Redacción El País
Sábado Show convocó a figuras que conducen o han conducido programas de debates y a una productora especializada para opinar sobre el evento del pasado domingo: ¿fue realmente un debate? Victoria Rodríguez, Daniel Castro, Sergio Gorzy, Fernando Vilar y María Estela Moreno dan su parecer sin filtro. Aquí, sus respuestas.

Foto: Leo Mainé

Podría ir por un camino corto y decir que fue un mazazo o ir por un camino un poco más elaborado y decir que una vez más no se ajusta a la definición de debate de la Real Academia. La única duda que me queda es si lo que vimos y esa falta de confrontación de ideas remite solamente al formato acordado previamente o si tuvo que ver también con la estrategia que eligió cada uno, porque ninguno de los dos recogió ningún guante y oportunidades para eso hubo.

Francisco Flores/Archivo El Pais

No seré muy original y además lo escribí en mis redes, pero parece haber un consenso en cuanto a que no existió el debate tal cual lo imaginamos en instancias así. Que tampoco se trata de hacer un show, porque el tema es demasiado serio como para que sea circense. Pero podría haber habido por ejemplo un mínimo recurso de “preguntas cruzadas”, que lo hago en el streaming y da muy buen resultado, para que el candidato le pueda hacer una pregunta a su oponente. Entiendo también que en un debate a tan pocos días de una definición tan trascendente y con una votación que parece muy ajustada, no es aconsejable arriesgar. Me pregunto cuántos indecisos se decidieron luego del debate. Y me respondo: cero.

Estefania Leal/Archivo El Pais

Hecha la ley hecha la trampa. Los equipos de ambos pactaron un “no debate”. Si el infringir la ley implicara multa, deberían pagarla ambos. A los uruguayos nos cuesta mucho respetar las reglas y armaron un evento televisivo que no respetó el espíritu para lo que fue creado. Diría Jorge Batlle “we are fantastic”.

Me dio pena por los contrincantes y por los colegas periodistas. Los candidatos podrían haberlo grabado por separado y era lo mismo. Y los moderadores Pilar (Teijeiro) y Raúl (Ponce De León), que son dos tremendos periodistas, estaban limitados a decir “ahora le toca a usted”, así que lo podría haber hecho cualquier amigo mío. Yo conduje un debate entre Tabaré Vázquez y Juan Andrés Ramírez con otros periodistas y podíamos hacer preguntas y hasta repreguntar. Los candidatos llegaron sin saber lo que le íbamos a preguntar. Eso sí era un debate. A esto, en cambio, habría que cambiarle el nombre en la ley porque de debate no tuvo nada.

En términos estrictos si tenemos que evaluar si un formato es exitoso en Tv (en canales abiertos privados por ejemplo), a grandes rasgos analizamos la ecuación que se da entre el público que lo elije, la comercialización que se logra, la utilidad que genera y la repercusión que obtiene. El debate logra parámetros muy buenos de todo eso. El domingo el promedio de rating de hogares en ese horario fue de 46, cuando el domingo anterior el acumulado de todos los canales fue de 29. Cada canal tenía varios presentadores del debate que pagaron varios miles de dólares y no perdió público a medida que transcurrió. Pero es muy injusto evaluarlo así ya que hay un montón de circunstancias que lo hacen un contenido casi único, es un evento y no un programa de tv, no tiene competencia, el público es casi cautivo, tiene promoción "natural" y cobertura mediática posterior inevitable y absoluta, o sea nada que un programa de tv pueda tener. Entonces, entramos en la subjetividad de si podría ser mejor para que logre mayor alcance, persuada, informe y entretenga, y en ese sentido creo que hay cosas que lo mejorarían, siendo menos previsible, más dinámico, con intercambios más forzados, más intervención de los periodistas, más apoyo audiovisual. Funciona, pero seguramente podría funcionar mejor como producto televisivo.