¿Dónde está el cuadro más caro del mundo? El destino del Van Gogh perdido inquieta al mundo del arte

Vincent Van Gogh pintó "Retrato del Dr. Gachet", semanas antes de suicidarse y la última vez que se lo vio se vendió en 82 millones de dólares en 1990; se especula que lo tiene una familia italiana pero nadie lo puede ver

Compartir esta noticia
Retrato del Dr. Gache Van Gogh.jpg
"Retrato del Dr. Gache" de Vincent van Gogh

The New York Times
Cuando cayó el martillo en Christie’s en Manhattan el 15 de mayo de 1990, una pintura de Vincent van Gogh, “Retrato del Dr. Gachet”, estableció el récord de la obra de arte más cara jamás vendida en subasta. La compró un japonés por 82,5 millones de dólares.

Pintada en el jardín del médico del artista en junio de 1890, la obra se completó pocas semanas antes del suicidio de Van Gogh. La sensación de melancolía que irradia el médico transmite —escribió Van Gogh a su amigo Paul Gauguin— la “expresión desconsolada de nuestro tiempo”. Considerada una de sus obras maestras, podría valer 300 millones de dólares o más, dicen los expertos.

Buena parte del siglo XX, “Retrato del Dr. Gachet”, se exhibió en el Museo Städel de Frankfurt y en el Museo Metropolitano de Nueva York, al que fue prestado por un coleccionista privado antes de la venta de 1990.

Pero prácticamente ha desaparecido desde aquel día en Christie's, y su paradero es uno de los mayores misterios del mundo del arte.

Los curadores de exposiciones de Van Gogh se han esforzado por encontrarlo. El Museo Städel encargó un pódcast completo diseñado para descubrir su ubicación.

Los detectives del arte han confirmado que el comprador japonés de 1990 estuvo en el medio de un escándalo. Fue sancionado penalmente y murió. Su colección fue vendida por un banco y el “Gachet” fue para un financiero austríaco que pronto descubrió que tampoco podía darse el lujo de conservarlo.

En 1998 fue vendido de forma privada a un tercero no revelado. Desde entonces, el rastro se ha enfriado.

Al menos públicamente.

Cuatro expertos del mundo del arte dijeron que sospechan que la pintura está en manos de una familia europea muy rica. Todas las partes tenían una opinión sobre la pregunta central que impulsa tal búsqueda: ¿Tienen las familias alguna responsabilidad de compartir obras de arte icónicas con el público?

Melancolía de artista.

Cualquiera que quiera rastrear la historia y el paradero del Gachet haría bien en comenzar en Auvers-sur-Oise, un pueblo en las afueras de París. Cuando Van Gogh se bajó del tren allí, el 20 de mayo de 1890, el paisaje rústico y las casas con techo de paja ya eran un imán para artistas. Van Gogh de 37 años, se suicidaría unas semanas después. Pero estaba entrando en uno de sus períodos más productivos: allí pintó “Campo de trigo con cuervos” y “La iglesia de Auvers”.

El día de su llegada se reunió con Paul-Ferdinand Gachet, un médico que había estudiado los trastornos nerviosos. Los dos compartían el amor por el arte. Van Gogh pronto empezó a pintar naturalezas muertas en el jardín del médico y su retrato.

Le regaló una segunda versión del cuadro a Gachet que está expuesto en el Museo de Orsay de París.

“Esto revela el fuerte impulso humanista de Vincent y su capacidad de amar”, dijo Gary Tinterow, director del Museo de Bellas Artes de Houston, curador de pinturas europeas del siglo XIX del Met en 1990, cuando el retrato salió para la subasta.

Después del suicidio de Van Gogh, la pintura pasó a su hermano Theo y luego a la esposa de Theo, Johanna, quien la vendió en 1897 por 300 francos (entonces, unos 58 dólares). En 1904, estaba en manos de un conde alemán, que lo había pagado unos 400 dólares.

En 1911, el Städel adquirió el retrato y pronto se convirtió en una de sus obras más preciadas. A finales de 1937 los nazis lo confiscaron y lo enviaron a Berlín.

Allí, un agente artístico del Hermann Goering vendió el Gachet a Franz Koenigs, un banquero alemán en Amsterdam. Su siguiente propietario, un banquero judío alemán, Siegfried Kramarsky, llevó el retrato a Nueva York cuando emigró, y durante décadas, de forma intermitente, la pintura se exhibió en el Met, normalmente, en los veranos cuando los Kramarsky estaban fuera de casa, recuerda Tinterow. En 1984, lo enviaron al Metropolitan como “préstamo indefinido”.

Cuando los Kramarsky vendieron el “Gachet” en 1990, se lo llevó Ryoei Saito, presidente honorario de Daishowa Paper Manufacturing Co. Sus problemas criminales incluirían un cargo de haber pagado un soborno para redistribuir tierras forestales para, entre otras cosas, un “Club de Golf Vincent”. Su “Gachet” y otras obras de arte pasaron a un acreedor, el Banco Fuji que vendió el cuadro en 1997 a Wolfgang Flöttl, un financiero austriaco.

Cuando las propias finanzas de Flöttl sufrieron, el Gachet se vendió nuevamente, de forma privada, en una transacción concertada a través de Sotheby’s. Ni el precio ni el comprador se hicieron públicos y simplemente desapareció del mundo del arte.

Guardianes de secretos. A lo largo de los años ha habido especulaciones sobre quién posee el “Gachet”.

Guido Barilla, presidente de la empresa de pasta, fue identificado como posible candidato. Pero un periodista alemán, Johannes Nichelmann, lo cuestionó en un podcast de 2019 sobre la pintura, encargado por el Städel. En el podcast, David Nash, marchante de arte de Flöttl y exdirector de arte impresionista y moderno en Sotheby’s, le dijo a Nichelmann que el comprador del Gachet era un italiano que vivía en Suiza. No le puso nombre.

Un periodista alemán, Stefan Koldehoff, escribió en 2019 que en Sotheby’s el propietario actual era conocido como “El hombre de Lugano”.

No sorprende que la gente de Sotheby’s sepa o crea saber quién posee el Gachet. Por un lado, la casa de subastas vendió la obra. Por otro, se trata de un negocio que se basa en rastrear y mantener en secreto la identidad de los propietarios, de modo que cuando la muerte, el divorcio u otros eventos abran una venta, su empresa tenga información privilegiada.

Las personas que dicen saber quién es el propietario del Gachet no son infalibles, pero están excepcionalmente bien informados. Cuatro de ellos dijeron que creen que fue comprado por una familia italiana, los Invernizzi, que se se mudaron a Suiza.

El dinero de la familia es un legado de su participación en la producción y venta de queso fabricado por Galbani, una empresa que tres hermanos Invernizzi (Ermenegildo, Achille y Rinaldo) adquirieron en la década de 1920.

La participación de Invernizzi en Galbani quedó oscurecida por las sociedades holding en 1989, cuando el fabricante de queso se vendió por 1.600 millones de dólares. En ese momento, el hijo de Rinaldo, Antonio Invernizzi aún era el patriarca en 1998, cuando se supone que la familia compró el Van Gogh. Ni él ni el nombre de Invernizzi se mencionan en un nuevo documental para la Deutsche Welle sobre la pintura, de Nichelmann, el del pódcast de 2019. Pero la película muestra el lago y se refiere al rumoreado propietario del Gachet como una familia de Lugano que ganó miles de millones en la industria alimentaria. La familia negó tenerlo.

Michael Findlay, que participó como especialista de Christie’s en la subasta de 1990, dijo que no sabe quién compró el Gachet en 1998. Pero ofreció una nota de cautela a la hora de decidir que el misterio está resuelto.

Findlay dijo que, en realidad, había oído que el Gachet probablemente había pasado a otro propietario desde 1998. Cuando se le pidió más detalles, no dijo nada más.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Sotheby's

Te puede interesar