Desde este martes y hasta el 4 de junio, el Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) albergará la exposición La pertinaz alternancia, dedicada al centenario de Leonilda González.
“No se me ocurre obra más actual, más contemporánea y más removedora que la suya. No podemos pasar por los 50, 60, comienzos de los 70 sin pensar en su trabajo. Su rol como artista y como gestora cultural en Uruguay fue fundamental”, le comentó tiempo atrás Enrique Aguerre, director del museo, a El País.
La pertinaz alternancia se puede ver en la sala 3 y contiene las 22 obras que forman parte del acervo del MNAV. El museo, ubicado en Tomás Giribaldi 2283, abre de martes a domingos, de 13.00 a 20.00.
González nació en Minuano, una localidad pequeña en una zona rural de Colonia, y estudió en París con los reconocidos pintores André Loyher y Fernand Léger. “La vida la llevó fuera del territorio nacional en momentos clave de su periplo vital”, escribieron los investigadores María Eugenia Grau y Fernando Loustaunau en la web del MNAV. “Incorporando su vida al exilio, como muchos”.
![Novias revolucionarias, de Leonilda González.](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/9f186c1/2147483647/strip/true/crop/980x663+0+0/resize/980x663!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2F7e%2F49%2F8d43d6ff47c5b74615a650b55123%2Fimg-2.jpg)
“Una literal alternancia geográfica, cultural, integral. Pero siempre desde un territorio firme, siendo insistentemente ella”, agregaron sobre la artista fallecida en 2017. “Esa particularidad, hasta casi contradictoria, es, sin embargo, una carta de presentación de esta mujer implicada a ultranza en y con los avatares de su obra, yendo mucho más allá de los confines del arte como mero arte”.
La exposición incluye a la serie de grabados Novias revolucionarias, creados a finales de los sesenta. “Es un manifiesto de protesta irónica contra el matrimonio concebido como una pérdida de libertad y se convertiría, en la época de dictadura, en símbolo de protesta”, se explica la web del museo.
“Las mujeres solas y la estética del grabado tan asociada a períodos determinados de la cultura y del país, aludían en el imaginario local a madres y novias con hijos o maridos presos, exiliados o desaparecidos”.