Redacción El País.
De 31 años, la modelo y estudiante de Derecho Sofía Sosa Gómez será la representante uruguaya en Miss Sudamérica 2025, certamen de belleza que se disputará a mediados de año en Perú. El año pasado, fue candidata a Miss Universo Uruguay por el departamento de Maldonado, donde nació y vive en la actualidad. Hija de una familia de clase media, la mujer empezó a los 30 años en el mundo de los reinados y gracias a la apertura para las convocatorias, que buscan historias de mujeres reales.
—Serás la representante uruguaya en Miss Sudamérica, ¿qué implica ese desafío?
—Estoy muy feliz porque el reinado es un sueño que tuve durante toda la vida, desde la adolescencia en adelante. Pero más allá de que siempre lo soñé, nunca imaginé que se fuese a dar de esta forma en que se dio, a una edad atípica y con mucha rapidez Sobre el certamen, la final será en junio en la ciudad de Lima, así que tenemos tiempo para la preparación.
—Decías que desde adolescente soñabas con una carrera como modelo y miss, pero no se dio hasta hace poco. ¿Cómo fue el proceso?
—Mi carrera es tardía pero a la vez meteórica porque empezó el año pasado cuando resolví presentarme a la convocatoria para Miss Universo Uruguay y quedé seleccionada por Maldonado. Tenía 29 años, a punto de cumplir los 30. Soy estudiante de derecho y trabajo desde muy joven. Si bien siempre me interesaron los reinados de belleza y el modelaje, me aboqué al estudio y al trabajo. No me sentía tampoco lo suficientemente preparada hasta que el año pasado me presenté al Miss Uruguay. Creo que fue la mejor decisión que pude haber tomado.

—Fuiste la candidata por Maldonado. ¿Estás vinculada al departamento?
—Sí, nací en Maldonado y pasé toda mi infancia y adolescencia. Es la ciudad que me vio crecer y que amo por sus paisajes y playas, pero también por su gente. Por razones de estudio, me mudé unos años a Montevideo y el año pasado volví.
—¿En qué momento estás de la carrera?
—Me quedan dos años para terminar la carrera de abogacía. Me ha llevado un poco más de tiempo del que usualmente le lleva a los estudiantes, porque yo nunca dejé de trabajar. Para mí fue muy prioritaria mi independencia. Vivo sola hace muchos años. Como provengo de una familia de clase media, mi situación ameritaba que trabajara para desarrollarme de forma independiente. Entonces, conjugar las dos cosas es complejo.
—Como miss salís del estereotipo en términos de edad y complexión física. ¿Cómo fue animarse?
—Es notorio que el momento histórico me permite ingresar a los reinados de belleza. Yo celebro que se apunte a mujeres con una vida promedio, más real, que tengo un desarrollo en otros ámbitos, más allá de las cuestiones puramente estéticas. También se eliminaron las limitaciones de edad y los estereotipos de altura o medidas corporales. Esta circunstancia histórica me permitió cumplir con el sueño. Yo tengo una frase que surgió de la interacción con la audiencia y es “su reina de confianza”. Nació de forma espontánea, pero al final lo adquirí como lema porque implica la idea de confianza en el sentido de que soy auténtica, pueden confiar que lo que ven, es lo que soy. Mi vida la muestro tal y cual como es con las dificultades de ser estudiante, de trabajar simultáneamente y además de ser una reina nueva, con el desafío que eso implica a los 30 años.
—¿Cómo te sentiste en la final de Miss Universo Uruguay? ¿Con qué expectativas llegaste y si quedaste satisfecha con los resultados?
—Me sentí muy bien. Por cuestiones de los tiempos de preparación y de la inexperiencia también, no llegué en mi mejor estado físico ni lo que tiene con lo que tiene que ver la vestimenta o los accesorios. Yo no abro el ropero y se desborda de vestidos de fiesta ni tenía la experiencia para conseguir muchos apoyos. Así que no participé con mi mejor versión. Sin embargo, lo disfruté mucho. Intuía que no iba a ganar ni estaría entre las finalistas pero me tomé la experiencia como un aprendizaje. Me di cuenta de que quería continuar en los reinados. Representar a mi departamento era un sueño que tuve toda la vida que hasta ahora que pienso me cuesta creer. Me siento muy orgullosa por eso y me motiva intentar convertirme en una figura de inspiración.
—Como nativa de Maldonado, ¿disfrutás del verano y la temporada en Punta del Este?
—Sí, me encanta. Es verdad que por momentos la ciudad se ve atiborrada de gente, pero es disfrutable porque las personas vienen en plan vacaciones, relax, en un ambiente muy pacífico. Yo nunca lo viví con estrés. Al contrario, es una situación muy linda, uno se entusiasma porque el año empieza de ese modo tan festivo, con el disfrute de las playas, que son divinas. Hay para todos los gustos.