ENTREVISTA
El actor argentino habló de "30 noches con mi ex", la película que se estrena el jueves, y también del regreso de Mirtha Legrand, de Tinelli y de Filmar en Uruguay.
Es un martes atípico en el barrio bonaerense de Recoleta. En la puerta del hotel Four Seasons un grupo de 15 adolescentes pasó toda la tarde a la espera de Sebastián Yatra, el cantante colombiano que se hospeda allí tras su show del domingo en Montevideo. Llevan regalos, hablan sin parar, tratan de conseguir información y están al acecho de cada movimiento en el lobby.
Adentro, el panorama es diferente. El silencio es tan frío como los mármoles de la escalera principal. Sin embargo, la imagen detrás de una de las puertas de vidrio se roba la atención de los empleados que vigilan la salida de Yatra. Rodeado de focos y de su equipo de prensa, Adrián Suar está en un móvil con Socios del espectáculo; a su lado se ve una gigantografía de 30 noches con mi ex, la comedia que protagoniza junto a Pilar Gamboa y que marca su debut como director.
“Vienen de Uruguay, ¿no?”, pregunta el encargado de manejar los horarios de Suar. “Pasen”, nos dice al grupo de periodistas que cruzamos el río, apenas se termina el móvil. Entre los mozos de traje, los muebles vintage, las paredes llenas de pinturas y la arquitectura europea de inicios del siglo XX, el lugar viene con cierta solemnidad. La gente susurra.
Pero alcanza con que Suar irrumpa en la escena para que todo se modifique. Se presenta —como si hiciera falta—, abraza a los conocidos, sonríe y se toma un momento para preguntarle a cada uno qué le pareció su nueva película. Es un buen anfitrión.
Está entusiasmado y se nota. Para él, 30 noches con mi ex —que llegará este jueves a las salas uruguayas— es un hito en su carrera. Y no solo porque sea su ópera prima como director, sino porque marca una nueva manera de abordar sus historias.
La trama es la siguiente: Suar interpreta a El Turbo, un hombre metódico que trabaja en una financiera y que se enfrenta a un desafío inesperado, el de albergar durante 30 días a su exesposa, La Loba (Pilar Gamboa), que viene de una larga internación psiquiátrica. Necesita contención antes de reinsertarse a la sociedad y, aunque El Turbo trate de evitarlo, el pedido de su hija en común lo obliga a aceptar.
La Loba padece hipersexualidad, se siente sola y, como es de esperar, la convivencia se convierte en un subibaja emocional que los hará vacilar entre el amor y lo que llevó al fin de la pareja. Hay un montón de escenas divertidas, sí, pero también hay espacio para la reflexión en torno a la salud mental y a la necesidad de aprender a pasar página.
El estreno de 30 noches con mi ex es la excusa de esta rueda de prensa de la que participó El País junto a varios medios argentinos, aunque también hay espacio para hablar de su trabajo en televisión. “Hace muchos años estoy pensando en dirigir”, es lo primero que dice. “Y cuando arrancamos a armar esta historia con Pablo Solarz me decidí enseguida”.
Sobre su trabajo con Gamboa, menciona: “Cuando me nombraron a Pilar no dudé un segundo. Sabía que podía llevar a buen puerto al personaje. Y la rompió”.
A los pocos minutos de iniciada la rueda de prensa, una periodista le pregunta por qué decidió volver a meterse con una historia de amor. Y Suar no duda: “Porque el vínculo de pareja todavía tiene muchas posibilidades de ser contado. Ya lo conté en Corazón loco, que era un bígamo que amaba a las dos mujeres; en 30 noches con mi ex me estoy separando; en Dos más dos quería abrir la pareja; y en Un novio para mi mujer me la quería sacar de encima. Hay mucha variante y va a seguir habiendo”.
—¿Cuál es el valor de abordar los problemas de pareja, que podrían ser tratados desde el drama, a través del humor? ¿Es una manera de alivianar el dolor?
—Es que las comedias han contado muchas cosas. He visto alguna película de (Roberto) Benigni donde puede abordar temas como el nazismo a través de situaciones de humor. No creo que ideológicamente haya temas que no se puedan tratar desde la comedia. Chaplin, por ejemplo, lo hizo con Hitler en El gran dictador. Es verdad que algunas temáticas son más difíciles, pero lo importante es si está bien hecho o no, o si te chocó o no cuando viste la película. Siento que 30 noches con mi ex habla de la patología de La Loba con respeto, pero no es que nos reímos de ella. Tiene situaciones cómicas como estar en un restaurante y que ella le diga al novio de mi hija: “Lo bien que deben garchar”, y que yo responda: “La cuenta, por favor, vámonos que esto va a terminar mal”. No es burla; son situaciones que generan humor.
—Además de esas situaciones humorísticas, hay espacio para la empatía. En varios momentos se menciona lo difícil que es acercarse a la locura. ¿Cómo se manejó ese equilibrio?
—A través de profesionales de la psiquiatría, que estuvieron en el proceso y nos ayudaron a tener esa mirada. También fue importante mi intuición de meterme con este tema y confiar en que estamos en un andarivel correcto. Por eso el personaje de la psiquiatra dice al final: “Es difícil salir de la locura, pero también es un tema no poder entrar en la locura del otro por estar tan encorsetado y no saber cómo poder acompañar”. Ese es un acierto enorme. Yo estoy muy tranquilo porque pude haber hecho películas que han gustado más o menos, o que sean parecidas por tener un tono similar, pero a esta la veo distinta. Y estoy seguro de eso porque soy bastante crítico con mi trabajo. Sé que 30 noches con mi ex te va a hacer reír. Además trae un tema como la salud mental, que al que lo conoce le podrá caer mejor o peor, pero sé que esta es de las buenas mías.
Y cuando se le pregunta sobre el objetivo de la película, el argentino se sincera: “Siempre intento que la gente pase un buen rato y que cuando salgas del cine charles de eso en el tiempo que te lleve ir a tu casa o a tomar algo. Eso es lo más importante para mí. Después, no siento que el cine que hago sea para que quede en el memoria de por vida. No me pasa y tampoco me sale. Eso sí, me gustaría que la peli ayude y movilice”.
—Bueno, pero después de tantos años de trabajo, y por más de que digas que no hacés películas para que “queden en la memoria”, supongo que te habrás planteado cuál va a ser tu legado. ¿Lo tenés presente?
—Ni me lo planteo, pero seguramente algo quede...
—¿Apostás por alguna?
—No, no creo que haya una, la verdad. Pero sí el tipo de película que hago, aunque sé que hay algunas que no resisten más de una década. Un novio para mi mujer, por ejemplo, se sigue pasando y sigue siendo simpática. Cuando la hicimos con Vale (Valeria Bertuccelli) nos reímos mucho, la pasamos bien y pretendimos sacarle una sonrisa a la gente; y lo logramos. Lo mismo pasó con Me casé con un boludo. Pero es eso, ni más ni menos. Con 30 noches con mi ex es distinto: tiene todo eso y además muestra a un personaje tan fuerte como La Loba, con escenas muy buenas.
Cuando un periodista argentino le mencionó que Guillermo Francella debió cambiar su perfil actoral para ser “tomado en serio” y le preguntó si se planteó la posibilidad de encarar otro tipo de papel, respondió: “Guillermo me pide siempre que cambie de perfil: (imita su voz) ‘Adriancito, por favor’, pero cuando se dé lo voy a hacer. Estoy muy satisfecho con el cine que hago porque me gusta y siento que me representa. 30 noches con mi ex me pareció un pequeño salto porque es distinta de lo que venía haciendo. Seguramente pegue otro salto más adelante”.
La vuelta de Mirtha y la nueva apuesta de Tinelli
En la rueda de prensa se habla de televisión. Suar es director de programación de Canal 13, por lo que la pregunta obligada es la del regreso de Mirtha Legrand. “Va a estar arreglado. Estamos trabajando con el tema económico, de renovación y de dónde se va filmar. Va a ser en setiembre con Mirtha y con Juana”.
Suar también se toma unos minutos para hablar de Canta conmigo ahora, la nueva apuesta de Marcelo Tinelli. “El formato anterior estaba agotado, pero eso no significa que no pueda volver en tres o cuatro años; seguramente pase”, dice. “En Canta conmigo, Marcelo tiene que darle un poco de su toque, y seguramente lo va a encontrar. Recién va la segunda semana y sé que va encontrar el tono justo. Este año le puse todo para que tuviera el mejor programa. Se nota la inversión”.
Por último, habló de la crisis que sufrió Polka en 2020. “Los primeros meses de la pandemia fueron muy duros porque no sabíamos dónde estábamos parados ni qué rumbo tomar. No podía pagar los sueldos y estaban los reclamos. Después se acomodó todo”.
—¿Y qué es lo más difícil en esos momentos? Porque cuando un programa es un éxito, todos te acompañan y te elogian, pero cuando hay malas noticias sos vos el que tiene que dar la cara.
—Son momentos muy duros para el que comunica, pero peor para el que lo recibe. Pero yo siempre digo que el que está en la televisión, que es un medio popular y masivo, tiene que entender las reglas del juego. No pido que no pase por el dolor, pero sí que entienda que cuando te va bien todos te elogian y te dicen que sos el mejor. Te proponen una segunda temporada y vos respondés: “Dejame pensarlo”, te tomás unos días, arreglás más plata y sale todo bien. Ahora, cuando te va mal, tenés la contracara: hay que encarar la situación. Pero en las malas vienen las escenas de las buenas y en las buenas están las malas. Es una escena lógica y en este medio siempre están las dos caras: de canillita a campeón y de campeón a canillita… Siempre.
La posibilidad de filmar en Uruguay
Adrián Suar habló con El País de la posibilidad de filmar en este lado del Río de la Plata. “Sí, lo pensamos porque Uruguay tiene muy buenas condiciones de trabajo. Puede que sea alguna ficción”, adelanta. “Tengo muy buenas referencias de Iosi, que se filmó allá y recibí lindos comentarios de mis amigos Daniel Burman y Sebastián Borensztein... (hace una pausa) Sí, cómo no; siempre es lindo ir a Uruguay”.
El argentino también se refirió a su relación con el público local: “Tengo una conexión muy fuerte con Uruguay. Los quiero mucho y siempre tengo una buena recepción allá; a veces las películas que hago me las comentan más en Uruguay que en Argentina".
Por último, habló de la participación de Pichu Straneo en 30 noches con mi ex, donde interpreta a Elías, un compañero de internación de La Loba. “Sabía que iba a funcionar. Es un actor divino y hablé mucho con él para que haga un papel real. Yo sabía que en la normalidad de él iba a ser gracioso, pero quería que no se pasara, sino que hiciera algo normal. Y le salió muy bien”.