ENTREVISTA

Actriz que aspira a un Oscar, hace de madre de un director famoso pero no ve sus propias películas

Michelle Williams interpreta a la madre de Steven Spielberg en la autobiográfica "Los Fabelman" que en Uruguay se estrena el 26 de enero

Compartir esta noticia
Michelle Williams
Michelle Williams en el Festival de Palm Springs
NINA PROMMER/EFE

Michelle Williams es una de las grandes actrices de la actualidad, madre de tres hijos en la vida real y ahora madre de Sammy Fabelman, el alter ego de Steven Spielberg en su personal Los Fabelman. Es una de las películas del año con pretensiones, justificadas de ganar algún Oscar de los importantes.

Los Fabelman es un drama familiar semiautobiográfico de Spielberg donde la actriz de 42 años interpreta a Mitzi, un personaje basado en la madre del director. Aunque dejó de lado sus sueños de ser concertista de piano para criar a su familia, Mitzi trata la crianza de los hijos como un nuevo patio de recreo creativo: un día, meterá a los niños en el auto para perseguir un tornado, mientras que otro día , impulsivamente comprará un mono como mascota familiar.

La gente puede mirar al personaje excéntrico y pensar que es demasiado, pero Mitzi mira su vida y sabe que no es suficiente. Está casada con el obediente y aburrido Burt (Paul Dano), pero suspira por su mejor amigo (Seth Rogen), una transgresión que su hijo, el cineasta en ciernes, Sammy, solo reconoce cuando pone a Mitzi frente a su lente. Uno tiene la impresión que Spielberg también está usando a Williams como un recipiente para comprender mejor a su difunta madre: el director rara vez se ha sentido tan cautivado por una protagonista, filmando a Williams con el mismo asombro de Sammy al filmar a su madre.

“He estado trabajando tan duro solo para prepararme para el momento en el que me encontraría con un papel como este”, dijo. En los premios Gotham, donde recibió un premio tributo en noviembre, Williams trazó una línea que se remonta a su trabajo en la telenovela para adolescentes Dawson’s Creek, que protagonizó a los 16 años junto a los actores James Van Der Beek y Katie Holmes.

Con sus papeles nominados al Oscar en El secreto de la montaña, Blue Valentine y Manchester junto al mar, así como las películas naturalistas que ha hecho con la directora Kelly Reichardt (su próxima colaboración, Showing Up, sale este año), Williams se estableció como una actriz de primer nivel capaz de una autenticidad sin adornos. Pero está ansiosa por experimentar en un registro más elevado, como lo hizo en 2011 interpretando a Marilyn Monroe en Mi semana con Marilyn y en 2019 con su papel ganador del Emmy como la bailarina Gwen Verdon en la serie de FX Fosse/Verdon.

Ese rol fue el que hizo que Spielberg se fijara en ella para un papel así de importante.

Los Fabelman se estrena en Uruguay el 26 de enero.

Según Williams, el cambio a actuaciones más grandes y estilizadas requirió un esfuerzo concertado; en persona, es mucho más contenida, con una presencia tan recortada como el corte de pelo pixie que a menudo prefiere. “Es bueno para mí vivir así por períodos de tiempo porque no es mi lugar natural”, dijo Williams, sonriendo al recordar cuánto más grande tuvo que volverse para habitar Mitzi Fabelman. “Es lo más maravilloso que se puede pedir prestado”.

Aquí hay extractos editados de nuestra conversación.

-¿Cuál fue el mayor desafío para ti a la hora de interpretar a un gran personaje como Mitzi?

-En la primera parte de mi carrera estaba haciendo sitcoms, comerciales de televisión, telenovelas, y comencé a conocer este otro estilo que se llama naturalismo. Quería eso para mí, pero tenía que aprender qué era y cómo habitarlo, y cuando sentí que había llegado a ese lugar al que había anhelado pertenecer, como con Kelly Reichardt y cada película independiente que hice hasta que tuve 30 años, el siguiente lugar al que quería ir era algo que fuera más expresionista. Eso se sentía como una distancia mucho más grande para cruzar. Sentí que mi viaje como veinteañaera era encontrar una forma auténtica de centrarme en mí misma para sentirme natural dentro de mi propia piel y poder ofrecer eso a las mujeres que estaba intepretando, pero luego quise deshacerme de esa piel por completo y ser capaz de encontrar formas completamente nuevas de relacionarme con otros personajes. Eso requería romperme y luego reconstruirme a la imagen de otra persona, y tomar decisiones más importantes.

-¿Qué crees que te atrajo hacia estos personajes más estilizados?

-Creo que una de las cosas de las que me di cuenta sobre el naturalismo, y todavía es un lugar en el que habito -acabo de hacer mi cuarta película con Kelly Reichardt- es que también quería hacer un trabajo que dejara una marca. Quería hacer un trabajo en el que el público tuviera menos que interpretar porque la interpretación era realmente mi trabajo. Siento que Mitzi pertenece allí, y Gwen y Marilyn pertenecen allí, y el trabajo que he hecho en teatro pertenece allí. Pero tomó mucho aprendizaje y muchos errores en el camino para sentirme cómoda dejando mi propia piel.

-Me pregunto si ese espectro entre naturalismo y estilización no te ha acompañado desde el principio de tu carrera. Incluso con algo como Dawson’s Creek, te dieron páginas y páginas de diálogos muy densos y estilizados y tenías que encontrar una manera de hacerlo que sonara natural.

-¡Tanto diálogo! Doce páginas muy detalladas al día. Y sí, las situaciones y los escenarios en los que trabajaba en Dawson’s Creek eran bastante intensos.

-Pero creo que la gente aprecia que no reniegues de esa serie y que en realidad trazaras una línea de regreso a Dawson’s Creek en tu discurso de los premios Gotham.

-Tal vez haya una conexión entre lo primero y lo último, así que me estoy reconectando constantemente con mis días en Dawson’s Creek porque cada proyecto que termino de alguna manera me lo recuerda. Pero fue un tipo de entrenamiento increíble porque también estaba aprendiendo estas cosas realmente fundamentales, del tipo de cómo tener una conversación con alguien en la que lo miras a los ojos, pero una parte de ti también mira hacia abajo para dar en el blanco. Es ese tipo de cosas técnicas que parecen un poco tontas y pequeñas que aún me resultan útiles.

-Y también es divertido que en esa serie, Dawson estaba obsesionado con Spielberg, y ahora aquí estás interpretando a la madre de Spielberg.

-¡Eso es rarísimo!

-¿Cómo te sentiste el día antes de empezar a rodar Los Fabelman?

-Se sentía como cuando la carrera está a punto de comenzar y estás en línea de salida y te pican los pies y estás en este estado de alerta. Fue ese tipo de pegue.

-Muchos expertos te veían como ganadora del Oscar a actriz de reparto por este papel, pero en lugar de eso, elegiste ir por la competitiva carrera a mejor protagónico.

-Creo que fue una conversación que tuvo lugar fuera del grupo central que hizo esta película, y realmente no sé por qué hubo una disparidad. Aunque no he visto la película, las escenas que leí, las escenas que preparé, las escenas que filmamos, las escenas que me dijeron que se quedaron en la película, son similares a las experiencias que he tenido en papeles considerados protagónicos. Así que para mí, o para cualquier persona involucrada en la película, entendía que era un acuerdo tácito.

-¿Cómo que aún no viste Los Fabelman?

-No puedo ver mi propio trabajo. Creo que lo último que vi fue Meek’s Cutoff en un cine con mi hija, así que ha pasado una década.

-¿Cómo es eso?

-Cuando estoy trabajando en algo, me siento tan completamente dentro de eso, que cuando cambio a ser público, altera mi experiencia, y la experiencia es, en última instancia, lo que busco. Parece que no puedo ir y venir entre las dos formas de involucrarme en la narración, aunque me gustaría ser lo suficientemente fuerte y capaz de observarme a mí misma, descubrir qué me gustaría ajustar técnicamente y luego aplicarlo la próxima vez. Soy más feliz y tal vez sea más saludable si me quedo en mi experiencia personal de interpretar a estas mujeres.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar