"Tienen nombres: Lidia, por el personaje de La Oveja Negra, es la lola izquierda, y Emilia es la lola derecha, por el personaje que voy a hacer en Asesíname dulcemente en Carlos Paz". Abigail Pereira festejaba así el implante mamario que se hizo.
A media hora de haber salido del block de la Clínica Avril, la travesti que se hizo famosa por su participación en Bailando por un sueño, lucía un espíritu envidiable. En la mañana de ayer se sometió a una cirugía con la que desde hace seis años soñaba.
"La decisión la tenía tomada desde los 15 años", recordó. "Lo que pasa es que no tenía los medios para realizarla y tampoco tenía la edad suficiente para llevarla adelante". Para ella se trataba del principal cambio que planificó desde que quiso verse con una imagen de mujer. "Era lo que me faltaba".
Tras hacer sus primeras declaraciones, Abigail se percató que le faltaba un dato esencial sobre lo que había vivido: cuál había sido el volumen de silicona implantado. El Dr. José Luis Grumberg, que permanecía a su lado, le hizo saber que el dato quedaba en reserva ante la presencia de El País. De cualquier manera aseguró que "la cantidad que se puso fue la máxima que admitía Abigail, de acuerdo a su piel y a sus características". También aseguró que "si en el futuro ella quiere más volumen se puede volver a operar, pero en primera instancia colocamos el volumen máximo posible". El cirujano explicó además que es frecuente pensar que cuanto más volumen se implanta, mejor es. "Eso es un error porque se debe respetar las características anatómicas del paciente".
De cualquier manera, a los ojos del público no habrá grandes cambios. Para sus actuaciones, Abigail utilizaba sujetadores con relleno, simulando mamas. Ese es el aspecto que más o menos mantendrá ahora, con la comodidad de saber que el recurso es definitivo.
Tampoco será el último paso que dará para aproximarse a ese ideal de mujer con el que quiere aparecer. Asegura que cuando pueda se hará un retoque de nariz, algo que no pudo realizar por un impedimento de la productora que la contrató en Buenos Aires para hacer una obra: le pidieron que mantuviera la imagen con la que el público la reconocía tras meses de competencia en el programa de Marcelo Tinelli. Haciendo gala de su humor dice que "con este picaporte haré la obra en Carlos Paz".
Pero las transformaciones en el físico se detendrán ahí. "Cambio de sexo no quiero, no siento la necesidad. Estoy bien así y pretendo que la persona que tenga al lado me quiera de esa manera", afirma.
La recuperación por el implante de mamas le llevará entre 20 y 25 días, el tiempo justo para llegar al estreno de la obra Asesíname dulcemente, que se producirá el 10 de diciembre. En esa producción Abigail ni canta ni baila, simplemente actúa, lo que para ella representa un nuevo reto.
La comedia se instalará en el teatro Cómicos, frente al que ocupará El champán las pone mimosas, con Florencia de la V de protagonista. La idea entusiasma a Abigail, porque "Carlos Paz será un boom". En el elenco de Asesíname dulcemente hay varios nombres familiares a la artista, como Gustavo Guillén y Adriana Restano, con quienes vive la experiencia de La oveja negra, la comedia que con fuerte repercusión pública viene emitiendo Teledoce. A ellos se sumarán Mariana de Melo, Adriana Falgueiro y Marcela Fernández, la Miss Playboy 2006 de Argentina.
No descarta la posibilidad de que en ese contexto realice la presentación pública de sus lolas recién adquiridas. "Quien te dice que no haya un desnudo", admite, pero la posibilidad es dejada por ahí.
Siguiendo con el ritmo brutal en el cual se ha visto envuelta desde que fuera seleccionada para participar en ShowMatch, Abigail ya tiene planes para después de Asesíname dulcemente. Entre ellos cabe la posibilidad de que siga adelante la producción de La oveja negra, habida cuenta de la repercusión que viene teniendo. A ella sumará la grabación de un disco en Nueva York a través de un sello independiente.
Otro plato fuerte estará en la comedia musical que Marcelo Tinelli planifica para el año próximo. "Iba a estar en Cantando por un sueño pero se dieron una serie de problemas que impidieron que estuviera", dice la artista, que descarta la existencia de conflictos con otros colegas. Agrega también que en los diseños de producción de Ideas del Sur se cuida que no haya repeticiones para evitar el aburrimiento del público. "Con la comedia se me permitirá bailar, cantar y actuar".
Implantes para la eternidad
El Dr. José Luis Grumberg fue el encargado de realizar la operación a Abigail Pereira. El profesional, de larga trayectoria en la cirugía plástica, explicó que la intervención consistió en colocar implantes de gel de silicona, para lo cual se "labra un bolsillo en el cuerpo del paciente" a partir de una incisión en "el futuro surco submamario".
Tras la maniobra quirúrgica realizada ayer, la paciente deberá esperar unos quince días para que se le quiten los puntos. El alta se le dará entre los 20 y 25 días, dependiendo de la evolución que tenga.
Para la Clínica Avril, Abigail es el primer travesti que es intervenido de esta manera, aunque el Dr. Grumberg ya estuvo en otro caso parecido, ocurrido en otro centro asistencial.
Los implantes mamarios son habituales correcciones a las que recurren las mujeres, por razones médicas o estéticas. Además las prótesis que actualmente se utilizan presentan ventajas que no existían hasta no hace muchos años: no requieren asistencias adicionales.
"Si no hay una indicación médica que indique su reemplazo, no hay necesidad de realizar cambios", explicaba ayer el especialista.
Sobre todo porque desde 1995 la tecnología les ha permitido a los fabricantes desarrollar productos que no requieren otros cuidados tras su implante en el cuerpo del paciente. Hasta aquel año las prótesis se cambiaban, por norma, cada diez años.
El triunfo de la tenacidad
En menos de un año se convirtió en uno de los personajes más mediáticos de la televisión rioplatense. Es la cosecha que premió la tenacidad de quien en varias oportunidades se presentó sin suerte en los llamados para concursos televisivos. Tras pisar un estudio de televisión (con Tinelli, nada menos) le bastaron un par de meses para que los medios se fijaran en ella. Su historia de vida, con algunos tropiezos depresivos y la vocación por el servicio social, fueron contados una y otra vez. No es menos llamativo que en un medio que parece premiar las actitudes agresivas, Abigail haya optado por un perfil sosegado, que no contestó el juicio de los jurados y se marchó de "Bailando por un sueño" sin los mares de lágrimas que suelen mostrar sus colegas.