Uruguay está a punto de caramelo”, aseguró Rosario Pou, ingeniera forestal e integrante de la Academia de Ingeniería del Uruguay, y afirmó que “la realidad está empujando” al sector de la construcción en madera, sobre el que trató el evento Vivir Sostenible, organizado por El País y la Cámara de Comercio Uruguay-Países Nórdicos.
En el encuentro, referentes del sector analizaron los desafíos y las oportunidades de esta actividad, y así como remarcaron todo lo que tiene para crecer, también indicaron en qué puntos se requieren mejoras.
“Hay inversión muy fuerte de empresas nacionales e internacionales”, apuntó Pou y aseguró que en Uruguay “hay madera, hay mercado y la madera es sostenible, rentable y ha evolucionado de ser una tabla a ser un producto de la ingeniería”. Sin embargo, alertó que, desde su punto de vista, es necesaria una nueva ley forestal porque “hoy los desafíos son otros”.
“Uruguay está posicionado excelente, pero tiene un grave problema: se ha ido mucha madera sin procesamiento, y se sigue yendo. Yo legislaría para desincentivar que esa madera se venda sin agregado de valor; es responsabilidad del Estado”, remarcó.
“Los bosques y la madera significan sostenibilidad, biodiversidad, bioeconomía y, en algunos aspectos, economía circular”, resumió la experta, con quien acordó Marcos Battegazzore, VP de Operaciones de UPM Uruguay. “La forestación está en el centro del desarrollo sostenible”, ya que es una de las maneras más eficientes de retener y absorber carbono de la atmósfera y “lo importante es cómo se desarrolla la forestación en Uruguay, porque para integrarse en esas cadenas de valor globales, hay que ser sostenibles y ahí la fortaleza del país es enorme”, indicó.
El foro fue inaugurado por Martín Aguirre, director de Redacción de El País, y tras él, Walter Verri, subsecretario del Ministerio de Industria y presidente del Centro Tecnológico Forestal Maderero, remarcó que el avance que se da en materia de construcción en madera y el crecimiento que se estima “es posible porque hace 40 años Uruguay decidió dar el salto y hoy se puede autopercibir como un país forestal”.
Capacitación y cambio de foco
A su turno, Vanessa Baño, senior project manager de Innovawood (red europea de investigación, educación e innovación en madera) y docente de la Facultad de Ingeniería de la Udelar, sostuvo que “el mayor desafío” al que se enfrenta Uruguay en este sector es la educación, ya que se necesita gente “formada y eficiente”. Lo bueno, dijo, es que el país “está en un buen camino, ya que incorporó esto Ingeniería y Arquitectura”.
Inés Bocage, coordinadora ejecutiva del Centro Tecnológico Forestal Maderero, apoyó esa postura y apuntó que dentro de su agenda está “la investigación, el desarrollo, la innovación, y la capacitación es fundamental”. “Además, hay que derribar la tendencia cultural de querer hacer lo que hicimos siempre, que fue la construcción tradicional. Tenemos que superar eso y pensar en todas las ventajas y la versatilidad que tiene la madera, y enamorarnos de ellas”, remarcó.
“El Centro Tecnológico Forestal Maderero tiene un fondo de becas para posgrados, para cursos cortos en el exterior y ahora estamos articulando una beca para hacer una gira tecnológica por Chile, que está avanzando mucho en esta temática”, adelantó.
Desde el lado de la academia, Eliseo Cabrera, arquitecto y coordinador académico del diploma de Especialización en Arquitectura Sostenible de la Universidad ORT Uruguay, dijo que “se precisan técnicos capacitados, que sepan lo que están proyectando y no tengan miedos ni dudas. En ORT fomentamos que se conozca la madera como alternativa y, de hecho, hay una asignatura específica de materiales y técnicas sostenibles, en la que el 80% es madera”, pero además, indicó que enseñan a calcular la huella de carbono y el diseño bioclimático, que acercarán a un futuro mucho más sostenible”.
Todos los expertos que participaron de Vivir Sostenible marcaron que es necesario que Uruguay reoriente su foco y transite un cambio cultural que integre la madera a los métodos de construcción usuales y se derriben mitos o prejuicios. Con ese objetivo, desde el Estado se viene impulsando desde 2022 la Hoja de Ruta para la construcción de vivienda social en madera. Su coordinadora, Marcia Croci, dijo que “hay mucha efervescencia en el sector” y que se trabaja para acortar los tiempos de avance en la industria. “Nos están ayudando consultores chilenos, que nos dicen que tenemos que disfrutar de los logros, porque en dos años Uruguay avanzó lo que en Chile llevó diez años. ¿Y por qué esto? Porque aprendimos de los países que más saben en la materia. Fuimos a Finlandia, a Chile, a Canadá, entre otros”, marcó.
Las pymes y sus desafíos
Daiana Morgavi, presidenta de la Asociación de Empresarios de la Madera y Afines, que está integrada por aserraderos de todo el país, en su mayoría Pymes y empresas familiares, dijo que los principales desafíos que tiene su sector pasan por el acceso a financiamiento y a materia prima nacional. “Nosotros podemos acompañar esta sinergia que se está dando de construcción en madera, nuestros principales clientes siempre fueron de la construcción y queremos contribuir a más”, apuntó.
“Necesitamos capacitarnos, aggiornarnos en tecnología, y para eso apostamos a interactuar con la academia, a acceder al financiamiento, para lograr los productos de calidad que requerirá la construcción sostenible”, dijo.
Por qué construir en madera
“Rapidez; poca mano de obra; poco impacto en el lugar; eficiencia energética”, enumeró Andrés Ferrés, jefe de ventas de Barraca Paraná, y aseguró que “a los arquitectos les gusta mucho la facilidad de diseño que les da y la adaptabilidad a futuro: porque hoy construimos una vivienda que se puede cambiar. También marcó que en Uruguay “hay un ecosistema muy bueno de constructores en madera.
Pero además, Ferrés destacó: “Hay algo que me fascina: es un sistema muy democratizador, porque iguala hacia arriba. Una persona de Mevir y una que se hace su casa de madera en La Tahona, parten del mismo nivel de confort y habitabilidad propio de la madera”.
A su turno, Sebastián Ugarte, arquitecto y gerente de Ñandé, empresa que, entre otros proyectos, trabaja en 230 viviendas de madera para Mevir, dijo que “el ecosistema de construcción en madera en Uruguay se ha transformado en los últimos diez o 15 años”. “Hoy el pino y el eucaliptus que hay son buenas alternativas y hay disponibilidad. Ya no aserramos, hoy disponemos de madera de grado estructural, dimensionada y secada. Además hay plantas de segunda transformación, de tableros contrachapados”, señaló.
Si bien para Ugarte “el ecosistema tiene lo necesario”, hace falta un cambio cultural para poner a la madera en el centro: “necesitamos capacitación, intercambio y hacer. Construir, equivocarnos, pero siempre hacer”, resaltó.
Carlos Mazzey, por su parte, gerente de la Oficina Técnica de Arboreal, aseguró que “a nivel mundial hay una tendencia a pisar el acelerador con la construcción en madera para combatir el cambio climático y los países desarrollados van fuerte hacia allí”. “Esta pisada de acelerador la copiamos”, aseguró y destacó que, a diferencia de sus primeros tiempos en esta industria, hoy hay normativa y hay producto certificado. “El mercado está creciendo y va a seguir creciendo”, resumió.
El modelo nórdico
Vivir Sostenible fue organizado junto a El País por la Cámara de Comercio Uruguay-Países Nórdicos, cuya presidenta, Carolina Moreira, resaltó la colaboración de Uruguay con esas naciones europeas que tienen a la madera como el ADN de su construcción.
“Todo el que habla de construcción en madera se entusiasma, porque es una enorme solución. Porque está sustituyendo cantidad de materiales que producen gases de efecto invernadero y porque es un sumidero de carbono a largo plazo”, dijo.
El evento contó además con la participación, desde Finlandia, de Julia Ahvenainen, project business manager para España y Latam de la empresa Lunawood, quien contó por qué para los nórdicos es tan importante la construcción en madera y recordó que su primera ley forestal data de 1886.
Otro de los invitados desde Finlandia fue el arquitecto Rubén Tomás Verde, de Lundén Architecture Company, quien aseguró que este “es un punto de inflexión”, porque el mundo “necesita soluciones sostenibles y la madera industrializada es una tendencia real”. “Es una tendencia que no solo es para familias, sino para escuelas, hospitales, edificios públicos, construcciones en altura, rascacielos y avanza a pasos agigantados”, sostuvo. “Es un buen momento para reimaginar edificios y cómo viviremos en las ciudades del futuro”, agregó.
El evento fue organizado por El País junto a la Cámara de Comercio Uruguay-Países Nórdicos y auspiciado por el Centro Tecnológico Forestal Maderero, Lunawood, Barraca Paraná, UPM, Arboreal, Universidad ORT Uruguay, Montes del Plata, Wooding, Maguinor Maderas, Urufor, Berkes, LSQA e Ing. L. Lagomarsino y Asociados. Y tuvo el apoyo de Vía Disegno, Fábrica Italiana, Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Uruguay XXI, Uruguay Innovation Hub, Pacto Global, Red Uruguay y Sustainable Nordics.
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