Tiago PZK en Montevideo: los nervios antes del show, su resbalón en el escenario y el freestyle dedicado a Uruguay

Antes de cerrar el festival America Rockstars en Montevideo, Tiago PZK habla con El País sobre el crecimiento de su carrera y cuenta cómo surgió "Los del Espacio", el hit lanzó con Rusherking, Duki , entre otros.

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Tiago PZK durante su show en America Rockstars en Montevideo.
Foto: difusión

Tiago PZK está nervioso. Hace cuatro meses que no se sube a un escenario y en unos minutos deberá enfrentar a un público de más de 20 mil personas en Montevideo. Es su última actuación en vivo del 2023 y nada menos que el cierre del festival America Rockstars, por el que en esta edición pasaron artistas de la talla de Lali Espósito y Abel Pintos. El músico se asoma por el escenario y empieza a conectar con el público que lo espera. Minutos más tarde, los nervios se desvanecerán para dar lugar a una seguridad en escena que explica por qué en solo tres años se convirtió en uno de los principales referentes de la música urbana de la región.

El argentino de apenas 22 años responsable de hits como Bombona con Bizarrap o Los del Espacio con Duki y Rusherking entre otros, se meterá al público dentro del bolsillo al instante. Sabe emocionar a los espectadores con sus temas más melancólicos y cambiar la energía de un momento al otro para hacerlos bailar a rabiar con sus canciones más movidas. Como agradecimiento a la respuesta que encontrará en el público local, obsequiará un freestyle dedicado especialmente a Uruguay en el que nombrará a Luis Suárez, al Antel Arena, a Nacional y Peñarol, a los músicos Mesita y Agus Padilla y modismos como "plancha" y "gurises". Pero minutos antes de subir a moverse como pez en el agua sobre el escenario, Tiago PZK habla unos minutos con El País sobre su crecimiento, del barrio bonaerense Monte Grande hasta el espacio.

-¿Qué te pasa por el cuerpo antes de subirte a un escenario frente a 20 mil personas?

-Estoy nervioso. Casi nunca me pongo nervioso antes de un show, pero el año pasado tocaba todo el tiempo y ahora no lo hago hace cuatro meses. El desafío de subirse a un escenario es todavía más grande por el tamaño del público, porque hay que recibir y devolver energía de mucha gente. Además arriba del escenario se maneja mucha responsabilidad porque abajo pueden pasar cosas: se puede desmayar alguien por el calor, por ejemplo, y uno tiene que estar muy atento.

-¿Atravesaste una situación como esa?

-Me acuerdo de un verano que hice un show en una cancha de básquet cerrada en Salta y hacía mucho calor. En medio de una canción vi que había un desmayado en un lugar, otro en otro y otro en otro. Uno tiene que cuidar a su público. La idea es pasarla bien entre todos.

-Te convertiste en uno de los máximos exponentes de la música urbana mientras transcurría la pandemia y no podías hacer shows, ¿cómo fue ese proceso?

-Al estar todos encerrados en su casa la gente consumía más las redes y Spotify. Cuando la gente pudo salir ya iba a cualquier show. Se recibió mucha energía desde el principio y es algo que agradezco porque siempre me imaginaba una explosión en mi carrera pero no una tan repentina como la que sucedió.

-Esto hizo que tus primeros shows en vivo ya fueran multitudinarios porque ya eras una figura consagrada, ¿cómo te adaptaste a tocar en vivo de un momento a otro?

-Es que desde chico quería ser artista y tenía ese propósito. Yo estaba cumpliendo mi sueño y mi preocupación era disfrutarlo al máximo. Soy muy agradecido. Cuando me saco una foto con alguien o me saludan en la calle lo valoro y lo disfruto como si fuera el último día de mi carrera.

-El tema Los del espacio que hiciste con Duki, Rusherking y otras primeras figuras resultó uno de los más escuchados del año, ¿cómo fue la charla en la que decidieron que vos hagas nada menos que el estribillo?

-No fue tan armado. Nosotros tenemos un grupo de Whatsapp de Los del Espacio en el que hablamos todo entre todos. Siempre nos juntamos a cenar y decíamos de hacer una canción. Un día finalmente nos juntamos en el estudio y no fue que nos dividimos y dijimos “vos hacés esto y vos lo otro”. Todos empezamos a tirar melodías y a componer, y a mí me salió esa parte con FMK que dice “en cámara lenta, tatata…”. Vimos que iba bien para un coro y quedó. Fue muy lindo porque colaboramos entre todos. Fue una colaboración de verdad, no es que cada uno hizo su parte y listo. Cada uno aportó lo suyo pero le recomendaba al otro y le aportaba ideas.

-¿Cómo es la relación entre todos ustedes por fuera de lo artístico?

-Nos juntamos a comer en casa, a cenar, a jugar a la play. Es difícil coincidir: yo estoy acá, Emilia (Mernes) en España, el Duko en Miami. Cuando podemos coordinar nos actualizamos con lo que estamos sintiendo, no solo desde el lado artístico sino personalmente: “che, ¿estás bien?”, “¿cómo te sentís?”. Está bueno poder hablar con gente que te entiende porque está en tu misma posición.

-¿Qué imagen o persona se te viene a la cabeza al sentir la ovación de un público multitudinario al final de un show como este?

-Yo practico todo el tiempo el estar presente. Arriba del escenario hago el ejercicio de ser un puente de conexión con la gente y trato de no pensar en otra cosa más que en transmitir lo que siento en cada canción. Yo tengo canciones muy tristes y otras muy arriba, y si bien tengo un lado actoral que me permite transmitirlas tampoco me puedo dejar llevar por los sentimientos porque capaz que termino mal y a la siguiente me cuesta arrancar.

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