Los neumáticos y cámaras fuera de uso (NFU) representan el 0,37 % de los residuos generados en Uruguay. Parece poco, pero son más de 12 mil toneladas anuales; algo así como tener 2.000 elefantes macho en la usina Felipe Cardozo. No obstante, desde 2017 casi el total de estos residuos se convierte en combustible y el resto se recauchuta o se transforma en insumo para pisos y pinturas.
En diciembre de 2015 se promulgó el Decreto 358/2015 que reglamenta la gestión ambientalmente adecuada de NFU en Uruguay. Se pusieron en marcha dos planes maestros de gestión de estos residuos: uno del Centro de Comerciantes de Neumáticos (CE.CO.NE.U) —suspendido en 2023 por resolución ministerial— y otro de la Cámara de Importadores de Neumáticos del Uruguay (CINU). Este último se conoce como RecicloNFU.
De acuerdo al decreto, toda persona física o jurídica que importe o fabrique con destino al mercado nacional neumáticos o cámaras de neumáticos deberá contar o adherir a un plan maestro de gestión de neumáticos fuera de uso. Lo mismo aplica para los generadores especiales: organismos del Estado con flota de vehículos (como gobiernos departamentales, policía y bomberos), servicios de transporte de pasajeros, transportistas de mercancías y carga, proveedores de servicios con flota de vehículos o que brinden servicios de maquinaria pesada, vial y similares, y plantas de reconstrucción de neumáticos.
“Antes, la mejor opción era que se enterraran, pero en la práctica muchos quedaban dispersos en campos o fondos de empresas”, señaló a El País el gerente de RecicloNFU, Lumber Andrada. La acumulación de lluvia en los neumáticos acopiados de forma indebida promueve la proliferación de insectos y roedores; además, “la disposición final en rellenos sanitarios o vertederos genera problemas operativos”.
Cómo se valorizan los neumáticos fuera de uso
RecicloNFU recoge estos residuos de forma gratuita en gomerías, talleres, centros de acopio de intendencias y empresas de transporte de todo el país. Tienen 12 centros de acopio regionales y uno centralizado en Montevideo donde se encuentra su planta de trituración primaria. “La mitad de los NFU viene de vehículos de particulares y la otra mitad de empresas y entes públicos”, comentó Andrada.
Antes de pasar al reciclaje, el plan promueve el recauchutaje de neumáticos que pueden reconstruirse y volver al mercado. “En Uruguay hay tres empresas que lo hacen. Nosotros les damos los neumáticos viejos y los subsidiamos para que el nuevo y el reconstruido valgan casi lo mismo”, mencionó el gerente. También donan el producto entero para su reutilización en pistas de competencia de automóviles, juegos infantiles, actividades deportivas y mobiliario urbano, entre otras aplicaciones.
El 90% de los NFU recolectados pasan a valorización energética: “Se trituran y utilizan como combustible en un horno de cemento para hacer portland y subproductos, sustituyendo al carbón de coque”, explicó y agregó que trabajan en alianza con Cementos Artigas S.A. El resto pasa a valorización material; primero, se envía a una planta de trituración secundaria y luego esta deriva el producto para la fabricación de pisos de seguridad, relleno de canchas de césped sintético e insumo de obras viales.
“Lo que queda es polvo de neumático —unos gránulos de 2mm— que se convierte en las pelotitas negras que se usan en canchas, gimnasios y plazas, o que se adhiere a la pintura”, indicó Andrada.
¿De dónde sale el dinero para gestionar los NFU?
RecicloNFU es un fideicomiso que hoy tiene 120 empresas adheridas. Tanto la recolección de los NFU como la disposición del material para su valorización se realiza de forma gratuita.
Pero ¿Cómo se financia? “Se estima cuál es costo de recolección, trituración y destino final, se hace un prorrateo para procesar ciertas toneladas al año y esos fondos son cubiertos proporcionalmente por los importadores, según los kilos que cada uno ingresa al país”, explicó Andrada.
Neumáticos que se transforman en plazas y pintura
Una empresa que se ocupa de esta valorización material es Paramagom, que tiene más de 20 años de experiencia en la elaboración de productos de caucho. Según su director, Daniel Rama, RecicloNFU les manda alrededor de 240.000 kilogramos de chip prepicado de cubiertas —de 2 a 5 centímetros— por año. “Los polvos generados se utilizan para plazas infantiles, canchas de fútbol de césped sintético, canchas multifunción, caminería, pistas de atletismo y pinturas aislantes”, dijo a El País, y agregó que esto les permite desarrollar su actividad sin tener que hacer inversiones no rentables.
La historia no termina ahí. Paramagom también vende el polvo de neumático a otras empresas, como Pinturas Suma. Rossana Montes de Oca, co-fundadora, contó que utilizan unos 1.500 kilogramos de este material por mes para fabricar pinturas “amigables con el ambiente” que den “una solución al problema de difícil disposición de este residuo”. Además, sostuvo que el caucho mejora la durabilidad del producto.
“Para que la economía circular suceda, los gobiernos deben promoverla”
¿Por qué la valorización material representa tan solo el 10% del plan? Para Andrada, la clave está en que “para que la economía circular suceda, los gobiernos tienen que promoverla”. En este sentido, afirmó: “Si un gobierno dijera ‘utilizo polvo de neumático en carreteras o en otros elementos’, eso mejoraría la vida útil del producto, pero Uruguay no toma como política pública la reinserción de residuos y ese es un problema”.
Desde RecicloNFU han hablado “varias veces” a nivel político “por el tema de compras públicas”, pero “no ha sido prioridad hasta el momento; ni de este gobierno ni de los anteriores”. Por último, sostuvo: “Es un tema de costos. En este caso, el material reciclado es un 10% más caro que el convencional. Pero es lo que el mundo necesita para ser sostenible”.
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