Juanito Conte, el artista uruguayo que mezcla estilos y técnicas, expone en el mundo e inicia nuevo camino

El artista nacido en Salto y con recorrido internacional regresó de una residencia en Canadá, donde fue a producir su futura muestra.

Juanito Conte.
Juanito Conte.
Foto. Gentileza.

Nació en Salto y sus obras, presentes en Uruguay, Argentina, Brasil, Ecuador, Estados Unidos, Italia, España y Canadá, mezclan estilos, técnicas, formas y colores. Para el artista Juanito Conte, lo importante es la investigación y que la obra se libere de su soporte establecido.

“Trabajo la imagen como materia prima”, dice Conte a El País, luego de pasar un mes en una residencia artística en Canadá para producir para su futura muestra.

Juanito Conte, es uno de los artistas que forman parte de Art/Co, la nueva plataforma y programa cultural que tiene como fin la difusión y promoción de una selección de artistas uruguayos de Arte Contemporáneo.

El año pasado, Art/Co presentó más de 70 obras en una gran exhibición en WTC Free Zone con una muestra representativa de lo mejor de la producción artistica local.

Juanito Conte.
Juanito Conte.
Foto: Gentileza.

“Hago una especie de descomposición de la imagen que después digitalizo y paso por varios procesos para que termine siendo una abstracción”, explica el artista.

Para Conte, llegar a ese proceso creativo requirió varios años y etapas, ya que sus inicios, y el trabajo por el que todavía lo reconocen, fue el expresionismo.

“Trabajaba con herramientas comunes de la pintura como el pincel y pintaba cinco o seis cuadros a la vez, y un día sentí que no tenía ganas de pintar”, comenta.

Eso lo hizo cuestionarse sobre la imagen y el consumo, lo que entendió como una pérdida de estímulo. Lo primero que hizo fue quitar los elementos de la pintura clásica y a a través de la imprenta que conoció gracias a sus padres se acercó a la serigrafía que se volvió su principal herramienta para la creación.

Obra de Juanito Conte en la nieve.
Obra de Juanito Conte en la nieve.
Foto: Gentileza.

“Comencé a hacer pruebas, hasta que fui encontrando el concepto que me interesaba: la saturación de la imagen”, dice.

Para eso utiliza colores estridentes. “A veces es flúo con negro que te rompe los ojos, me gusta el monocromo, y uso todas las posibilidades. Me gusta ser variopinto en ese sentido, y sobre todo, no limitarme”, comenta.

Juego con el espectador

A Conte le gusta que el espectador no sepa si la obra está hecha a mano, es digital o impresa. “La respuesta es sí, está hecha a mano”, comenta. Y aclara: “es para cuestionar las herramientas, porque hoy casi todo es impreso o está pasado por una máquina”.

Por eso le gusta que no haya vestigios del pincel en sus trabajos, aunque afirma que su obra tiene errores, para dejar registrado el movimiento de la mano, con la intención de cuestionar el dominio de la producción mecanizada en el arte contemporáneo.

Pese a eso no se niega al uso de la tecnología, y aprovecha los avances técnicos, ya que le gusta utilizar todas las técnicas y herramientas a su alcance.

“Estoy haciendo una investigación con Darío Invernizzi, que tiene un taller para artistas y estuvimos imprimiendo y haciendo una obra digitalizada. Eso me parece alucinante también, el poder usar todas las herramientas posibles”, dice Conte.

Obra de Juanito Conte en la nieve.
Obra de Juanito Conte en la nieve.
Foto: Gentileza.

Obra monocromática

Gracias a la residencia en la James Baird Gallery de Canadá, comenzó a desarrollar una obra monocroma. “No es solamente blanca, estoy trabajando el negro y también el contraste; también el color lienzo con blanco, el blanco con lino, blanco sobre blanco y blanco y negro”, comenta.

Y para su futuro tiene un proyecto internacional, y hay una idea, para mayo, de hacer una muestra en Canadá.

—En estos tiempos, donde todo es imagen y pantalla pero de uso y descarte, tus obras van a contracorriente y requieren su tiempo para apreciarlas. ¿Es una reacción al abuso de la imagen?
—El cuestionamiento de mi trabajo pasa por eso. Recibimos imágenes todo el tiempo y hay veces que no sabemos qué estamos mirando, pero las tenemos incorporadas. Por eso digo que trabajo con “el gran basural de la imagen”, porque es mi materia prima. Me pasa con mis hijos, ellos van aprendiendo y asumiendo determinados roles a partir de la imagen, y ves cómo van evolucionando sus maneras de dibujar y crear. Se trata de un desarrollo de la imagen que es totalmente distinto al que tenía de chico, y es por la estimulación y la cantidad de imágenes que uno consume. Antes no había ese bombardeo.

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