El artista británico llega a Montevideo Comics.
—¿Qué es lo que hace que "V de Venganza" perdure?
Cuando David Lloyd se juntó con Alan Moore para crear un comic por encargo, la editorial que les había encomendado el trabajo solo tenía un pedido: tenía que ser una historia sobre un vigilante enmascarado. Lloyd, el dibujante e ilustrador y Moore, el guionista, pusieron manos a la obra y se dieron cuenta que tanto uno como el otro y cada uno por su lado, habían tenido la misma idea para un comic: un vigilante enmascarado y urbano que luchaba contra una dictadura fascista en una futura Inglaterra. Moore fusionó las historias y todo iba cayendo en su lugar, pero ni a Lloyd ni a Moore le convencían la apariencia del vigilante enmascarado. Hasta que Lloyd le dijo a Moore: "¿Por qué no le ponemos una máscara de Guy Fawkes?". Fawkes fue el líder de una rebelión católica contra el Rey Jacobo I, en 1605. "Me pareció una genialidad", dijo Moore en una entrevista en 2007. "Eso le daba un componente de mitología inglesa a nuestra historia que encajaba muy bien con lo que queríamos contar". Así fue cómo V protagonizó primero en una de las más exitosas e influyentes "novelas gráficas", una película muy taquillera después y, finalmente, se convirtió en el símbolo de un nuevo tipo de resistencia política, cuando los hackers de Anonymous adoptaron la máscara como representación gráfica de su movimiento. David Lloyd llegará a Montevideo para participar de la convención de historietas Montevideo Comics el 20 y 21 de mayo en el Auditorio del Sodre y el Centro Cultural de España.
—Creo que es porque habla de algo que sigue estando. Sigue habiendo dictaduras, sigue habiendo demagogos, gente que le miente a la ciudadanía por el poder. Alcanza con mirar cómo están las cosas en varias partes del mundo. Es deprimente, claro. Los temas que trata V de Venganza son muy familiares, y esos temas no desaparecen. Encima, es una historia bien contada. Y para mí, tiene otra cosa que la distingue: la mezcla. Tiene elementos de Zorro, de Batman, de la novela 1984 de George Orwell, está la historia de amor de V… Tiene algo para todo el mundo, ¿no? También cruza las generaciones. Siempre que voy a las convenciones de historietas a firmar me encuentro no solo con jóvenes, sino también con veteranos. En esa historia hay algo significativo.
—He leído que cuando hicieron esta historia, usted y Moore coincidieron en muchas cosas, aunque no se conocían de antes.
—Es que con Alan somos de la misma generación. Habíamos leído casi los mismos libros y visto las mismas películas. Además, los dos teníamos un punto de vista político. Ambos, por separado y sin saberlo, ya habíamos creado historias antes de V sobre un vigilante enmascarado que luchaba contra una dictadura fascista en una futura Inglaterra. Cuando nos juntamos y empezamos a hablar sobre lo que íbamos a hacer, nos dimos cuenta que teníamos esas historias y decidimos basarnos en ellas. El único pedido era que hiciéramos una historia sobre un vigilante enmascarado. Nada más. Dentro de ese marco, podíamos hacer cualquier cosa que quisiéramos.
—En los 80, los historietistas británicos fueron muy importantes. ¿Lo siguen siendo?
—Es cierto, en los años 80 salió toda una camada de artistas británicos que fueron muy influyentes en los comics. A mitad de los 80, muchos editores de comics en Estados Unidos se dieron cuenta que en Gran Bretaña había mucho talento e invirtieron dinero en reclutarlos, especialmente DC Comics. Gente como Alan Moore, John Wagner, Pat Mills, Garth Ennis, Warren Ellis, Pete Milligan... Todos ellos fueron importados por Estados Unidos, y todos ellos generaron una suerte de New Wave de las historietas. Y tuvieron un gran impacto. Ya no es así. Se sigue haciendo un buen trabajo, y sigue habiendo buenos creadores, pero ese período de gran influencia fue en los 80 y 90. Hoy es muy diferente.
—En aquella época se discutía bastante si los comics eran una expresión artística relevante.
—¿Alguna vez no lo fueron? Dime de algún momento en el cual las historietas no fueran relevantes. Puede que no hayan sido reconocidos como una expresión artística en algún momento, claro. Pero… Uno puede ir hasta el comienzo de las historietas y ver eso: ¿Cómo empezó? Como sátira política. Ya desde el momento en el que nacieron eran importantes. Fijate en el gran pintor inglés William Hogarth (1697-1764) y su serie "A Rakes Progress". Eso es un comic: narración en secuencia. Obviamente, desde el punto de vista comercial, las historietas tienen que entretener, como el cine. El cine es un arte, pero en la gran mayoría de los casos se hacen películas para entretener ¿verdad? Bueno, con las historietas es lo mismo. Es un medio en el cual se pueden expresar cosas. Depende de lo que expreses. V de Venganza usa el medio, el comic, para decir algo. Y al mismo tiempo, es entretenimiento.
—Hace cinco años que usted publica comics virtuales a través de Ace Weekly. ¿Cómo es ser un empresario de comics?
—Lo disfruto mucho, la verdad. Si estuviera publicando comics en papel, sería un trabajo enorme. Tendría que tener oficinas, cosas así. En este caso hago todo desde una laptop: edición y publicación. Elijo a quienes publicar, y tengo dos socios, nada más. Es muy fácil. Demasiado, casi. Pero no es solo que es fácil. Es que uno se ahorra muchos costos, y eso hace que uno pueda publicar más y a un precio más barato. Pero tampoco estoy en esto para hacer mucha plata, la verdad. No es ese mi objetivo. Gran parte del dinero que nos entra va para los creadores. En realidad, soy una plataforma de publicación (se ríe). No puedo decir que tenga mucho éxito. El problema de los lectores de comics —a diferencia de cualquier otro lector de publicaciones periódicas— es que aman coleccionar. Son adictos al papel y a coleccionar. El mercado en el cual estoy —publicación de material original en una plataforma digital— es el más difícil de todos. Es un gran desafío. ¡Pero eso es lo que me atrae!
DAVID LLOYD