Austin Butler, de Elvis a motoquero con un porte que solo algunas grandes estrellas de Hollywood han tenido

Este jueves se estrena en cines uruguayos "El club de los vándalos", la película protagonizada por Austin Butler, la joven estrella de Hollywood que viene de filmar los éxitos "Elvis" y "Duna: parte dos". Su camino hacia la fama.

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Austin Butler.
Foto: Difusión.

Kyle Buchanan/The New York Times
En los primeros minutos de El club de los vándalos hay una escena que funciona como prueba de estrés para el estrellato. Mientras bebe en un salón de billar de la década de 1960, una mujer llamada Kathy (Jodie Comer) se inquieta por la presencia amenazante de los motociclistas en el lugar, así que agarra su bolso para irse. Solo se detiene en seco cuando alcanza a ver a Benny, otro motociclista, que está solo. Mientras Kathy lo observa desde el otro extremo del salón abarrotado, la música de la rocola y las conversaciones de los motociclistas se desvanecen, y lo único que se escucha es el suspiro pasmado de Kathy al darse cuenta de que está enamorada.

No se requiere ningún efecto visual para esa escena, solo un hombre que pueda acaparar la pantalla y hacer que una mujer contenga la respiración. Es la clase de papel que en otras décadas habrían interpretado actores de la talla de Marlon Brando, Paul Newman o Brad Pitt. ¿Pero quién de la generación actual tiene esa presencia?

Eso es lo que le preocupaba al director Jeff Nichols hace dos años, mientras emprendía la búsqueda de actores para un personaje. Escribió a Benny como alguien con aura mítica incluso para sus compañeros motociclistas, pero no le venía a la mente ningún actor contemporáneo que siquiera se acercara a esa cualidad. Así que Nichols no esperaba mucho cuando se reunió con Austin Butler, cuya revelación en la película Elvis aún estaba entonces a meses de su estreno.

Lo que descubrió, desde que vio a Butler caminando hacia él, fue a alguien que se veía y se sentía exactamente como el personaje que había escrito: alguien con belleza, aplomo y una masculinidad cómoda. O, como lo describió Nichols: “Pensé: ‘Estoy hablando con una estrella de cine’”.

Los últimos dos años han corroborado esa primera impresión. La actuación de Butler como el rey del rock and roll en Elvis catapultó su carrera y le valió una nominación al Oscar, mientras que el estreno en marzo de Duna: parte dos, en la que fue el malvado Feyd-Rautha Harkonnen, confirmó que su éxito no era pura suerte.

Butler (32) se ha convertido en un imán de directores prestigiosos: hace poco filmó Eddington, la película de Ari Aster, está a punto de estelarizar una de crimen y suspenso de Darren Aronofsky, Caught Stealing, y desde hace mucho corre el rumor de que aparecerá en la secuela de Fuego contra fuego que aún está en desarrollo y será dirigida por Michael Mann.

Desde Elvis, Butler ha interpretado a personajes tan diferentes que no te culparíamos si no supieras quién es en realidad, aunque esa suele ser la clave para ser una estrella de cine. El hecho de que se sienta realizado pero no encasillado todavía podría considerarse una proeza.

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Austin Butler en "El club de los vándalos".
Foto: Difusión

Las estrellas de cine guapas pueden dedicar toda su carrera a tratar de demostrar que son más que una cara bonita, que pueden actuar de verdad pero también deberían ser consideradas para personajes complejos. Butler está navegando esa trayectoria a la inversa: luego de darse a conocer con dos personajes de alto perfil que implicaron una transformación total, ahora está llegando a los papeles de la estrella de cine clásica.

Con El club de los vándalos, finalmente estamos viendo algo más cercano al verdadero Butler, aunque Nichols sugirió que en vez de preguntar quién es Butler, sería mucho más interesante tratar de averiguar en quién se convertirá.

“Estamos viendo a una persona crear la imagen pública de una estrella de cine, y eso me parece bastante fascinante”, comentó.

Aunque Butler carece de ese aire de peligro que solía hacer tan atractivos a los chicos malos del cine, eso podría considerarse algo bueno en nuestra época actual, que es más cautelosa.

“He visto todo tipo de comportamientos en el set”, dijo Butler, que creció en el sur de California y empezó a actuar en la adolescencia en programas de Nickelodeon y Disney Channel. Sin embargo, su temple no solo es una reacción al mal comportamiento del que ha sido testigo; es algo más innato. “Mucho se lo debo a mis padres y lo que me inculcaron desde niño: tratar a todos como querés que te traten, sin importar si pueden hacer algo por ti”.

Austin Butler

Tanto el padre como el abuelo de Butler fueron motociclistas, y él recuerda que se sentaba en la moto de su papá y tomaban largos paseos juntos. Cuando tenía 7 años, sus padres se divorciaron, y a sus 15, su padre le dijo que ya tenía edad suficiente para andar solo en moto. Pero tendría que ser un secreto entre ellos: la madre de Butler le prohibió usarla después de que su hermana mayor estuvo en un accidente. Butler aprovechó eso y más para interpretar a Benny, cuyas lealtades a Kathy y a su banda de motociclistas suelen entrar en conflicto.

Como actor, Butler se ve obligado a ser itinerante, pues crea círculos de amigos temporales pero muy cercanos en lugares lejanos. “Luego terminas el proyecto y la familia se separa, y pasas a la siguiente”, narró. “Un día, en terapia, me di cuenta de que ese patrón me recuerda mucho al divorcio de mis padres”. Nichols indicó que esa conexión ayudó a darle más profundidad a un personaje que, en un inicio, concibió como vacío por dentro.

“Él tiene un grado de complejidad que honestamente cambió mi perspectiva durante el rodaje”, admitió Nichols. “No es que no esté en contacto con sus emociones, sino que elige mostrarse indispuesto a nivel emocional con las personas, pero tiene muchos sentimientos en su interior. Ese personaje es mucho mejor y es un resultado directo del ser humano que es”.

“Estoy tratando de decidir cuánto quiero revelar de mis propios pensamientos internos”, señaló a su vez Butler. “No quiero imponerle a la audiencia lo que yo estaba pensando, porque quiero permitirles proyectarse en él”.

Cuando terminó el rodaje de Elvis, Butler estaba tan agotado que terminó en la sala de emergencias y estuvo en cama una semana. Luego viajó en avión a Inglaterra para empezar a filmar Los amos del aire. Pero como actor activo, ha tenido que acostumbrarse a esos cambios tan bruscos.

En los proyectos que le esperan, quiere ser más congruente. “De pronto, me parece más fácil decir que no”, reveló, “y no siento tanta necesidad de adaptarme a lo que creo que otras personas quieren de mí”. Pero, al mismo tiempo, siente que sería insensato no aprovechar el momento que ha estado buscando.

“No se me olvida lo afortunado que soy”, afirmó. “Cuando tenía veintitantos años, había papeles que yo quería y que no conseguí, y había actuaciones que yo quería emular, pero no podía, lo cual luego me llevó a buscar maestros y a intentar mejorar en todos los aspectos posibles. Fue un largo tiempo de muchas lecciones de humildad”.

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