Con un ajustado vestido rojo, carisma, sex appeal y una sonrisa interminable, Cameron Díaz se comió al mundo, y lo hizo de la noche a la mañana. Era 1994, y Díaz hasta entonces una joven modelo bien californiana, de ojos azules y pelo rubio, por insistencia de su representante se presentó para la audición de la película La máscara. Ya había tenido una experiencia previa, en la porno softcore: She’s no angel (John Rutter, 1992) que todavía intenta olvidar. Igual fue y de esa reunión salió sin saber que iba a ser la protagonista de una de las películas más taquilleras de ese año (la cuarta detrás de El rey león, Forest Gump y Mentiras verdaderas), y que se iba a convertir en una estrella de cine y en la actriz mejor paga en Hollywood.

Díaz, entonces de 22 años y de ascendencia cubana, alemana y cheroqui, rápidamente aprovechó el éxito de esa comedia junto a Jim Carrey para afianzar su estatus, y en los siguientes cinco años participó en 14 películas de directores como Danny Boyle, Terry Gilliam, los Farrelly, Spike Jonze y Oliver Stone. Varias se convirtieron en clásicos de la década como La máscara, Loco por Mary, ¿Quieres ser John Malkovich?, o La boda de mi mejor amigo.

Además, entendió rápido una máxima de la industria: evitar ser encasillado. “Quería que me mandaran guiones distintos a los que estaba recibiendo con papeles de muñequita”, comentó en una entrevista durante esos primeros años. “Si eres una mujer y te etiquetan como un sex symbol, inevitablemente va a llegar un momento en el que ya no lo serás. Y si no puedes avanzar más allá de eso, te estás limitando”.

Foto: John Wilson/Netflix

Esa diversidad llegó de la mano de nuevos éxitos como la saga animada Shrek, donde le prestó su voz a la princesa Fiona, y películas como Pandillas de Nueva York de Martin Scorsese, la graciosa La cosa más dulce, la navideña El descanso, y la saga de acción Los ángeles de Charlie. Esos títulos consagraron a la actriz a inicios del nuevo milenio, y le valieron cuatro nominaciones a los Globo de Oro, tres a los SAG y una a los Bafta. De todas las ceremonias se fue con las manos vacías.

La fama llegó acompañada por un interés por su vida privada, y también para corroborar si la joven que parece estar divirtiéndose todo el día, eructa y se tira pedos, era así en realidad. Y a medida que el estatus de estrella crecía, lo hacían los ceros en los cheques. En 2003 cobró 20 millones de dólares por papel, y en 2008 ganó 50 millones por dos películas. Esos ingresos, sumado a las fotos con vestidos de diseñador y junto a sus parejas, Matt Dillon primero, Justin Timberlake y Alex Rodríguez después, la pusieron en la tapa de las revistas por varios años.

En 2015 se casó con el guitarrista Benji Madden, de la banda Good Charlotte, y con la intención de agrandar la familia y poder disfrutar el proceso, la actriz que estrenaba dos o tres títulos al año, decidió poner su carrera en pausa.

Foto: Netflix.

Desde entonces hizo algunas participaciones en podcasts y dio pocas entrevistas en televisión, donde habló de su vida fuera de las cámaras y sus emprendimientos, como su propia marca de vinos, Avaline.

“Literalmente no estoy haciendo nada”, dijo en un evento donde comentó los motivos para este impasse. “De repente me di cuenta de que no era capaz de saber quién era yo realmente. Es un descubrimiento muy duro. Y sentí la necesidad de volverme completa”.

Sus últimas noticias fueron en 2020, cuando se convirtió en madre por vientre subrogado, de Raddix, y en 2024 cuando anunció la llegada de su primer varón, Cardinal.

Claro que en 2022 se generó un sacudón en Hollywood cuando anunció su regreso a la pantalla de la mano de Jamie Foxx, su coestrella en su última película, Annie, y con un proyecto para Netflix que se estrenó en la plataforma de streaming: De vuelta a la acción.

“No pensaba hacer otra película. Era perfectamente feliz viviendo mi vida y haciendo otras cosas, y un día recibí una llamada de Jamie Foxx”, comentó Díaz a Netflix sobre cómo se gestó su regreso.

Con 52 años, Díaz no solo vuelve a la actuación, lo hace con una comedia de acción que parece inspirada en su propia vida, ya que interpreta a una agente que vuelve a las andanzas tras seis años ausente.

“Emily y Matt (Díaz y Foxx) renunciaron hace años a ser espías de la CIA para formar una familia. Pero, cuando se descubre su tapadera, se ven arrastrados de nuevo al mundo del espionaje”, anuncia el adelanto de la película de Seth Gordon, quien tiene experiencia en sitcoms como Modern Family y Parks & Recreation, comedias como Quiero matar a mi jefe, y series policiales como el éxito de Netflix, El agente nocturno.

El elenco de De vuelta a la acción lo completan Glenn Close, Kyle Chandler y Andrew Scott.

“La gente decía: ‘Se acabó’, y yo decía: ‘No, no se ha acabado para mí’. Mi marido me decía ‘Nos has estado apoyando y construyendo la familia’, es hora de que te apoyemos y dejemos que mamá ascienda y haga lo suyo’. Ahí supe que era el momento”, comentó Díaz.

Y este regreso también marca la vuelta de Shrek, que tendrá nueva aventura a estrenarse en 2026 y Outcome, comedia que dirige Jonah Hill y donde Díaz comparte elenco con Keanu Reeves, Matt Boomer y Laverne Cox.