¿Qué tan lejos hay que ir para apreciar formaciones geológicas de al menos 70 millones de años? ¿Y pinturas rupestres con 1.000 años de antigüedad? No mucho, en realidad. El departamento de Flores cuenta con un Geoparque Mundial de la Unesco —el primero y único del país y el segundo de América Latina—, una zona abierta al público con geositios de especial importancia científica, rareza o belleza que, a su vez, promueven el desarrollo sostenible de la comunidad local. Es el geoparque Grutas del Palacio y se ubica en la Ruta 3 a la altura del km 236.

Para el doctor en Geociencias César Goso Aguilar —miembro del Comité Nacional de Geoparques y coordinador científico de Grutas del Palacio—, estos sitios “merecen ser conservados”. “Representan un hito o el mejor ejemplo de algún evento del pasado geológico y sirven para seguir respondiendo preguntas”, dijo a El País y explicó que su importancia está dada por su origen, el tipo de roca, mineral o fósil que contengan, el suelo o las aguas subterráneas.

El geoparque Grutas del Palacio ofrece la oportunidad de visitar paisajes naturales y lugares de interés geológico, paleontológico, arqueológico, histórico y cultural. Hay cavernas, llanuras, colinas, cerros, canteras, lagos, arroyos y ríos, una falla geológica de más de un kilómetro de extensión, arenales con vestigios de culturas indígenas y un mar de piedras, entre otras atracciones.

Son 15 los geositios que integran este territorio de alrededor de 3.600 kilómetros cuadrados. Hay dos de valor internacional: Grutas del Palacio —que da nombre al geoparque— y Dique Máfico. El primero es el preferido de Goso Aguilar: “He visitado el lugar con colegas de otros países y quedan impresionados con el proceso geológico que está allí representado”, contó y agregó que si bien hay formaciones similares en Soriano, Paysandú y Durazno, en Flores son las más grandes.

Este punto también es el favorito del geólogo Mauricio Faraone, especialista en Patrimonio Geológico y Geoconservación y miembro del Comité Nacional de Geoparques. “Es una geoforma que no se da en otras partes del mundo y muestra un proceso geológico activo que la moldea: la erosión hídrica”, señaló a El País.

El experto, que integra la Dirección Nacional de Minería y Geología (Dinamige), sostuvo: “Esto nos da a entender que la superficie del planeta está en constante cambio”.

Foto: César Goso Aguilar.

En cuanto al Dique Máfico, se trata del filón de una roca magmática con escaso mineral de cuarzo que recibe el nombre de gabro. “Es una cantera abandonada de un tipo de roca que fue explotada y que el común de la gente conoce como 'granito negro'”, indicó Goso Aguilar y explicó que representa una manifestación geológica de hace 1.800 millones de años. “Es el registro de una intensa factura que sufrió la corteza terrestre por la cual subió el magma que luego se enfrió y dio lugar a estos filones”, especificó.

También está la Localidad Rupestre de Chamangá, el Lagarto de Piedra, los Cerros de Ojosmín, el Parque Bartolomé Hidalgo y el Ecoparque Tálice, entre otros.

Si bien hay riesgos de degradación de origen natural —como la erosión—, las actividades humanas son una amenaza para la conservación del patrimonio geológico, sostuvo Faraone. Por ejemplo, mencionó que “la extracción irracional de granito gris de Chamangá hasta fines del siglo XX puso en peligro la conservación de este paisaje granítico y las pinturas rupestres que dejaron grabadas los pueblos originarios”. Otra amenaza —dijo— es la expansión de la forestación de eucaliptos.

El problema es que los geoparques no son una figura de protección como lo son las Áreas Protegidas. Por este motivo, el departamento de Flores incorporó los geositios y otros puntos de interés del Geoparque en sus Directrices Departamentales de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, que constituyen “una herramienta de protección a través de medidas cautelares sobre la forestación y la minería”.

Foto: César Goso Aguilar.

Además, este territorio funciona como activo económico sostenible; por ejemplo, a través del desarrollo del turismo responsable y la geoeducación. “Estimula la creación de empresas locales, nuevos puestos de trabajo y cursos de formación, al tiempo que se protegen los recursos geológicos de la zona”, afirmó el experto.

Antes de la creación del geoparque, Grutas del Palacio tenía “un cuidador en la puerta y nada más”, contó Goso Aguilar. Iban unas 6.000 personas por año. Hoy, van alrededor de 10.000. Ambos expertos coincidieron en que cada vez hay mayor conciencia acerca de la importancia de este lugar.