Redacción El País
El pasado viernes 21 de noviembre, el innovador estudio sobre secuestro de carbono de la escuela rural Alfred Nobel, que ya fue premiado a nivel internacional, recibió un reconocimiento más. Esta vez fue el certificado de verificación LSQA, que puso en blanco sobre negro la calidad y el rigor científico del estudio.

El proyecto de la escuela rural, ubicada en Las Violetas, Canelones, consistió en medir la captura de carbono de los árboles que estaban en el predio del centro de estudios y comparar la capacidad de los nativos y los exóticos. Sus resultados recibieron el premio de Globe Internacional y llamaron la atención de LSQA.

Según un comunicado de la certificadora, "al enterarse del proyecto, LSQA consideró que podía aportar un respaldo profesional y científico a los hallazgos de los alumnos. Tras evaluar la propuesta, decidió colaborar mediante una auditoría bajo la norma ISO 14064-1, estándar que asegura la precisión y la transparencia en la cuantificación y reporte de emisiones de carbono".

El comunicado emitido por la compañía indica que este "proceso incluyó el trabajo de un equipo técnico de LSQA con amplia experiencia, que analizó los resultados obtenidos por los estudiantes con el rigor que exigen las normas internacionales".

En ese sentido, agrega que "la verificación, realizada el pasado 17 de octubre, confirmó que los datos presentados por la escuela cumplen con los estándares internacionales, una validación que refuerza el esfuerzo y el compromiso de los estudiantes".

La norma ISO 14064 "es un estándar internacional que proporciona un marco para la cuantificación, el informe y la verificación de las emisiones y remociones de GEI", explica el sitio especializado Manglai y apunta que "esta norma no solo permite a las organizaciones comprender su impacto ambiental, sino que también les facilita la gestión y reducción de sus emisiones, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático".

Foto: Gentileza Darío Greni

"Se identificaron algunas oportunidades de mejora —normales en toda verificación—, pero el resultado reflejó un trabajo exhaustivo y materialmente correcto sin discrepancias", agrega.

El País conversó con el maestro que lideró este trabajo, Darío Greni, que además es director de la escuela. "Fue un día de esos que uno disfruta y termina la jornada con una sensación de alegría y satisfacción", contó.

"El hecho de que reconozcan el trabajo que hacemos con los niños de sexto año nos da todavía más ganas de seguir trabajando de esta manera", agregó.

Los niños estaban expectantes por la entrega del certificado. "¡Todos los días me preguntaban cuándo venían!", recordó el maestro, y dijo: "Estaban súper contentos y lo lindo también fue que nos acompañaron sus padres, algo que es importante y me gusta mucho porque es un momento único".

Ellos eligieron el lugar donde se colgaría el certificado: en la pared frente a la entrada principal al edificio. "Ayer me decían: 'Es nuestra presentación, maestro'", contó Greni.

Foto: Cortesía Darío Greni.

A su vez, la verificación de LSQA les dio herramientas para mejorar sus procesos: "Nos dimos cuenta de que estábamos un poquito flojos en el registro de las evidencias y los materiales utilizados para hacer las mediciones, es decir, en detallarlos de forma más técnica y específica". La idea es incorporar estos elementos en futuras investigaciones "para hacerlo de la forma más objetiva posible".

Para los chicos, el proyecto fue una llave que les abrió las puertas del mundo. No solo se acercó LSQA; también, hace pocos días, un colegio de Rosario, Argentina, se contactó porque quiere implementar una investigación similar en su centro educativo. "Mis estudiantes y yo les daremos las directivas de cómo encararlo", comentó Greni.

Otra institución que se acercó fue la Universidad Nacional Agraria La Molina, de Perú. Una profesora pidió a los alumnos de la escuela rural, de 11 y 12 años, que explicaran lo que hicieron a través de una videoconferencia para motivar a los estudiantes de la universidad con una investigación similar.

Greni acotó: "Ellos se sienten empoderados al saber que estudiantes mayores están pidiéndoles que los acompañen en su proceso de trabajo".

Foto: Escuela N°88.

El proyecto de secuestro de carbono va en línea con la importancia que la escuela le da al cuidado del ambiente y la biodiversidad.

De hecho, tienen otra propuesta que tiene que ver con la concientización para reducir la huella de carbono. "La idea de esta iniciativa era generar una campaña de concientización para comunidad de adultos de la ciudad de Canelones, pero no se pudo por falta de tiempo. Así que lo continuarán el año que viene los chicos de 5°, que serán los estudiantes de 6°, mencionó el maestro.