Redacción El País
Desde su lanzamiento generó revuelo por su contenido explícito: incluye escenas de sexo, violencia extrema y necrofilia, y hasta ahora es recordada como una de las películas más controvertidas de la historia del cine. Cuarenta y cinco años después de su estreno, apenas si se logra encontrar a Calígula on demand.

¿Pero cuál es la historia del film que puso a grandes estrellas al servicio de un guion para el escándalo?

Calígula fue la primera producción de Penthouse Films International, una división cinematográfica de la famosa revista erótica Penthouse. Fue impulsada por el mismísimo fundador de Penthouse, Bob Guccione, quien insistió desde el inicio en incluir mucha desnudez.

Inspirada en la vida del famoso emperador romano, el guion se le encargó al escritor Gore Vidal, y para él se conformó un elenco estelar que incluía a figuras como Helen Mirren, Peter O'Toole (Lawrence de Arabia), John Gielgud y Malcolm McDowell en el papel principal. Y fue un escándalo desde su estreno, ocurrido el 14 de agosto de 1979 en Italia, hace hoy 45 años.

A Uruguay llegó recién en mayo de 1985, apenas vuelta la democracia, y fue, según el sitio Cinestrenos, la película más exitosa de la temporada. La vieron 83.817 personas, con la advertencia de que había escenas que podían "herir la sensibilidad del espectador".

Según la misma plataforma, Calígula fue la primera película exhibida en Montevideo bajo la que sería la etiqueta de sexo explícito, pero solo en el cine Luxor: es que en otras salas, en Montevideo Shopping y en Punta del Este, se proyectó una versión suavizada o, según la lectura, censurada.

La historia de Calígula, la película, estuvo marcada por el conflicto. El drama comenzó cuando el director Tinto Brass, que en los créditos solo figura como fotógrafo principal, aceptó dirigir el proyecto con la condición de reescribir el guion de Vidal. Así, cambió por completo la trama y pasó de mostrar al emperador como un hombre corrompido por el poder, a exhibirlo como un monstruo que se precipita hacia su propia perdición. Agregó escenas de orgías, elementos fálicos en la decoración y, si era posible, más desnudez.

Helen Mirren, quien interpretó a Caesonia, la esposa del emperador Calígula, y es hoy una de las pocas actrices en haber ganado el Oscar, el BAFTA, el Globo de Oro y el Premio del Sindicato de Actores, recordó más tarde: "Hacía escenas de desnudos desde el momento en que comencé a hacer películas. Nunca quise mostrar mucho, pero pensé, ‘¿Realmente importa?’ Parecía que no valía la pena preocuparse".

Foto: Archivo

Es que Mirren y McDowell participaron en escenas que requerían desnudos y sexo simulado. Una de las más impactantes tiene a la actriz como Caesonia, dando a luz con las piernas abiertas y suspendida frente a la corte imperial. McDowell aparece en tomas donde Calígula abusa sexualmente de un cortesano y tiene relaciones con su hermana Drusila (y con su cadáver).

En la interna, las diferencias entre los actores masculinos, el director y el dueño de Penthouse fueron constantes y también se hicieron sentir.

El rodaje de Calígula terminó en diciembre de 1976, pero las polémicas no acabaron allí. Sin que el elenco principal ni el director lo supieran, Guccione volvió al set para rodar escenas adicionales con algunas de sus Penthouse Pets; cinco años después de la película original, lanzó su propio corte que agregaba escenas de sexo reales, incesto y zoofilia, entre otros asuntos. El montaje hacía parecer que las estrellas de la película participaban de esas escenas.

Tras su estreno fue prohibida en algunas ciudades y tuvo que sortear conflictos legales, marcados por la acusación de una obscenidad extrema. Había costado 22 millones de dólares, una verdadera fortuna para la época; apenas logró recuperarlos.

Desde entonces, y a lo largo de estos 45 años, Calígula ha mantenido su estatus como una de las películas más polémicas jamás producidas. En Cinestrenos, a propósito de la experiencia de la platea uruguaya, se recoge esto: "El público del Luxor, estupefacto, dejaba oír el volar de una mosca ante la crudeza de ciertas escenas que por primera vez se veían en las salas de cine".

Quizás por esa controversia, Calígula continúa siendo un tema de conversación que abre la discusión sobre los límites de la creatividad y la misión del cine, y consigue, con el paso de los años, cierta revalorización. Si quiere sacar sus propias conclusiones, la puede encontrar en la Internet Archive: ninguno de los servicios de streaming conocidos la tiene en su catálogo.