Victoria Saravia contesta el celular a la vuelta de unas vacaciones con su novio Manu Desrets por Brasil, las últimas antes de convertirse en mamá. Pasaron 10 años de su participación en Bailando por un Sueño y de la época en el que estaba en boca de todos. De un tiempo a esta parte bajó el perfil, se alejó de los medios y se dedicó a la vida en pareja. El presente la encuentra más madura, atravesando un embarazo “soñado” y decidida a tomar solo aquellos desafíos laborales que siente que la hacen crecer. En su diálogo con El País, la modelo oriunda de Melo cuenta cómo prepara el parto, se refiere a la política uruguaya y revela cómo fue la última charla que mantuvo con Silvina Luna, quien durante varios años fue su íntima amiga.

-¿Cómo estás atravesando el embarazo?

-Es soñado. Nunca imaginé un embarazo así. Siento que estoy en uno de los mejores momentos de mi vida como mujer y como ser humano. Algunos pequeños cambios comenzaron a suceder después de la semana 25. Siento más el peso, el estómago se achica y hay que comer menos para no quedarse sin aire, pero nada del otro mundo. He tenido un embarazo maravilloso sin nauseas ni malestares. En cuanto a los antojos, nunca fui muy dulcera pero ahora necesito siempre una cuota dulce después de comer.

-¿Cómo fue el momento en el que confirmaste que estabas embarazada y cómo fue compartirlo con tu pareja Manuel y tu familia?

-Me di cuenta de que hacía más de un mes que no me venía. Le conté a una amiga y lo primero que me dijo era que estaba embarazada. Yo no creía porque justamente venía de tener un episodio de salud en el que me habían advertido que me iba a costar quedar embarazada. Pasaron unos días y me hice el test. Recuerdo que cuando vi que era positivo se me iluminó la cara. Fui directo a contarle a Manu, que lo recibió con mucho entusiasmo. Me abrazaba y se reía, mientras yo lloraba y también me reía sin poder creerlo. Lo primero que hicimos fue hacer estudios para saber si estaba todo bien. Después hicimos una videollamada con nuestras familias para contarles. Nadie se lo esperaba y los sorprendimos para bien.

Foto: Alana Rosman. Make up: Luli Harg. Pelo: Conrado Ereyra. St: The Fancy Rebel. Ropa: Bayt, María Bettaglia y Juno accesorios. Locación: Hotel Casa Lucía.

-¿Hace cuánto tiempo venían hablando de la posibilidad de convertirse en padres?

-Tuvimos la charla de que en algún momento queríamos ser padres pero yo tenía 37 años y ya estábamos un poco justos biológicamente, así que pensé en congelar óvulos. Cuando fui a consultar sobre el tratamiento y me hice el primer estudio me dio muy mal. La hormona antimülleriana me dio bajísima. Al principio fue chocante, pero siempre hubo como un ángel que me acompañó para mantener la tranquilidad. Manu también siempre estuvo muy seguro de que ese resultado no iba a ser un problema el día que quisiéramos ser padres. Los dos siempre tuvimos una mirada positiva. Y si el universo no quería que yo tuviera esa oportunidad, podría adoptar. No descartaba ninguna opción.

-Contaste que no quedaste conforme con el trato que recibiste cuando iniciaste la gestión para congelar óvulos.

-Siento que está todo muy sistematizado y hay muy poca contención. Hay mujeres más fuertes y otras más débiles, y a estas el sistema las puede lastimar muchísimo. Crear vida es algo muy maravilloso y muy importante como para ser solamente un número y un resultado. Es mi humilde opinión. Pero yo soy bastante rebelde y a mí no me convence ningún médico tradicional, yo siempre busco una segunda vuelta. Para los médicos solo somos un cuerpo físico, que es lo que estudian en la facultad. Para mí somos 3 cuerpos: físico, astral y espiritual.

Foto: Alana Rosman Make up: Luli Harg

-¿Cómo te imaginás el día del parto?

-Mi idea es que sea un parto natural, en el agua. Quiero un parto respetado y humanizado. Estoy trabajando sobre esa idea y preparándome, pero cada cuerpo es un mundo, así que veremos qué pasa en el momento. Lo más importante es tener un equipo en el que pueda confiar.

-¿Cómo es un parto en el agua?, ¿por qué querés que sea de esta manera?

-Es una idea que siempre tuve en la cabeza. Un día leí sobre esto y enseguida me encantó. Me daba miedo tenerlo en casa, pero con el paso del tiempo todo avanzó y hoy en Buenos Aires hay clínicas donde tienen habitaciones con piletas exclusivas para partos en el agua. Tiene muchos beneficios tanto para la madre cómo para el bebé. Por ejemplo, para la mamá el agua brinda un efecto analgésico en las contracciones uterinas, el agua caliente ayuda a aliviar, disminuir el dolor y favorece a la relajación. Si esto se logra no haría falta pedir una inyección epidural. Para el bebé es un cambio mucho menos brusco porque pasa de líquido a líquido, además durante el proceso de parto recibe más oxigenación y favorece al bienestar fetal.

-¿Va a nacer en Argentina, entonces?

-Sí porque es donde vivo y donde estoy siguiendo todo mi proceso. Pero la idea es irnos enseguida un tiempo para Uruguay.

-¿Pero tu idea es seguir viviendo en Buenos Aires o te gustaría en algún momento volver a Uruguay?

-Por ahora en Buenos Aires, pero no descarto volver porque amo Uruguay.

-¿Por qué eligieron el nombre “Lio”?

-Significa “león valiente” en griego.

-¿Quedaste desencantada de los medios argentinos después de los años en los que participaste de varios programas?

-En la televisión no veo nada por el momento que me atraiga. No volvería a esos programas tipo magazine, excepto que tuviera una columna muy puntual. No sé si la palabra es “desencanto” porque en ese momento era muy chica y ni sabía lo que quería. Hacía lo que me decía mi manager y luego me manejaba. Hoy que sé lo que quiero y tengo poder de decisión no elijo pasar mi vida en ese tipo de programas, me aburre y ni siquiera los consumo. Fue una etapa y ahora estaría para algo que me desafíe un poco más .

-El año pasado conmovió a todos el fallecimiento de Silvina Luna quien fue tu amiga por varios años, ¿cómo te impactó la noticia?, ¿recordás tu última charla con ella?

-Fue muy triste e injusto. La noticia nos atravesó a todos. Fue algo que entristeció a quienes la conocieron y también a los que no. Nuestra última charla fue en el cumpleaños de una amiga en común. Nos reímos de nuestra “pelea mediática”.

-Estamos en pleno año electoral, ¿vos en algún momento evaluaste incursionar en la política en honor a tu apellido?

-Al principio estaba negada. Ahora estoy como en un open door, no estoy buscando nada pero tampoco tengo la puerta cerrada. La verdad es que la política me encanta, lo que no me gustan son los políticos (risas).

-¿Tenés alguna opinión sobre los candidatos de cara a la próxima elección del sistema político uruguayo en general?

-No tengo mucho para opinar. A buen entendedor pocas palabras.