ENTREVISTA
Vedette y comentarista de Pasión de Carnaval, Yessy López vive cada febrero como una fiesta. Desfiló en las Llamadas y aclara que en las transmisiones desde el Teatro de Verano habla como espectadora.
-¿Cuál es tu rutina en cada jornada del Teatro de Verano?
-Me gusta llegar con tiempo. A las 21:00 ya estoy instalada en la platea para ver el primer conjunto. Yo vivo el carnaval desde los 9 años y me encanta. Al nacer en una familia candombera y tener el tablado del Jardín de la Mutual a dos cuadras, durante toda mi vida febrero es una fiesta. Me acuerdo que de niña me colaba por abajo de un portón que había en el Jardín de la Mutual para ver las actuaciones.
-Luego de las actuaciones es momento de los comentarios para el vivo de las transmisiones de Tenfield. A veces se te ve con un cuaderno en cámara, ¿qué apuntas?
-Me anoto algún aspecto destacable del espectáculo para no olvidarme después. Observo mucho y rueda tras rueda voy aprendiendo más de los mismos espectáculos. De repente, en la primera rueda prima la ansiedad por ver qué fue lo que prepararon durante tantos meses y en las siguientes pasadas, se trata de ver cómo el conjunto llega a la gente. Me anoto porque es mucha información la que se desprende de cada espectáculo. Es como un resumen y de ahí parte lo que digo al final de la transmisión.
-¿Como definirías tu rol? ¿Comentarista? ¿Analista?
-Yo voy como espectadora. No soy una analista del conjunto. Me siento a disfrutarlo y a ver los espectáculos y desde ese lugar hablo. En cambio, Marcelo (Fernández) lo mira desde otro punto de vista. Es más catedrática su visión y se enfoca desde su lugar periodístico, más allá de que lo disfruta también.
-Suelen destacar las virtudes de los conjuntos, pero rara vez dicen “no me gusta” o “estuvo mal”…
-Es verdad. Si bien el público carnavalero suele ser cruel, yo tengo anulado el “no me gusta” o “qué malo lo que vi”. Cuando uno sale en Carnaval y tiene la experiencia y vivencia de haber participado, en mi caso, de varias comparsas en el Teatro de Verano, se sabe del sacrificio que hacen los conjuntos para presentarse en el escenario máximo del Carnaval. Entonces a mí no me nace decir: "Pa, no me gustó". Trato de sopesar lo positivo. De todos modos, los observadores se pueden cuenta por mis comentarios: si yo sé que un conjunto no va a estar en la liguilla no lo digo. Al no decirlo, doy el pie de que, para mí, el espectáculo no llegó a colmar las expectativas. Las mías por lo menos.
-¿Te pareció justa la nueva reglamentación que dejó afuera a cinco conjuntos de la primera a la segunda rueda?
-Me pareció inútil. Si la idea era hacerlo más corto el concurso, al final va a durar lo mismo. Lo que cambió es que las etapas son, en su mayoría, de tres conjuntos y no de a cuatro. Pero no cambia nada. Y me duele el atrás, por lo que decía del esfuerzo. Además, quedaron afuera murgas que estaban muy bien, como La Clave, por ejemplo. Fue innecesario totalmente.
-En Llamadas desfilaste con La Fuerza Candombera. Al igual que otros años, preferís comparsas menos conocidas, ¿por qué?
-La gente tiene el mal concepto de que existe la comparsa grande y la comparsa chica. Yo no considero que haya una división así. El candombe es todo igual y capaz que se refieren así porque hay algunas con más premios o trayectoria. A mí eso no me importa. Yo salgo en la que me llegue al corazón.
-¿Cuál es el criterio? Porque ofertas para desfilar debe haber muchas
-Tengo lista de espera, es verdad. Me gustaría ser parte de todas las que me llaman. La propuesta más tentadora no es la monetaria, sino lo que me ofrecen artísticamente. Por ejemplo, este año La Fuerza Candombera me dio la oportunidad de dirigir el cuerpo de baile, de dar talleres de candombe, de hacer la puesta en escena y diseñar parte del vestuario. Quedé muy contenta porque la comparsa quedó entre las 23 mejores. Es difícil meterse porque son todas muy buenas.
-¿Tu vestuario lo hiciste también?
-Sí. Siempre lo hago. Es una tradición.
-¿Cuál fue la inversión?
-Me salió 27.000 pesos.
-¿Da para recuperar eso?
-No, ¡qué va a dar! Terminás perdiendo plata. Pero lo hago por amor. No me importa. Lo más gratificante es cuando termina cada desfile, son los comentarios de la gente. Como yo confecciono vestuarios para vedettes, bailarinas y comparsas enteras, también es una forma de mostrar el trabajo.
-¿Extrañás competir en el Teatro de Verano?
-Nunca subí a competir, pero sí extraño subir a bailar candombe al Teatro de Verano. A bailar candombe.
-¿Por qué la repetición? Hay otras que no lo hacen...
-Yo qué sé. Veo que se está perdiendo un poco lo tradicional del candombe, las raíces... Se está desvirtuando un poco, en el Teatro y en las Llamadas.
-¿En baile, en tambores?
-Creo que hay mucha coreografía que fusiona el género tradicional con muchos movimientos que no son de candombe. Y no está bueno. No me convence.
-¿Qué te parece la participación de mujeres blancas, a menudo mediáticas, en las Llamadas? El año pasado la pasada de Andy Vila, por ejemplo, trajo mucha polémica
-Este año también estuvo Andy Vila. El momento en que desfiló Tronar de Tambores fue muy emocionante. Desde mi lugar lo viví con tristeza y emoción. Sentí el dolor con ellos. Y ni cuenta me di que estaba ella desfilando. El año pasado, en cambio, revolucionó todo. Creo que la gente es cruel, más el público candombero. Si no sabés bailar te matan. Quizás ella debió haberse preparado un poco, aunque fue a disfrutar como aclaró muchas veces.
-Este año parece más instalada que nunca la polémica sobre el mensaje político de las murgas. El otro día, luego de la actuación de Metele que son pasteles, reconociste que sos de izquierda…
-Yo el otro día hice un comentario desde el lugar en el que siempre me ubico, que es el de la verdad. Como he dicho que soy de Peñarol, que soy candombera o que soy hincha de los Zíngaros, dije: "Y soy de izquierda también". ¿Por qué no decirlo? Donde yo nací en La Blanqueada, pegado a mi casa, había un comité de base y los momentos más felices de mi infancia los viví ahí dentro. Recuerdo que hacían meriendas para los gurises de la cuadra; también organizaban bailes. Era un centro social y cultural. Es más, la primera vez que bailé candombe, con 9 años, fue en un escenario que montaron ellos para un festival que organizaron para todos los niños y adolescentes del barrio. De ese recuerdo nunca me voy a olvidar. Nací en una familia de izquierda también y eso se te inculca.
-Pero dirías que sos de izquierda por tradición entonces.
-No solo. Porque yo pienso que los mejores años de prosperidad a nivel personal y también del país fueron los últimos 15 años, cuando gobernó el Frente. En mi caso tuve un crecimiento laboral muy fuerte.
-Con tu negocio de tatuajes, sos una pequeña empresaria. ¿No sentiste más carga fiscal? ¿La inclusión financiera no te afectó?
-Sí. Pero también tengo más clientes. Los tatuajes están de moda y la gente tiene dinero para hacerlos. Y los impuestos están para pagarlos. Tener un negocio es un lujo en este país y los dueños tenemos que devolver lo que recibimos de la sociedad. Quizás por momentos nos parezcan abusivos, pero hay que ver qué hay detrás. ¿En qué se gasta lo que aportamos? Creo que este gobierno se han equivocado en la seguridad y en la educación, pero yo miro mi país y pienso: ¡Qué lindo que está! ¡Cómo mejoró! En la esquina de mi casa había un terreno baldío que se había convertido en un basurero. Ahora hace casi 15 años que se construyeron unas viviendas con el nombre de Martha Gularte y donde vive muchísima gente. Eso se logró por el Frente.
-¿Y las murgas reflejan esa cara de la moneda?
-Sí. Las murgas reflejan lo que hizo bien el gobierno todos estos años. Yo apoyo eso al 100 por 100.
-Metele que son pasteles tiene un couplé que llama al cacerolazo en caso de que “le toquen un derecho a la gente” como una especie de “advertencia” al gobierno entrante. Dijiste que te parece el mejor “couplé del Carnaval”…
-Sí. Lo creo. Es la piña mejor dada de este Carnaval. Es contundente. Hay que estar ahí, en la tribuna, cuando lo hacen. Te cala adentro. Yo no soy una revolucionaria pero ese couplé me llevó a la infancia y al recuerdo de mi abuela. Me acuerdo que a comienzos de los '80, yo era una niña y salía con las cacerolas a la calle con mi abuela, cuando aún estábamos en la dictadura. El couplé me llevó a ese pasado y fue un momento fuerte. Se me cayeron las lágrimas, me paré en la platea, grité, aplaudí... Me pasó de todo: fue un momento de tristeza, de rebeldía, de levantar la bandera bien arriba por los derechos adquiridos. Porque esos no nos los saca nadie. Más allá de que el gobierno nuevo no asumió, me parece que está bueno dar ese mensaje. Nosotros estamos acá parados y no vamos a permitir ciertas cosas.
-Desde el gobierno se ha dicho que los derechos no se tocaran...
-Vamos a ver qué pasa. Ojalá. De todos modos me parece que está bueno dar el mensaje. Por las dudas.
-¿Por qué perdió el Frente?
-Por la inseguridad y por la educación.
-¿Te pasó algo vinculado a la inseguridad?
-El año pasado entraron a mi casa por una banderola. Estaba durmiendo y se llevaron algunas cosas menores pero la sensación fue espantosa. Te sentís violada. Me desperté cuando se estaban yendo. Fue muy feo. No sabés si va a volver pasar. Sentí mucho miedo por mi madre y por mi hermana, que viven aquí al lado. Empecé a poner rejas y al poco tiempo volvieron. No pudieron entrar pero se llevaron ropa de la cuerda, cosas de afuera.
-¿Hiciste la denuncia?
-No, ¿para qué? Se habían llevado poca cosa, celulares y eso. Pero más allá de mi caso, pienso que el gobierno falló en ese aspecto y por ahí viene el voto castigo. Fue una ola de desgracia estos últimos años a nivel de rapiña, homicidios, con la droga de por medio... La pasta base está en todos los barrios con total impunidad. En la esquina de la casa de mi hermana hay una boca de pasta base y mi sobrino tiene 9 años. No entiendo cómo, si todo el mundo sabe que en ese lugar hay una boca, la policía no hace nada. ¿Qué pasa con el gobierno? ¿Por qué no ataca esos focos? Yo igual los voté. Con sus errores, los acompaño igual.
-¿Qué te genera miedo del gobierno que viene?
-¿Qué te parece la imitación que hace Rusito González de Los Muchachos a Lacalle Pou?
-El Ruso González hace la mejor imitación de Carnaval de Lacalle Pou. Ya me adelanto a decir que él va a ser la Figura Máxima del Carnaval. No solo por la imitación, sino con lo que hace con la historia de la música tropical.
-También se han reproducido críticas fuertes en varios conjuntos hacia Lacalle Pou, usando mucho el doble sentido con “duro”...
-Dicen cosas duras, sí. Pero así son las murgas. No existe la murga diplomática. Igual, a mí me parecen peores las cosas que se dicen en las redes sociales, bajo anonimato. Porque las murgas se saben cuáles son y qué dicen. En lo personal, sé que me dan tremendo palo pero me los paso por sabés donde... ¿Por qué? Porque no uso redes sociales. Tengo un instagram que uso para promocionar mi trabajo, con el Carnaval o con los tatuajes, nada más.
-¿Estás pareja?
-Sí, con Santiago. Nos comprometimos hace poco y en breve habrá casamiento. Estamos en pareja hace cuatro años. El compromiso fue en la terraza de la casa de él. Una noche de llovizna. Habíamos cenado sushi y en cierto momento, se arrodilló y me entregó los anillos. Se me caían las lágrimas. De las parejas que tuve, fue el único que me pidió compromiso.
-¿Hay fecha?
-Por ahora no.
-¿Celoso?
-Por suerte no. Ninguno de los dos somos celosos. Nos completamos muy bien.
-¿Es carnavalero?
-No. Y está bueno que tengamos actividades e intereses diferentes. Le gusta el candombe y toca el tambor, pero el concurso del Teatro de Verano no le gusta, no le engancha.