El turismo sostenible es “la forma más sana de pensar al turismo”, sostuvo la directora de Desarrollo Operativo e Innovación del Ministerio de Turismo (Mintur), Karina Larruina, quien trabaja en el desarrollo del Sello Verde Turístico, un reconocimiento que otorgará este año la cartera a servicios de alojamiento turístico que cumplan con requisitos de sostenibilidad.
El proyecto nació en 2016 en un grupo de economía verde y fue adaptándose a los cambios en materia de turismo hasta su lanzamiento, en 2023, contó Larruina. El sello es verde, pero eso no significa que mire solamente lo medioambiental, sino que “abarca el concepto de sostenibilidad turística, calidad del servicio, accesibilidad, inclusión; todos esos temas que hacen un mejor desarrollo de la actividad”.
El año pasado se abrieron las postulaciones para los servicios de alojamiento turístico interesados en tener el reconocimiento y sobre mitad de este año –estima la directora– se conocerán los resultados de la auditoría externa. “La idea es promocionar los establecimientos que cumplan con estos requisitos”, señaló.
Asimismo, indicó que el sello durará por un período de tiempo –se determinará si uno o dos años luego de la auditoría– y luego los servicios de alojamiento deberán volver a postularse. “Buscamos que los establecimientos sigan mejorando y, de acuerdo al volumen que tengamos, tendremos estrategias para el contralor”, sostuvo Larruina.
Algunos de los aspectos que se evalúan son: condiciones laborales y de seguridad, equidad de género, uso de agua y energía, manejo de residuos y efluentes, puesta en valor y protección de elementos naturales y patrimoniales, acciones de mitigación del cambio climático e impacto en el desarrollo social y económico de la comunidad de la cual forma parte la empresa.
Un gran desafío en la implementación de esta herramienta es la falta de registros de los establecimientos: “Por ejemplo, en algunos lugares utilizan agua de pozo y no controlan cuánto gastan”. Sin embargo, se ven buenas prácticas, sobre todo en lo que tiene que ver con “el vínculo con la comunidad, la participación en ámbitos de gobernanza y la creación de valor local”.
“Queremos tomarnos el tiempo que sea necesario para ser lo más serios posible porque si certificamos buenas prácticas y cuando el usuario llega no es tan así, pierde credibilidad el sello”, añadió Larruina.
Desarrollo turístico sostenible
Remo Monzeglio, subsecretario del Ministerio de Turismo, afirmó en diálogo con El País que la cartera “está totalmente comprometida con la sostenibilidad". "No es una tarea de una sola gestión; viene de tiempo atrás y seguiremos trabajando en ese camino”, dijo.
Para él, el turismo sostenible es fundamental para preservar su propio producto, que son los destinos. Puso el ejemplo de República Dominicana y Haití, dos países que comparten la misma isla: el primero con “flora y fauna impresionantes”, y el segundo donde no queda nada de eso. “Ahí uno se da cuenta cómo un mismo lugar, según como se trate, puede convertirse en uno de los países con mayor crecimiento turístico o en un infierno donde prácticamente es imposible vivir”, señaló.
Además, Monzeglio apuntó a reforzar la enseñanza relacionada al turismo. “La educación ambiental se trabaja en las escuelas, pero nosotros tenemos una gran responsabilidad de que se trabaje aún más, y eso lo podemos hacer brindando charlas de expertos y emitiendo material de concientización”, afirmó.
Por su parte, Oscar Iroldi, asesor técnico de la Subsecretaría, planteó que el turismo sostenible, más que un tipo de turismo, es una forma de ser, hacer y pensar. Hoy, esto se traduce en cuatro principios que –indicó– se reflejan en el Plan Nacional de Turismo Sostenible: atender la calidad de la experiencia turística; proteger el patrimonio natural y cultural; optimizar la rentabilidad del sector y fomentar la participación de las comunidades receptoras.
Turismo sostenible, no ecoturismo: una diferencia clara
Larruina señaló que la sostenibilidad en el sector turístico va mucho más allá de lo ambiental: “El turismo está vinculado al paisaje en espacios naturales y urbanos, pero también es una actividad social que se desarrolla en un territorio donde hay una comunidad que recibe personas, y una actividad económica que genera oportunidades de desarrollo local”.
En este sentido, es importante separar dos conceptos que pueden confundirse: una cosa es el ecoturismo, vinculado al turismo en espacios rurales y naturales, y otra es el turismo sostenible, que abarca todas las modalidades turísticas. “Lo contiene, porque una propuesta de ecoturismo es sostenible”, explicó la directora. Y ahondó: “El ecoturismo sensibiliza respecto a la conservación de la biodiversidad, el entorno natural y los bienes culturales y requiere procesos de gestión especiales para minimizar el impacto negativo en el ecosistema”.
Iroldi afirmó que “el turismo sostenible no es un destino al que se llega; es una construcción permanente”. Por eso, hoy se habla de desarrollo turístico sostenible. “Es un constante reajuste, y cuando hay diálogo público-privado es más fácil”, sostuvo. Ese diálogo se da, según él, hace por lo menos 10 o 15 años con la Cámara Uruguaya de Turismo, institución civil que agrupa gremiales sectoriales, asociaciones y cámaras regionales.
De hecho, el foco en lo sostenible “no entró solamente de la mano del Estado, sino de todas las empresas e instituciones del sector. No es el Estado el que lo instala, sino la necesidad global de atender este tema”, resaltó el asesor.
Así, el tema se incorporó de forma “natural”, pero “con enormes desafíos”. Por ejemplo, en términos de eficiencia energética o economía circular, “el sector privado necesita mucho estímulo para cobijarse bajo el manto de la sostenibilidad, porque los costos son altos”. Y sí, la sostenibilidad “no es gratis”, pero “es el camino para asegurar nuestra supervivencia y la de las generaciones futuras”.
De acuerdo a Monzeglio, una de las formas en las que el compromiso con la sostenibilidad pasa a la acción es a través del “control de que los cruceros no contaminen y cumplan con las regulaciones nacionales e internacionales, por ejemplo, en cuanto al manejo de los residuos”.
Al respecto, el jerarca añadió: “Mucha gente los ve con suspicacia y, sin embargo, el tratamiento de los residuos es de una extrema precaución”.