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¿Realidad o marketing? Empresas reportan sus avances en sostenibilidad y la transparencia es la clave

Cada vez más empresas en Uruguay y el mundo quieren sumarse a la sostenibilidad, pero hacerlo implica un compromiso genuino e informes honestos.

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Empresarios reporte
Funcionarios de una empresa visualizan reporte de sostenibilidad.
Foto: Freepik.

De triple impacto, ecológica, verde, sin desperdicios… Estas son solo algunas de las formas de decir que una empresa o un emprendimiento es sostenible, pero, en el fondo, ¿es realidad o marketing? Como planteó la gerenta de Marketing, Sustentabilidad y Comunicación Corporativa de ITAÚ, Lucía Cabanas, en el evento ‘Líderes de triple impacto’ que organizó El País: “Hay que tomar la decisión de mostrar los indicadores que cumplo y los que no mido todavía. Y en el reporte de sostenibilidad siguiente hacerme cargo de qué pasó, si medí o no medí”.

Una cosa es ser sostenible y otra, muy distinta, parecerlo. Entonces, en sus reportes de sostenibilidad, las empresas deben apelar a su mayor sinceridad: mostrar claramente si midieron los indicadores o no, si cumplieron sus metas o no y, por sobre todo, no esconder aquello en lo que todavía no avanzaron.

En este sentido, la red de sostenibilidad corporativa Pacto Global creó una herramienta que busca, justamente, la comunicación transparente de resultados medibles. Se llama Comunicación de Progreso (CoP) y abarca aspectos de derechos humanos, normas laborales, medioambiente y anticorrupción. Las más de 60 empresas que integran la red en Uruguay tienen tiempo para publicarlo hasta el 31 de julio.

¿Qué implica un buen reporte de sostenibilidad? ¿Por qué una empresa invertiría tiempo y dinero en hacerlo? Y las Pymes, sobre todo, ¿no tienen otras prioridades?

“La CoP es un ejercicio, una radiografía que hace la organización, que permite pasar de los compromisos a metas específicas con fechas específicas y objetivos específicos”, explicó a El País el director ejecutivo de Pacto Global Uruguay, Felipe Filomeno. El fin es comprender, medir, monitorear y divulgar su progreso en relación con los Diez Principios de Pacto Global y su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Filomeno habló de “ejercicio”, y de eso se trata. No es un formulario que la empresa pueda llenar de un día para el otro. Implica interpretación, análisis y, en ocasiones, la producción de indicadores que antes no estaban contemplados por la organización. Por lo tanto, se necesitan recursos: tiempo, dinero y personas.

Empresa
Empresarios revisan reporte.
Foto: Freepik.

El caso de Gemma: desafíos y oportunidades de medir el progreso

Lejos de entender estas exigencias como un gasto, Tamara Farré, socia fundadora y directora de Consultora Gemma, una PYME que se especializa en sustentabilidad y desarrollo humano, entiende que los reportes de impacto y sostenibilidad generan valor. “La medición y la transparencia apuntan a la mejora continua y permiten generar redes y alianzas y desarrollar una comunicación empática para conectar con clientes, grupos de interés y proveedores”, dijo. Es, en otras palabras, lo que Filomeno llama “construir narrativa”.

Gemma se adhirió a Pacto Global en 2022 y ahora está trabajando en la plataforma CoP, el cuestionario estandarizado disponible de forma digital que es igual para todas las empresas del mundo. “Esta base de datos compartida permite a las empresas compararse dentro de su propio sector y con otros países, y ver dónde están paradas y qué oportunidades de crecimiento tienen”, explicó Filomeno.

Para Farré es “sustantivo” que los compromisos a los que adhieren las empresas en Pacto Global tengan una rendición de cuentas. “En este camino siempre hay cosas que pueden mejorarse, y este tipo de herramientas permiten reorientar la energía y decir: ‘Si es acá donde tengo el debe, es acá donde tengo que trabajar’”, expresó.

No obstante, el proceso –sobre todo para una Pyme– puede ser desafiante. “A veces, las herramientas de medición son complejas en su narrativa o en el tipo de indicadores que piden, porque no están pensadas específicamente para una lógica de pequeña o mediana empresa”, sostuvo. Es laborioso, pero no necesariamente malo: “Eso, de alguna forma, nos lleva a un lugar creativo, de interpretación. Por ejemplo, si se pregunta sobre la existencia de determinado comité, quizás la Pyme no lo tenga con ese nombre, pero puede reflexionar acerca de si es o no colectiva la manera de abordar ese tema en la organización”.

También pasa que “la forma de medir que plantea la CoP no siempre es igual a la forma que tiene la empresa, y eso implica construir información de una manera nueva”. Por eso, Farré recomienda hacerla con tiempo. En Gemma, por ejemplo, realizan la CoP de Pacto Global y, en simultáneo, el Resumen de Impacto por ser una empresa BIC –es decir, una Sociedad de Beneficio e Interés Colectivo caracterizada por el compromiso de generar un impacto positivo social y ambiental como elemento central de su negocio–, y el proceso les lleva alrededor de seis meses.

YING Y YANG

Impactos positivos y negativos.

La Comunicación de Progreso tiene las mismas preguntas para las 22 mil empresas que integran Pacto Global en todo el mundo, indicó el director ejecutivo de la red. Muchas de estas preguntas tienen “un componente de avanzar”; por ejemplo, las opciones de respuesta pueden ser: ‘No tengo esta política y no la voy a trabajar’, ‘No tengo esta política, pero es algo importante y lo elaboraré en dos años’, ‘Tengo esta política y la comunico internamente’ y ‘Tengo esta política, la comunico interna y públicamente’. A su vez, el director ejecutivo afirmó: “Hay una comunicación tanto de los impactos positivos y cómo piensan fomentarse, como de los impactos negativos y cómo piensan mitigarse”.

Otro tema no menor es tomar en cuenta de dónde viene la información y cómo se construye. “Como es una herramienta anual, es fundamental la trazabilidad de los datos”, subrayó la directora de Gemma. Y añadió: “Por ejemplo, ¿cuál fue el criterio utilizado para determinar cierto porcentaje? ¿Se tuvo en cuenta a todos los proveedores, a los de determinado rubro, a los estratégicos? No es lo mismo el 50% de todos los proveedores, que el 50% de los proveedores de Montevideo. Y a veces cuando uno lo llena cree que es obvio, pero para quien viene después, no lo es”.

Asimismo, la CoP es una oportunidad para fortalecer temas que la organización tenía “más en el aire”. A modo de ejemplo, Farré se refirió al diseño y seguimiento de políticas que fomenten la igualdad: “Una cosa es decir ‘no discrimino’, pero, institucionalmente, ¿dónde está eso reflejado? Si pasa algo, ¿quién se hace cargo? ¿Cómo se activa el mecanismo de denuncia?”. En este sentido, remarcó que “estas cuestiones estructurales no son habituales en las Pymes por la cercanía de los vínculos, pero es clave considerarlas ahora que la estructura es pequeña, porque luego será más complejo”.

La idea de la CoP no es abrumarse; no es un examen que la empresa aprueba o desaprueba, sino apuntar a ser mejores. “Hay cosas que quizás no son para este momento, y eso está bien”, afirmó la directora de Gemma.

Medir, comunicar, ¿y luego qué?

Además de completar la CoP, Gemma la comparte con sus colaboradores. “Compartimos las respuestas para que todo el equipo pueda mirar a la organización desde esta perspectiva. Además, las integramos a nuestra gestión, es decir, llevamos los indicadores a nuestro seguimiento cotidiano y planeamos acciones en función de los resultados”, señaló Farré.

Por su parte, Filomeno contó que desde Pacto Global levantan esta información para determinar cómo apoyar a las empresas en su camino hacia la sostenibilidad con el fin de aumentar el progreso. “Si, por ejemplo, una organización detectó oportunidades en temáticas de clima o de género, entonces están nuestros programas aceleradores en esas áreas”, dijo.

Líderes de Triple Impacto

Hacerse cargo

En el evento ‘Líderes de triple impacto’ de El País, la gerenta de Marketing, Sustentabilidad y Comunicación Corporativa de ITAÚ Lucía Cabanas habló sobre la importancia de medir y comunicar el progreso de las empresas.

“¿Qué es verde y qué es sostenible? ¿Cuál es el marco y la claridad conceptual para que no todo parezca verde y sostenible? Tenemos que establecer un estándar común para entender qué está ayudando realmente a esta transición. Y ahí es importante la medición. Hay herramientas en el mercado para saber dónde estamos parados y tener un norte de hacia dónde ir. (...) No es fácil la transparencia. Hay que tomar la decisión de mostrar los indicadores que cumplo y los que no mido todavía. Y en el reporte siguiente hacerme cargo de qué pasó, si medí o no medí”.

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