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Cómo arreglar el mundo según “La loca del táper”: del ambientalismo imperfecto a la ineficiencia del reciclaje

La educadora ambiental que es furor en redes sociales habla sobre cómo integrar el consumo responsable en nuestro estilo de vida actual sin paralizarnos en el intento.

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Dafna Nudelman, la "loca del taper"
Foto: Cortesía Dafna Nudelman.

Tiene más de cien mil seguidores en Instagram y se dedica a promover el consumo responsable y el cero desperdicio: se llama Dafna Nudelman, pero todos la conocen como “La loca del táper”, porque va con él a todos lados. “Llegó un día en el que no quería ir a la heladería porque el kilo de helado lo venden en envases de telgopor (espuma plast), un material muy difícil de reciclar. Pero decidí ir y pedir que me sirvieran en mi táper”, contó a El País. Ya venía evitando los materiales desechables, pero siente que ese día pasó “a otro nivel”. Fue el inicio de su activismo en redes sociales.

Antes, se enfocaba en promover que cada vez “se reciclara más y más”, pero pronto se dio cuenta de que “no era la solución mágica que quería creer”. Entendió que la clave está en “ir un paso atrás” y generar menos residuos porque “reciclar es ineficiente”. “Ahora somos pocos; somos los locos. Pero, eventualmente, podré cambiar el nombre del proyecto y ser una más del táper”.

— ¿Por qué reciclar es ineficiente?
— Reciclar es más eficiente que partir de materiales vírgenes, pero requiere, por ejemplo, trasladar los materiales de un lugar a otro varias veces y eso genera emisiones de dióxido de carbono. También necesita energía, agua, tiempo y esfuerzo… Hay un montón de recursos involucrados y encima no funciona tanto porque la gran mayoría de las cosas no se reciclan. Además, las cosas no se reciclan por arte de magia. Requiere coordinación entre muchos actores y si uno hace algo mal, todo el proceso se arruina. Entonces, está bueno reciclar, pero tenemos que tratar de hacerlo menos. Deberíamos reutilizar y reparar más.

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Dafna Nudelman tiene más de cien mil seguidores en Instagram y se dedica a promover el consumo responsable y el cero desperdicio
Foto: Cortesía Dafna Nudelman.

— ¿Cómo se refleja el consumo responsable en su día a día?
— Sobre todo, en hacerme preguntas todo el tiempo. ¿Qué más puedo hacer con esto? ¿Cómo puede reutilizarse? ¿A quién puede servirle? ¿Cómo puedo alargar su vida útil para que no termine en la basura? También en no derrochar; por ejemplo, cuando me lavo los dientes no uso la enorme cantidad de pasta que muestran en las publicidades porque lo que necesito es el tamaño de una lenteja. Y elijo un cepillo de dientes que no esté hecho con 45 materiales, sino con uno solo, para que, eventualmente, sea más fácil reciclarlo. Tampoco compro bolsitas de plástico especialmente para levantar las heces del perro, sino que uso servilletas o bolsas que ya utilicé para otra cosa. Al fin y al cabo, lo más sostenible es lo que ya tenemos, es decir, antes de salir a comprar el rollo de bolsas compostables, es mejor reutilizar las bolsas de plástico que hay en casa, el papel de diario o las servilletas que nos dan en bares y no usamos. Después, algo que a veces hago y a veces no, es cocinar mi propio pan. En caso de no poder hacerlo, intento comprarle a alguien que lo venda en bolsa de papel, pero, si no tengo otra opción, compro el que viene en bolsa de plástico y reutilizo esa bolsa para la basura. No se trata de buscar la perfección, sino de hacer lo mejor que podamos.

— ¿Por qué es importante hablar de ambientalismo imperfecto?
— Muchas veces pasa que cuando las personas no pueden hacer todo a la perfección y sin contradicciones, terminan sin hacer nada. El tema es que la coherencia perfecta es inalcanzable, sobre todo viviendo en una ciudad. La idea no es volver a la era de las cavernas y vivir con un taparrabos, sino reflexionar acerca de cuántas de estas cosas que nos dan calidad de vida son suficientes y cuántas son una comodidad excesiva. Creo que tenemos cierta capacidad de agencia dentro de un sistema que nos propone ir en modo automático sin pensar de dónde vienen las cosas ni hacia dónde van. Podemos frenar y preguntarnos: ¿Quién hizo esto? ¿Cómo lo hizo? ¿Qué materiales tiene? ¿Qué pasará después, cuando no lo use? Las empresas son responsables de su producción, pero nosotros podemos elegir a quién le compramos.

El ambientalismo imperfecto nos permite actuar porque, si no, estaríamos paralizados. Si separo la basura, pero no hago compost, ¿dejo de separar la basura? Y no. Ya de por sí vivir es bastante difícil; tenemos que cuidar hijos, padres, mascotas y a nosotros mismos, trabajar, no deprimirnos porque el mundo está como está… Es demasiado como para sumarnos una presión excesiva por hacer todo y hacerlo bien. Además, hay un privilegio en esto de pensar cuál es el impacto ambiental de nuestras decisiones. Muchas personas no pueden considerar eso. Entender eso nos da empatía y compasión con nosotros mismos y con los demás. Pero sí, cuando nos volvemos conscientes de la crisis climática, es muy difícil no caer en la angustia.

— ¿A usted le ha pasado?
— Sí, claro, todo el tiempo. Y lo que puede hacerse con eso es lo mismo que puede hacerse cuando uno siente ansiedad por cualquier otra cosa: conectar con la naturaleza, pasar tiempo con mascotas, charlar con gente, etcétera. Muchas veces nos sentimos solos en la lucha, entonces puede servir juntarnos con otros que estén más o menos en la misma. También es cuestión de autopreservarse; por ejemplo, por un tiempo dejar de exponerse a imágenes o noticias catastróficas.

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Dafna Nudelman con su libro "Cómo rompimos el mundo y cómo podemos arreglarlo"
Foto: Dafna Nudelman.

— Es autora del libro Cómo rompimos el mundo y cómo podemos arreglarlo. ¿Qué debe suceder en lo inmediato para arreglar el mundo?
— Tenemos muchas crisis que se solapan. La crisis del plástico, por ejemplo, está cada vez más presente. Hace poco leí que se encontró plástico en testículos de hombres y de perros, y que a mayor plástico, menor esperma, entonces quizás esto esté afectando la reproducción. Pero, aun así, no tiene la misma urgencia que la crisis climática, que nos está poniendo un punto final. Afecta a todo el planeta y es irreversible. Estamos cambiando el clima y eso nos llevará a vivir en un mundo desconocido. Por eso, debemos hacer una transición hacia energías limpias y también consumir menos porque, si seguimos aumentando la demanda, tampoco las energías renovables serán suficientes.

ACTIVISMO

Próximos proyectos de La loca del táper

Nudelman tiene dos proyectos en mente para este año. Primero, está preparando una academia con clases sobre temas de sostenibilidad para empresas o particulares; por ejemplo, cómo calcular la huella de carbono y cómo reducirla o compensarla, o cómo tomar decisiones responsables en cuanto al packaging.

Además, está buscando sponsors para crear contenido audiovisual acerca de cómo se producen las cosas que usamos y qué pasa después de que las dejamos de usar.

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