ARTE
Hasta el jueves 13 de mayo se podrá visitar la muestra "Emilio Reus (1858-1891): 130 años y sigue presente", disponible en los ventanales del MAPI Café
Desde hoy y hasta el jueves, todos aquellos que pasen por la puerta del Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) —en 25 de Mayo 279— se van a llevar una sorpresa. Por los grandes ventanales del café del museo se podrá ver una exposición dedicada a los 130 años de la muerte de Emilio Reus, el creador del edificio.
“Muchos dicen que el fantasma de Reus anda recorriendo los pasillos del MAPI”, le comenta a El País el director del museo, Facundo De Almeida. “Así que quisimos jugar con la idea de que aunque estemos cerrados, Reus y sus amigos se vuelven a apropiar del edificio y se instalan en nuestro café”, agrega.
Y la manera de mostrar que Reus sigue presente es a través de vestuarios a cargo de la restauradora Valeria Mastrángelo, quien confeccionó varias piezas inspiradas en la época en la que vivió el hombre detrás de la construcción del Gran Hotel Nacional y del barrio Reus.
Los vestuarios de Mastrángelo recrearán varias escenas del Montevideo de finales del siglo XIX y traerán un poco de arte al museo que, a causa de la emergencia sanitaria, debió cerrar sus puertas en marzo.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el MAPI utiliza los ventanales de su café para una exposición. Desde finales de marzo se han exhibido varias máscaras latinoamericanas de la colección de Claudio Rama. “Son piezas muy grandes y coloridas que se pueden ver muy bien, y en estos tiempos de angustia, nos pareció interesante generar una propuesta atractiva poder mostrarlas estando a una cuadra del Hospital Maciel, donde hay un vacunatorio”, explica De Almeida.
En el caso de la muestra dedicada a Emilio Reus, además de los vestuarios de Mastrángelo se incluirán dos descripciones: una dedicada a la obra de la restauradora y otra sobre la vida de Reus. A su vez, uno de los ventanales presentará un código QR que llevará a un link con una entrevista a Damiano Tieri, autor del libro Emilio Reus: ¿hacedor o villano?