CINE
El próximo martes, Alicia Cano y Agustina Chiarino presentarán un work in progress del documental uruguayo "Bosco", ambientado en un pueblo italiano de 13 habitantes
El próximo martes, las uruguayas Alicia Cano y Agustina Chiarino participarán de Cannes Docs en el Marché du Film - Festival de Cannes de la mano de Bosco, un documental centrado en un pueblo italiano de 13 habitantes. Su participación formará parte del Italian Showcase y se exhibirá un adelanto con el objetivo de gestionar estrenos en festivales de cine. El documental fue coproducido entre Uruguay (Chiarino, de Mutante Cine) e Italia (con la productora Mybosswas).
“Es el mejor lugar donde una película independiente puede empezar su camino”, le dice Cano, la directora de Bosco, a El País. Cada año, Cannes Docs cuenta con varios país invitado y en la lista de este año se incluye a Italia. “Como la mitad del rodaje transcurrió en Italia y el 70% del corte final se ve allá, se ve como una película italiana”, aclara.
“Es el mejor lugar donde una película independiente puede empezar su camino”, le dice Cano, la directora de Bosco, a El País. Cada año, Cannes Docs cuenta con varios país invitado y en la lista de este año se incluye a Italia. “Como la mitad del rodaje transcurrió en Italia y el 70% del corte final se ve allá, se ve como una película italiana”, aclara.
El martes 23, Cano y Chiarino realizarán una presentación virtual de un work in progress, que luego dará paso a una reunión con agentes de venta que pueden ayudar a que el documental tenga un estreno mundial en festivales de cine.
“La noticia nos la habían anunciado en diciembre, pero no podíamos decir nada hasta que ellos lo anunciaran”, dice Cano. “Después se vino la pandemia y se suspendió el festival como tal. Al final apareció la alternativa del formato virtual y seguimos. Teníamos pensado viajar con Agustina y hablar en vivo. Hubiera estado increíble”.
Si luego de la exhibición en Cannes Docs comienza la gestión para el estreno del documental, Cano (El Bella Vista, Locura al aire) cerrará un proceso que le llevó 13 años. El proyecto comenzó cuando la cineasta se radicó en Italia, donde vivió cuatro años. “Lo primero que hice fue ir a Bosco, que es un pueblito en el vientre de los apeninos italianos, que tenía 29 habitantes”, relata. “Crecí con todos los cuentos que me hacía mi abuelo sobre ese lugar, que es de donde venían sus padres y sus abuelos”.
Si bien su abuelo de 103 años jamás visitó Bosco, sí le narró una serie de historias sobre el pueblo que despertaron la curiosidad de la cineasta. “Todas sus historias se convirtieron en fábulas mitológicas del famoso Bosco. Entonces, lo primero que hice cuando llegué fue ir a conocerlo”. Apenas llegó, la recibieron como si fuera parte de los familiares que viajaron a América para una nueva vida. “Me recibieron como una de ellos, aunque ya habían pasado 100 años”.
Además del cálido recibimiento, le sorprendió haberse encontrarse con todos los detalles que le había relatado su abuelo. “Parecía que lo conocía como la palma de su mano”, dice. Empezó a filmar para generar un archivo personal, pero el proyecto fue creciendo hasta convertirse en un documental. “Filmé a Bosco y a sus habitantes, a la montaña y al bosque, que se va comiendo las casas”, dice. “Dentro de las casas de piedras aparecen ramas. Quería registrar la evolución de cómo el pueblo vuelve al origen del bosque y también filmaba a mi abuelo en Salto”.
Así, empezó a idear un proyecto documental sobre el paso del tiempo, la memoria, la conexión con la naturaleza y el concepto del hogar. “Estaba muy inspirada en un libro de Gastón Bachelard, que se llama La tierra y las ensoñaciones del reposo, que habla de la ‘casa onírica’ y pensé en las distintas formas de habitar un lugar. Mi abuelo nunca fue a Bosco, pero está siempre en su memoria”.
En 2016, Cano viajó nuevamente a Italia y vivió cuatro meses en el pueblo para registrar la vida allí. “Quería profundizar el vínculo en sus vidas y pude ver cómo cortan leña para prepararse para el invierno e hibernar. También vi la temporada de hongos porcini, y cómo se van a la montaña para recolectarlos”.
En los 13 años que pasaron desde que Cano conoció Bosco, el pueblo pasó de tener 26 habitantes a 13. Sin embargo, aunque el lugar esté destinado a desaparecer, la cineasta busca hacer foco en cómo el pueblo se “transforma gracias a una imagen mental” -en este caso de su abuelo- y ahora, con el registro fílmico. La directora planea que el documental llegue a Uruguay en 2021. Así se podrá conocer la vida en Bosco.