El martes se estrena La Vuelta. Crónicas de una promesa, el espectáculo teatral multidisciplinario con el que el Club Nacional de Football continúa festejando sus 125 años de vida. Es en la Sala Nelly Goitiño, a las 20 horas (entradas en Tickantel a $ 590 y $ 290 para socios de Nacional).

La obra está centrada en la epopeya de la selección uruguaya en su travesía para llegar a los Juegos Olímpicos de París, en 1924, con un plantel integrado en su mayoría por jugadores de Nacional. Se trajeron la primera estrella celeste.

“Uno puede pensar que es una obra de teatro que trata netamente de fútbol, pero en realidad se toma el fútbol para hablar de otras cosas como el valor de la palabra y la amistad”, explicó a El País, Agustín Camacho, encargado de la dirección y dramaturgia del espectáculo.

En la historia se cuenta tanto lo que hizo el dirigente tricolor Atilio Narancio al hipotecar su casa para cumplir la promesa que le realizó a los futbolistas de que irían a los Juegos, como la aventura que significó viajar en un barco y entrenar en la cubierta, o la estadía en el Castillo de Madame Pain, la villa olímpica celeste. No faltará el nacimiento de la vuelta olímpica, que aporta el título de la puesta.

“Tuve que hacer un gran trabajo de dramaturgia porque no solo me tuve que juntar con la Comisión de Historia y Estadística del club, sino también investigar en diarios de la época y leer crónicas para hacer un espectáculo lo más coherente posible con el relato histórico y al mismo tiempo atractivo”, contó Camacho.

El resultado es una obra de una 70 minutos en la que el escenario se va transformando constantemente gracias a la escenografía del premiado Alberto Gómez. “La estética es como si estuvieras viendo un cómic de los años 20, un estilo pop art con las coreografías de Pablo Rodríguez y la participación de los títeres de la Ovidio Titers Band”, dijo el director.

Karina Acosta es la responsable del vestuario en una propuesta que juega con la colorimetría en tonos ocre y sepias creando la ilusión de estar viendo una vieja fotografía en movimiento, mientras que Silvana Vasconcellos logra un maquillaje muy complejo.

En cuanto a la música, fue compuesta por el reconocido músico teatral Sebastián Duclos y consta de cinco piezas inéditas, a las que se suman ambientaciones sonoras.

“La Vuelta es un musical porque conviven la música con la actuación y la danza”, detalló Camacho sobre lo que realiza un elenco de 11 personas entre las que hay actores, bailarines y manipuladores de títeres interactuando sobre un soporte de imágenes inéditas.

Si bien aparecen distintos personajes, hay dos que ofician como hilo conductor. Uno es una pasajera del barco en el que la delegación viaja a Francia y el otro es nada menos que Luis Batlle, que concurrió a los Juegos como cronista del diario El Día.

“En esa época no existía un periodismo deportivo y cuando uno lee las crónicas de la época causa mucha gracia la forma en la que relataban los partidos”, comentó Camacho, quien ganó dos premios Florencio (vestuario de Una cita con los Addams y Mejor Espectáculo en Escena Alternativa por Infernum). Por el último y por lo realizado en Carnaval, donde recibió varias distinciones, es que la persona responsable de los festejos de los 125 años de Nacional lo convocó para hacerse cargo de la obra.

Detalle no menor, Camacho es hincha de Nacional. “Y si no lo fuera, luego de conocer esta historia a fondo no tendría otra opción que serlo. Les aseguro que se van a emocionar al conocer algunos detalles. Vayan preparados, lleven pañuelos”, recomendó.