Susana Giménez y los detalles de su encuentro con Lacalle Pou: "Le hice una cena en casa"

La máxima diva del espectáculo argentino habla con El País sobre su vida en Uruguay y de su retiro de los escenarios, que tendrá lugar el próximo verano en Punta del Este.

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Susana Giménez se despide de los escenarios con la obra "Piel de Judas" en Enjoy Punta del Este.
Susana Giménez se despide de los escenarios con la obra "Piel de Judas" en Enjoy Punta del Este.
Foto: difusión

Es difícil describir en palabras el magnetismo que despierta la figura de Susana Giménez. No en vano se volvió en la máxima estrella del espectáculo argentino a fuerza de un carisma irrepetible con el que se ganó el cariño de generaciones y generaciones de público. Su sola presencia ilumina el restaurante St. Tropez de Enjoy Punta del Este, donde se montó un set especial para que dialogue con los medios y anuncie la noticia de un nuevo mojón de su extensa carrera: la despedida definitiva de los escenarios. Lo hará el próximo verano con la obra Piel de Judas en Punta del Este, la ciudad que en 2020 eligió para mudarse y quedarse a vivir. Si bien su tradicional programa no está al aire desde hace cuatro años, alcanza con que la cámara (o el grabador) se encienda para que dé rienda suelta a la frescura y espontaneidad con la que siempre supo atravesar la pantalla. En diálogo con El País, la diva habla sobre la decisión de alejarse del teatro y también de sus años viviendo en territorio oriental. "Los uruguayos me piden que no me vaya más", asegura.

-¿Cuál es la expectativa para esta vuelta al escenario anunciada como tu despedida del teatro?

-Es una expectativa diferente por saber que va a ser la última vez: me retiro. Más adelante haré mi programa de televisión, pero teatro nunca más. Es triste pero lo tengo que hacer. Hice muchas obras durante un montón de tiempo y me cansa mucho. Cuando hacía aquellas obras tan fuertes era mucho más joven y tenía una vitalidad impresionante. Todavía la tengo pero siento que ahora hay que ir dejando de a poco las cosas. Esta vez le tocó al teatro.

-Piel de Judas es además una obra exigente, con mucho texto.

-Sí, y muchos cambios de ropa. Me tengo que apurar y estar escuchando para entrar a las corridas a escena. Tiene que ser todo rápido. Es además una obra fuerte en la que hay que estar arriba todo el tiempo. Y es también una obra preciosa. La había hecho Ana María Campoy. Si era para ella, era para mí. Teníamos el mismo tipo de humor y hacerla es como un saludo o un guiño que le hago.

-A propósito del título, ¿te cruzaste con muchos “Judas” a lo largo de tu carrera?

-Sí. No hay nadie que no se haya encontrado con algún Judas. Sin nombrar a nadie, desgraciadamente sí. Antes se decía “esa chica es una piel de judas” y el nombre de la obra va por ese lado. Yo quise que mantenga el nombre original.

-¿Cómo es tu relación con el teatro en particular?

-El teatro es muy sacrificado, aunque no parece. Hay que ir todos los días: te puede doler la cabeza, la muela, el estómago y hay que salir al escenario igual. Me acuerdo de una temporada en Mar del Plata en la que hacía una revista. Un día salí corriendo por el jardín, me llevé puesta una piedra enorme y un dedo me quedó destruido. Yo me tenía que poner unas botas blancas altas apretadas para bailar y decía “Dios mío, ayúdame”. Tuve que hacer las funciones con eso puesto. También me pasó de estar afónica y tener que hacer una función en el Lola Membrives. Era una noche de sábado y Gustavo (Yankelevich) me decía que había que suspender. Yo no quería suspender ni aunque me muriera. La gente lo entendió y nadie se quejó.

-¿Cuánto le costó a tu productor y amigo Gustavo Yankelevich convencerte para hacer temporada este verano?

-Yo había hecho temporada de verano en Mar del Plata, pero en Uruguay siempre me lo tomé para descansar. Le dije “únicamente que ahí me retire” porque yo no quería hacer más teatro. Así que acepté pero para despedirme en Punta del Este.

-¿Y el año pasado?, ¿qué pensaste cuando te dijo de hacer teatro en Uruguay por primera vez?

-Nos tiramos un lance. Yo pensaba “¿en invierno?, si no hay nadie”. Sin embargo fue algo maravilloso. Me sorprendió. Llenamos todos los días y la gente en la calle me dice cosas divinas que me dan mucha ternura: “Cómo me divertí”, “me encantó”, “la fui a ver dos veces”.

Susana Giménez en "Piel de Judas".
Susana Giménez estrena "Piel de Judas" el 22 de diciembre.
Foto: difusión

-¿Al momento de mudarte a Punta del Este el plan original era quedarte definitivamente o se fue dando?

-Vine con la pandemia. Después me enfermé, hice la recuperación en casa con oxígeno y los ejercicios que te dan y finalmente me quedé. Punta del Este es un lugar de una belleza y una tranquilidad muy importantes. Yo ya tenía casa acá y mis perros están acá. Me fui quedando porque encontré paz y estoy bárbara. Vuelvo a Buenos Aires cuando tengo que hacer alguna cosa, pero soy feliz en Uruguay. Además cuando me voy los perros me extrañan y se enferman. A Rita le agarró algo al hígado cuando me fui la última vez. No puedo dejarlos, y yo también los extraño.

-Hacías referencia al complejo cuadro de Covid que enfrentaste, ¿te quedó alguna secuela?

-Estuve enferma y la recuperación fue larga. No me quedaron secuelas, lo único que me pasa es que no siento tanto el olor exquisito, como el de la dama de la noche o esas flores tan ricas.

-¿Sentís el agradecimiento de los uruguayos por estar viviendo en el país?

-Sí, de todos los uruguayos. Me dicen “no te vayas nunca”. Eso me da mucha alegría y me emociona. Además como el programa salió durante tantos años en vivo en Uruguay, era lo mismo que en Argentina: yo también estuve en la casa de todos los uruguayos por 35 años.

-¿El gobierno también te ha agradecido el prestigio que le da al país el hecho de que una figura como vos lo elija para vivir?

-Sí, el presidente uruguayo es lo más. Es el más envidiado de todo el mundo. Le hice una comida en casa. Fue un día antes del America Business Forum, que los dos teníamos que ir. Yo dije que quería conocerlo. Pensamos en ir a comer pero dije “es mejor que venga a casa”. Yo le avisé a un productor mío que estaba estudiando en Nueva York “¿sabés quién viene?, ¡Lacalle Pou!”. Se tomó el avión por un día y se vino porque era su ídolo máximo. Lacalle Pou vino solo con un amigo. Éramos cuatro y pasamos bárbaro. Es un tipo increíble, fabuloso. Habla inglés, francés. Fue una visita muy agradable. También es impresionante lo bien que le va a Uruguay.

-Cuando te mudaste muchos pensamos que te aislarías, sin embargo nunca te alejaste de la órbita pública: participaste en campañas publicitarias, ficciones, teatro, ¿la idea nunca fue desenchufarte del medio?

-Hice de todo, yo nunca quise alejarme del medio. Lo que quería era desenchufarme de la Argentina, que estaba brava en un montón de cosas. Pero Gustavo (Yankelevich) no quiere que hable de política (risas).

-¿Qué hace falta para que se concrete tu vuelta a la televisión con tu tradicional programa?

-Ya está más o menos resuelto. El programa va a ser el mismo de siempre, con un juego, una estrella invitada y un musical. Quiero hacer lo mismo pero con nuevos personajes en el living.

-Se supo que te ofrecieron hacer otros formatos que rechazaste, ¿por qué no te sedujeron?

-No eran como para mí. Me ofrecieron hacer La Máscara y Got Talent. Este último va fabulosamente bien, pero uno tiene que hacer lo que siente que le gusta. ¿Para qué voy a hacer algo que no siento a esta altura de mi vida?

-¿Siempre fuiste selectiva a la hora de aceptar los proyectos de tu carrera?

-Siempre elegí bien lo que iba a hacer, incluso cuando recién empezaba. Me ofrecían muchas cosas y cuando algo no me gustaba decía que no. Al principio yo hacía muchas publicidades como modelo, pero no quería hacer de papel higiénico por ejemplo (risas). Me gustaban las que eran de perfumes o de whisky. Sabía que tenía que cuidar la carrera. Las chicas cuando recién empiezan como no tienen un mango aceptan todo, pero eso enseguida perjudica.

-¿No hay nada de tu carrera que hoy preferirías no haber hecho?

-Por ahí hay algo, pero ya pasó. Me acuerdo que un año firmé por dos comedias. Una fue Las mariposas son libres que fue mi debut y después había otra que no me gustó pero como el productor me había hecho firmar la tuve que hacer igual.

-Sos la mujer más exitosa de la historia del espectáculo argentino, ¿semejante popularidad nunca te agobió?

-No, siempre la disfruté. Hay gente a la que el éxito la agobia, pero yo no la entiendo. Si vos te metés en esto es porque te gusta tener popularidad. Tener éxito llena el alma.

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