Hidroponía: un método de cultivo que se puede tener en casa, no requiere suelo y consume menos recursos

Al no depender del clima, puede ser una alternativa sostenible en momentos de crisis; además, el uso controlado de fitosanitarios permite producir alimentos seguros.

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Hidroponía
Cultivo hidropónico de Verdeagua.
Foto: Cortesía Verdeagua.

“La hidroponía es la solución alimentaria para el hambre que se avecina en el mundo”, aseguró a El País el ingeniero agrónomo Álvaro Sánchez, consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de la Empresa (UDE). Este método —conocido como ‘agricultura sin suelo’— permite cultivar plantas a partir de disoluciones minerales que contienen todo lo que estas necesitan para crecer y asegura un uso más eficiente del agua y los fertilizantes.

El primer motivo por el que la hidroponía podría mitigar el hambre en el mundo es que no depende del clima. El sistema se diseña en invernaderos que permiten controlar la temperatura y la humedad y generar confort para las personas y las plantas, explicó Sebastián Figuerón, director de Verdeagua, empresa uruguaya que se dedica al cultivo hidropónico de hojas verdes.

En la misma línea, Sánchez resaltó: “Puede hacerse en la azotea, en un balcón, en cualquier lado. Incluso, Argentina tiene una huerta hidropónica en la Antártida”. Así, se obtienen vegetales frescos hasta en una de las regiones más inhóspitas del planeta.

Hidroponía
Cultivos hidropónicos de Verdeagua.
Foto: Cortesía Verdeagua.

Además, se trata de un sistema sumamente controlado que reduce el consumo de energía, agua y fertilizantes. “Utiliza desde 20 hasta 50 veces menos de agua que los cultivos tradicionales, no hay uso de herbicidas y es apto para el consumo humano directo”, afirmó el ingeniero agrónomo. “Si un producto es certeramente hidropónico, no hace falta pasarlo por hipoclorito ni nada de eso porque no tiene aplicación de fitosanitarios residuales o con metales pesados”, aseguró.

Para él, sobre todo, “es un excelente agronegocio”. “Si diera pérdidas, no lo haría nadie”, expresó. De hecho, según datos de la FAO, los cultivos hidropónicos tienen, en promedio, una productividad cuatro veces mayor que la de los convencionales. Por ejemplo, cada 100 a 120 toneladas de tomate cosechados en suelo agrícola, se cosechan entre 450 y 600 toneladas en sistemas hidropónicos.

Apostar a la hidroponía en Uruguay

Según datos de la FAO, el 72% de las extracciones mundiales de agua dulce se utiliza para el sector agrícola y en Uruguay este número asciende al 87%. En este sentido, la hidroponía da lugar a un escenario muy distinto. “El sistema funciona con un circuito cerrado, así que el consumo se da únicamente por el crecimiento de las plantas y la evaporación, pero no volcamos agua al suelo”, sostuvo Figuerón, de Verdeagua.

La empresa cuenta con 2,5 hectáreas de producción hidropónica y por año genera mil toneladas de variedades de lechuga, albahaca, espinaca, berro y kale. Además, abastece de tomate y cebolla lista para consumir a cadenas gastronómicas. Es una empresa B certificada desde 2016, lo que significa que cumple con estándares verificados de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad, y obtuvo el Premio Nacional de Ambiente en 2022, otorgado por el Ministerio de Ambiente.

A su vez, en 2022 adquirieron un parque fotovoltaico para producir energía renovable a partir de paneles solares que genera aproximadamente el 25% del consumo actual de la empresa, indicó Figuerón. Su último reporte de sostenibilidad destaca que han incorporado códigos QR en las etiquetas de sus productos para que los consumidores accedan a información sobre puntos de reciclaje cercanos. Y en cuanto a los residuos orgánicos, el empresario señaló que los compostan dentro de la empresa o lo dan a otras organizaciones que se encargan del compostaje.

Según Figuerón, estas acciones sostenibles no necesariamente encarecen el producto final. “Tiene un precio estable porque tenemos costos de producción estables. Los eventos climáticos no nos afectan tanto como al cultivo de campo, entonces la ley de oferta y demanda no aplica”, explicó.

Alternativa en épocas de crisis

La hidroponía como aliada de la producción ganadera

El forraje verde hidropónico es una técnica de siembra para consumo animal que permite producir avena, cebada, trigo, maíz, sorgo, moha, sudán y rye grass, entre otros, en un corto periodo de tiempo comparado con la siembra del mismo cultivo a campo, de acuerdo a una publicación de la Escuela Agraria de Rosario de la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU). Este tiempo puede ser de 12 a 14 días, indica el estudio, que lo ve como “una alternativa en épocas de crisis cuando el forraje es escaso o las reservas son costosas debido a la sequía”.

En efecto, el ingeniero agrónomo Sánchez entiende que este sistema es “un seguro alimentario para el productor rural”: “En condiciones de seca como ha habido en este país o cuando hay demasiada agua y se pudre todo, en poco más de diez días tiene la producción de forraje verde asegurada y de una calidad nutricional estupenda”, afirmó.

Desafíos y oportunidades de la hidroponía

Ahora bien, si este sistema es tan bueno, ¿por qué no lo aplican todos los productores? Según Figuerón, hay dos razones principales: “Tiene un costo de inversión intensivo y una curva de aprendizaje muy alta”. “Se necesitan muchos años para desarrollar un cultivo y mantenerlo en el tiempo”, subrayó.

Sánchez resaltó la cuestión del aprendizaje, ya que “hay una falta general de conocimiento” sobre el tema. “Los productores deben estar bien asesorados de forma cuasi permanente”, sostuvo. Ha trabajado con mujeres del medio rural en alianza con la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la UDE y la Organización Internacional del Trabajo, así como también dictando cursos con apoyo de Gobiernos Departamentales, “pero no hay una continuidad de las acciones, y cuando el asesoramiento se corta, el emprendimiento se cae, porque no es tirar agua solamente”.

Actualmente, da clases de hidroponía para estudiantes de la FCA y también dicta un curso en línea para público en general, que ofrece la Facultad. A su vez, mencionó que trabaja junto a la Intendencia Departamental de San José para lanzar un curso para productores rurales financiado por el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop).

Hidroponía
Cultivo hidropónico de Verdeagua.
Foto: Cortesía Verdeagua.

Para la FAO, la hidroponía es clave para mejorar la seguridad alimentaria, ya sea en producciones familiares o a gran escala. Con este sistema “cualquier persona, en un balcón, una azotea o un pedacito de terreno, puede tener algo de producción verde, siendo que las hortalizas son una fuente fundamental de vitaminas y minerales”, subrayó Sánchez, y contó que los cultivos más implantados son lechuga, berro, albahaca, rúcula y plantas aromáticas como ciboulette, menta, orégano, perejil y cilantro.

“Los niños muchas veces no saben comer hortalizas. Los sacás del tomate y alguna cosa más y no quieren nada. Y es un problema que pagará el país. Si queremos un Uruguay saludable, debemos tener una alimentación saludable. Y si queremos una juventud inteligente, debemos darle hortalizas”, concluyó.

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