El 25 de julio se lanzará la tercera edición del acelerador Target Gender Equality de Pacto Global, un programa que ayuda a las organizaciones a mejorar en materia de igualdad de género. Abstracta Uruguay es una empresa de pruebas de software que participó en la última edición de esta iniciativa y su chief culture officer, la psicóloga Vera Babat, conversó con El País acerca de cómo integran esta mirada en sus prácticas.
Un ejemplo de igualdad de género en la industria IT
Abstracta Uruguay ya venía con un camino recorrido en lo que hace a la igualdad de género. De hecho, en 2019 firmaron los Principios de Empoderamiento de las Mujeres, en 2021 ganaron el premio ‘El talento no tiene género’ de ONU Mujeres, Banco Interamericano de Desarrollo y PWC Uruguay, y en 2022 fueron reconocidos por la certificadora Great Place to Work como uno de ‘Los mejores lugares para trabajar para mujeres’.
Sin embargo, la igualdad de género “no es algo por lo que uno pueda decir ‘listo, lo hicimos, pasamos a otra cosa”, sostuvo Babat. El aprendizaje es permanente y por eso quisieron sumarse al acelerador de Pacto Global. La idea era “ver qué otras cosas podían hacerse para mantener la perspectiva de género”. “Fue la excusa para confirmar una vez más que aquellas cosas por las que habíamos sido reconocidos seguían siendo relevantes”, agregó.
Las Tecnologías de la Información (TI o IT, por sus siglas en inglés) conforman un sector de la economía “sumamente masculinizado” que, además, “a veces tiene una sobrevalorización de lo tecnológico y una subvaloración de lo humano”, afirmó la psicóloga. No obstante, “es un muy buen territorio” para avanzar en igualdad de género porque está formado por personas “proclives a la innovación que, a su vez, saben que para que exista innovación debe permitirse la expresión de distintas perspectivas”.
Principios de Empoderamiento de las Mujeres
Prácticas de contratación inclusivas, lucha contra los sesgos inconscientes, apoyo a la familia y lucha contra el acoso sexual son algunas de las temáticas que atraviesan los talleres y capacitaciones de este programa que ha impactado en más de 2 mil empresas de más de 60 países; entre ellas, 18 uruguayas. En esta edición se sumarán cinco más de nuestro país: “Estamos hablando de que más del 30% de nuestra red ya ha participado en el acelerador”, resaltó a El País el director ejecutivo de Pacto Global Uruguay, Felipe Filomeno.
El objetivo es promover los Principios de Empoderamiento de las Mujeres (WEPs, por sus siglas en inglés); sobre todo, la representación, participación y liderazgo de las mujeres en todos los niveles de la organización y la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor. Los WEPs fueron elaborados por Pacto Mundial de Naciones Unidas y ONU Mujeres en 2010 y han sido firmados por más de 7 mil empresas. Abarcan siete principios:
- Promover la igualdad de género desde la alta dirección.
- Tratar a hombres y mujeres de forma equitativa en el trabajo; respetar y defender los derechos humanos y la no discriminación.
- Velar por la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores y trabajadoras.
- Promover la educación, la capacitación y el desarrollo profesional de las mujeres.
- Implementar prácticas de desarrollo empresarial, cadena de suministro y mercadotecnia a favor del empoderamiento de las mujeres.
- Promover la igualdad mediante iniciativas comunitarias y liderando con el ejemplo.
- Evaluar y difundir los avances realizados a favor de la igualdad de género.
Según datos de abril de este año, Abstracta cuenta en Uruguay con 114 colaboradores, 64 mujeres y 50 hombres, y el directorio está integrado por cuatro mujeres y cinco hombres. La psicóloga entiende que “hacerles un lugar a las mujeres es necesario para pensar las herramientas del futuro con una perspectiva más amplia”.
El camino se dio de forma natural —contó Babat— porque partió de la visión de su cofundador y co-CEO, Matías Reina. Definieron políticas y las acompañaron de iniciativas; por ejemplo, “los sueldos equitativos con una explicación clara y actividades de concientización y sensibilización”. Han tenido capacitaciones externas, pero sobre todo internas, lideradas por el equipo de People Care que integran cuatro psicólogas. “En el trabajo diario nos damos cuenta de nuestros propios sesgos y autolimitaciones, y hay un esfuerzo que es mucho más modesto y valioso que el de las políticas: aquel que cambia la sensibilidad y el tono del día a día”, expresó la psicóloga.
Más perspectiva de género y otras diversidades
Uno de los aspectos en los que Abstracta se enfocó durante su participación en el acelerador fue en la comunicación de sus políticas e iniciativas. Siguen trabajando en “cómo transmitir de maneras más breves y consolidadas estos compromisos y hacerlos explícitos para el equipo, los clientes y las personas con quienes trabajamos”, señaló Babat. De esta forma, buscan “ser modelos a seguir para otras empresas y hacer red con organizaciones del país y la región”.
Además, este año Abstracta adoptó una modalidad de liderazgo de co-CEOs. Matias Reina, que ha estado al frente de la empresa desde 2017, ahora comparte la dirección ejecutiva con Sofía Palamarchuk, directora y ex CEO US de la compañía que ha sido clave en la expansión de Abstracta hacia Estados Unidos. “Los equipos de Chile y Colombia también están tomando esta forma de gobernanza paritaria de co-CEOs, hombre-mujer. Esto trae un enriquecimiento de perspectivas que nos ayudan a llegar más lejos”, afirmó la psicóloga.
Según el informe El lugar de las mujeres uruguayas en los cargos de decisión elaborado en 2021 por ONU Mujeres e InMujeres, “solamente en el 11% de las empresas en Uruguay las mujeres ostentan la máxima autoridad”. A su vez, el estudio determina que “las mujeres tienen menos posibilidad de ser electas, designadas e incluso llegar a altos cargos por concurso a pesar de tener más años de estudio. (...) Se comprueba que al ascender en el nivel jerárquico la presencia de mujeres disminuye considerablemente o incluso desaparece”.
En adelante, el sector IT enfrenta un desafío en materia de igualdad de género ligado al avance de la inteligencia artificial. “Nuevamente, es un entorno súper masculinizado, así que buscamos promover que más mujeres alcen su voz y trabajen en esta área”, remarcó Babat. Y añadió: “La perspectiva de género es muy necesaria para ver cómo resolvemos los sesgos con los que la inteligencia artificial fue alimentada”.
Y tanto en esta como en otras conversaciones no se trata solamente de “sumar mujeres”, sino de que “todos los participantes tengan la perspectiva de género presente”.
Cuando una empresa empieza a trabajar en igualdad de género, naturalmente surgen otras desigualdades que hay que atender. Por ejemplo, Babat contó que, cuando evaluaron el tema de los salarios equitativos, comenzaron enfocándose en la brecha basada en género, pero eso pronto impactó en las personas migrantes. La psicóloga aseguró: “Empiezan a generarse entornos más saludables para todas las personas. Nuestra fuerza está en la diversidad y eso implica muchas diversidades; no solo la de género o la sexual, sino también la de sentires y perspectivas, que nos enriquece como sociedad”. Hoy trabajan en la diversidad “en un sentido más amplio”. “Es una de las patas que tenemos que seguir atendiendo”, indicó la profesional.
Para Babat, “a veces parece que estas cosas son difíciles o que se necesita mucha infraestructura, y en realidad lo más importante es empezar a tener conversaciones”. En este sentido, señaló que el acelerador de Pacto Global les dio “un marco para guiar este trabajo”. Luego, los beneficios “vienen solos” porque da lugar a que las personas “puedan dar lo mejor y poner sus recursos al servicio de lo que hacen desde un lugar de ser valorados”.
Visibilizar las brechas de género
La última edición del acelerador Target Gender Equality en Uruguay fue liderado por la consultora en diversidad e inclusión Empathy, de Alva Creative House, una de las empresas integrantes de Pacto Global Uruguay. Ésta ha tenido a cargo el acelerador desde su comienzo en el país, incluso en las últimas dos ediciones que fueron regionales.
Su directora, Fernanda Ariceta, dijo a El País que el primer desafío para incorporar la perspectiva de género en las organizaciones es lograr que se visibilicen las brechas existentes; por ejemplo, la salarial, la de oportunidades de crecimiento y la de conciliar el trabajo con la vida doméstica y los cuidados (esta última más desfavorable para los varones, indicó). “Procesos como el del acelerador son súper útiles porque dimensionan estos problemas y los ponen en la agenda”, resaltó.
Alva está integrada en un 70% por mujeres y estas representan un 80% en cargos de liderazgo. Participar del programa de Pacto Global le sirvió, sobre todo, para “pasar prácticas a políticas”.
Según Ariceta, la empresa pone el foco en la igualdad de género desde su fundación, pero no era algo que estuviera sistematizado. Por ejemplo, trabajan con productoras audiovisuales y siempre priorizan aquellas que tienen equipos de trabajo paritarios y mujeres en cargos de liderazgo creativo, pero “eso era de hecho, no estaba escrito en ningún lado”. Entonces, hicieron que estos estándares pasaran a ser parte de las políticas de la organización.
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