguro vendrán más, distintos y bienvenidos sean.
-¿Sentís que en algún momento te han encasillado?
-Para nada. Siempre trabajé para tener proyectos diferentes, soy bastante camaleónica, me gusta ir cambiando, probando. Siempre digo que estoy compuesta de cajas y en cada una de ellas hay gustos, intereses, temáticas diferentes y en mi profesión intenté ir pasando por cada una de ellas, experimentando y es un ejercicio de mucho crecimiento, evolución, maduración. Es el camino que elegí, el que me gusta recorrer y todavía tiene muchos kilómetros por delante.
-Vespertinas tiene una mirada de género en muchos temas, incluso fue polémico y pionero en emplear lenguaje inclusivo en la TV uruguaya en un gráfico. ¿en qué lugar del “ejército” que lucha por la igualdad de género te ubicás? ¿Adelante o más en el pelotón?
-No me considero parte de ningún ejercito. Sigo mis convicciones y soy fiel a eso. Creo fervientemente en la igualdad de las personas, creo que todos los seres humanos tenemos derecho a llevar un vida libre, digna, sana, una vida que nos haga felices. Desde mi lugar trato de aportar un grano de arena y si desde ahí, puedo ayudar a alguien en lo privado, lo hago, eso me da más satisfacción que lo público. Pienso que pocas cosas me brindan tanta felicidad como terminar el día pensando en que hice todo por ayudar a alguien, por ser mejor persona, por ser más empática, por alcanzar un sueño, cualquiera sea, desde el más chiquito al más grande.
-Tras algunos casos de los últimos meses (cierta tibieza en la condena al intendente de Colonia, Carlos Moreria o un ministro que compara abigeato con femicidios), ¿Crees que el nuevo gobierno, específicamente en los aspectos de género, implica un retroceso?
-Vivimos en un mundo muy complicado en el que cada uno escucha o lee lo que quiere. Soy muy cuidadosa cuando hablo de temas sensibles como estos. Es difícil opinar y ponerse en los pies de alguien que sufrió algún tipo de violencia. Creo que toda persona que se aleje de las buenas costumbres, que cometa un abuso (de cualquier tipo), que use su posición en la vida para ejercer su poder por sobre otro debe ser juzgado por la justicia. Uruguay tiene un sistema jurídico muy respetable (en el acuerdo o en el desacuerdo) y creo fervientemente en él. No creo que haya un retroceso en los aspectos de género, por ahora. Me parece apresurado evaluar un gobierno que asumió hace tres meses y que a los 10 días se enfrentó a la peor crisis sanitaria de los últimos tiempos.
-En cuanto a lo laboral, ¿es un mito aquello de que es más fácil trabajar con hombres que con mujeres?
-No lo sé. Trabajé con personas complicadas y con personas que son geniales con las que mantuve el vínculo más allá de los trabajos. No me parece que sea una cuestión de género, sí una cuestión de integridad, de personalidad, de respeto.
-¿Cómo estás sobrellevando la época de distanciamiento social? ¿Qué es lo más difícil? ¿Y qué aspecto positivo rescatás?
-En realidad sería injusto quejarme de la cuarentena porque nuestro trabajo nunca para. Al revés, quienes trabajamos en los medios de comunicación tenemos más trabajo que nunca. En lo que sí lo sentí fue en el distanciamiento con mi familia y amigas. Estuve casi dos meses sin ver a mis padres, mis hermanas, mis sobrinas, mis amigas, y fue difícil. Durante la semana en la vorágine del día a día pasa, pero cuando llega el fin de semana y te encontrás sola, es complicado. De cualquier manera aproveché para leer mucho, estudiar, practicar coctelería, escribir, hacer cosas en casa. Es difícil que yo me aburra, siempre encuentro algo que hacer.
-Has compartido muchas fotos con tu perro Río. ¿Desde cuándo lo tenés? ¿Qué lugar ocupa en tu vida?
-Río tiene 9 años, nació en casa, es hijo de Narda, mi primera perra que fue muy especial en mi vida. Río es como mi hijo. Quienes aman a los animales y tienen un vínculo cercano con ellos me entenderán perfectamente. Ellos son nobles, tienen un amor absolutamente desinteresado, es puro, incondicional. A veces me encuentro en casa riéndome como loca porque no puedo creer que me entienda tanto. Siempre digo que es humanoide porque es impresionante cómo percibe todo. Si estás bien, si estás mal, si estás enfermo, triste o feliz para salir a disfrutar del día con él.
-¿Cómo descubriste la práctica de SUP? ¿Y qué sientes arriba de la tabla?
-Sí, me compré una tabla este verano. Hacía mucho tiempo que tenía ganas de hacerlo. El verano pasado, en diciembre, alquilé dos veces para probar a ver si me copaba y lo disfruté muchísimo. Un día iba caminando de mañana por la Ramírez y me di cuenta que perfectamente podía hacer SUP en Montevideo, tenemos kilómetros de costa en la capital y a veces la disfrutamos poco y ahí tomé la decisión. No lo hago como deporte, recién arranqué y estoy aprendiendo, por ahora me lo tomo mas una actividad recreativa porque soy novata. Es difícil de explicar pero fue un antes y un después de subirme a la tabla. Quizás sea la sensación de libertad, de paz cuando estás en el agua, ese ruido silencioso que sentís, quizás la felicidad de disfrutar de un actividad con Río, mi familia, amigos. No lo sé, pero lo que sí sé es que me hace feliz.
-Luego de una separación hace un año, ¿el amor ha vuelto a tu vida?
-El amor nunca se fue, siempre estuvo en mí, el amor se manifiesta de distintas formas y en este tiempo digamos que me reencontré. En realidad no hay mucho por compartir. Soy bastante reservada con mi vida privada. Al tener una vida profesional que se basa en lo público, prefiero reservar lo privado para mí.
-¿Cuáles son tus planes para cuando vuelve la “normalidad”?
-El 2020 vino acelerado para mí, hice de todo y a veces creo que estamos cerca de fin de año. Comencé con un montón de proyectos que ya son conocidos y con otros que se están gestando. Soy muy agradecida por todo lo que estoy viviendo. En este momento, tan complicado para todos, tener trabajo es una bendición. Pero mis planes para la nueva normalidad es poder irme de vacaciones. No me tomé licencia, tenía un viaje a Brasil en Semana Santa y obviamente lo tuve que cancelar así que tengo ganas de proyectar esas vacaciones que obviamente serán en Uruguay, pero sí descansar un poco para poder tomar energías y seguir adelante.