Cuando faltan unos pocos días para la función, las "Colonas" se dirigen hacia el camarín del teatro para dialogar con El País. Mientras tanto, Cata Ferrand le cuenta a su compañera Denise Casaux sobre el pase de radio de su marido Federico Buysan, y Lucía Rodríguez mira de reojo a su pequeño hijo Mateo que la acompañó al ensayo y juega a lanzar y dejar de pie una botella con agua. Al rato llega Leticia Cohen y cuando saluda a Luciana Acuña esta le advierte entre risas que la entrevista ya terminó y que ahora ella debería responder todas las preguntas sola. Las Colonas están de vuelta y presentan un nuevo espectáculo: Noche de amigas, el 17 de octubre en el Teatro Movie.

La idea surgió a partir de una fiesta abierta al público que organizaron Luciana, Leticia y Denise. “Hicimos un par de juegos con la gente, que se re copó. Ahí dijimos ‘este año tenemos que volver a hacer teatro’. Llamemos a las chiquilinas para hacerlo con ellas”, relata Denise. Cata, por su parte, recuerda que ya se sentía “con la lengua afuera por el cansancio de este año” cuando de repente en el grupo de Whatsapp le avisaron que “en unos meses vamos a hacer teatro”. No pudo resistirse.

La obra comienza con un divertido número musical en el interpretan a las Spice Girls. “¡La gente va a pensar que somos las originales!”, ríe Leticia. El show continúa hacia lo que sería la representación de un encuentro entre las cinco comediantes y amigas. “Todo surge de nuestras juntadas, nuestras anécdotas, confesiones y nos pasa de querer transformar eso en un espectáculo”, explica Denise. Y Leticia acota sonriente: “Somos un grupo súper divertido”.

Para poder llevar esta iniciativa a escena, el director Federico Longo debió ordenar el caos que se genera en sus charlas. “Yo voy escribiendo lo que se va improvisando y al leerlo me doy cuenta de que es un divague”, explica con humor. Las cinco se reúnen a improvisar para aportar ideas y que todas estén presentes ayuda a que el diálogo que luego se convierte en guión sea "más auténtico": “Más o menos sabemos lo que puede decir cada una pero es mejor que cada una diga lo que quiere decir”, señala Luciana.

Lucía sentencia que las charlas del grupo no son caóticas, sino que “las mujeres tenemos la capacidad de hablar de 18 temas al mismo tiempo y estar conscientes de lo que está diciendo la otra”. Catalina agrega que “cuando llegás al tema 18 te das cuenta de que el número uno quedó abierto y lo retomás”.

Longo buscó capitalizar el potencial de cada una de estas charlas repletas de humor y moldear además una suerte de caricatura que cada una construyó de sí misma. “Somos muy diferentes y eso es lo que está bueno”, observa Luciana. Lucía coincide y explica que “en cada grupo de amigas se repiten los ‘tipos’ de amiga”: “Tratamos de reflejar eso para que las que vengan se sientan identificadas”.

¿Cuál sería el estereotipo que representa Lucía? “Yo en este grupo sería la…”, comienza diciendo, y entonces exclama “madre”, pero al mismo tiempo Catalina lanza “¡amarga!” y las cinco estallan de risa. “Siempre nos tratamos bien y nos queremos mucho”, ironiza Leticia. Cata se justifica y argumenta que “Lucía siempre toma el rol de decir ‘qué pesadas que son’”. “Y es que son pesadas”, completa ella.

En relación a su propia caricatura, Catalina define que no se siente “la pituca tipo”, tal como se plantea en la obra. Pero para demostrar que sí lo es, Leticia le pregunta cómo le llama al sillón rojo que está en el escenario y ella contesta “poltrona”. “Tengo detalles que parece que perteneciera a la dinastía Ming”, se ríe. A Luciana en tanto, le atribuyen una presunta torpeza y ella no hace demasiado esfuerzos por desmentirlo. De hecho, recuerdan la noche que fueron a cenar a la casa de su excompañera Jimena Vázquez y ella le llevó un regalo para el hogar pensando que se había mudado. "Lo increíble es que era la misma casa a la que Luciana la había alcanzado en el auto durante un año después del programa", remata Leticia.

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El público reclamaba que “Las Colonas” se volvieran a reunir. “Todavía en la calle nos preguntan todo el tiempo por las Colonas y cuándo volvemos”, coinciden sorprendidas, y Catalina redobla la apuesta: "El público cada vez nos quiere más". El grupo que se formó para la versión femenina del programa de humor La Culpa es de Colón (de ahí su nombre) trascendió al ciclo, que salió al aire por última vez en julio de 2022.

Antes del ciclo, Catalina y Luciana ya eran amigas, y lo mismo Leticia, Denise y Lucía. Sin embargo, la dinámica que establecieron juntas al aire encendió una llama que quedó instalada como marca. Una vez que finalizó el programa, sus integrantes abandonaron el grupo de WhatsApp, pero enseguida crearon otros que mantienen activos hasta hoy, donde organizan encuentros, planifican viajes y debaten sobre algún proyecto para volver a presentarse juntas ante el público. Poco después del último programa realizaron la obra de teatro Disculpadas y al año siguiente un programa de streaming en la plataforma Aweno del que no pudo participar Lucía. En la formación del último tramo del programa en Canal 12 también estaba la actriz Jimena Vázquez, que por otros compromisos se sumó a los proyectos siguientes.

La cinco son conscientes de que el grupo reunido funciona para el público por la química que alcanzaron, más allá que por sus individualidades. “Cuando subimos algo juntas a las redes tiene muchas más visualizaciones”, analizan, y Luciana desarrolla: "Cada vez estamos juntas la sensación es que la gente nos quiere ver juntas. Disfruta de esta amistad". Las "Colonas" van al shopping juntas, se reúnen el día del amigo y hasta se van de viaje. Evalúan que "lo auténtico" de su amistad ha sido la clave para conectar con el público.

La contracara del cariño del público hacia este grupo en la calle ha sido un hostigamiento en redes sociales, que viene de los tiempos en los que el ciclo estaba al aire y que por momentos reaparece. A comienzos de año, por ejemplo, Lucía se puso al frente de Veo Como Cantas, una de las principales apuestas de Teledoce para el 2024, y parte de las críticas del primer programa recayeron en el vestido que tenía puesto la conductora. En este caso, ella eligió realizar un extenso descargo en Instagram para intentar frenar la ola de comentarios. “La gente piensa que solo porque salimos en la televisión nos puede decir cualquier cosa, pero no es así”, lamenta.

Algo similar ocurrió hace apenas dos meses, cuando Catalina contó en Sábado Show que se sentía orgullosa de la apertura de cabeza que tenían en el colegio al que mandaba a sus hijas. Entonces también recibió tantos cuestionamientos en redes que la llevaron a pronunciarse en su cuenta personal. “Hay cosas que no se pueden permitir”, afirma categórica sobre comentarios en redes y portales.

A la vez que siguen pensando proyectos en común, todas han avanzado por su cuenta en sus respectivas carreras en televisión, radio o carnaval. La última experiencia más notoria es la del reality Fuego Sagrado, que reunió a Leticia con Denise y Catalina, aunque para esta última no viene siendo una experiencia tan placentera. “Yo ya sabía que iba a pasar eso. Yo no soy competitiva, no me gusta que me evalúen y no me gusta salir corriendo al supermercado como loca como si fuera un personaje de Disney”, se sincera a las risas con la complicidad de sus compañeras.

¿Y qué hay del futuro?, ¿hay otro proyecto en el que se imaginen juntas? Catalina sueña con que “en algún momento podríamos hacer un clásico del teatro y también sería un golazo”. “Nos iría brutal haciendo teatro en serio”, afirma entusiasmada pero no convence a sus compañeras. “¿Te parece?”, le preguntan desconfiadas.

Antes de subir al escenario para ensayar la obra, la ex Día Perfecto no puede eludir la pregunta sobre uno de los temas del momento: el pase de su marido Federico Buysan, que deja su histórica radio Sport 890 para empezar un nuevo camino en El Espectador. “Confío en que le va a ir bien. Yo lo acompaño y él me comenta y me consulta todo, pero es una persona muy segura de sí misma”, cierra sobre su rol ante semejante cambio.