TELEVISIÓN

Es “la historia más increíble de supervivencia protagonizada por gente común”; así definió la revista National Geographic a la tragedia de los Andes. A días de recordarse los 49 años de ese hecho, Canal 5 emite, esta noche a las 22.00, la película, Viven.

Dirigida por Frank Marshall y protagonizada por Ethan Hawke, Bruce Ramsay y Vincent Spano, la película comienza con un recitado del actor John Malkovich: “Después de 20 años se analiza mucho y se recuerda a las personas. ‘El milagro de Los Andes’, así lo llaman. Muchas personas dicen que de haber estado en ese lugar, hubieran muerto. No tiene sentido, porque hasta que uno no vive una situación así, no se tiene idea de lo que haría al enfrentarse a la soledad”.

“Eso que dice Malkovich, lo escribí yo”, dijo Carlos Páez a El País, uno de los protagonistas de la historia. “Nada mal que me represente él”, agregó bromeando. “Le mandé un sentir de lo que era la película cuando ellos la estaban filmando, Marshall se lo pasó a los actores y de ahí se sacó el principio y final de la película”, dijo.

De ese accidente, ocurrido el 13 de octubre de 1972 se han hecho tres películas, se escribieron 26 libros y se filmaron nueve documentales en estos años. Igualmente Viven sigue siendo el reflejo mejor logrado de esa tragedia que protagonizaron un puñado de chiquilines uruguayos.

El director Frank Marshall había leído el libro de Piers Paul Read sobre el que se basa la película varios años antes, y quedó fascinado con esa historia de superación. Fue Jeffrey Katzenberg, en ese entonces presidente de los estudios Disney, quien le acercó el guion de la película. El director aceptó enseguida.

Entonces Marshall viajó, en octubre de 1991 a Uruguay (junto a su esposa, la productora Kathleen Kennedy y Bruce Cohen, otro productor de Viven), para reunirse durante tres días con los 14 sobrevivientes.

“Nos explicaron lo que iban a hacer y nos contaron el sentido de lo que querían hacer. Era gente bien intencionada y la película se hizo con muchísimo respeto”, dijo Paez.

Con un presupuesto de 25 millones de dólares, comenzó la filmación en Canadá, en la Columbia Británica, mientras que los efectos visuales se hicieron en Vancouver, y las escenas de Malkovich se filmaron en Inglaterra, donde el actor estaba haciendo una obra.

La filmación fue compleja, se realizó en una montaña a una altura de 10.000 pies, a 25 grados bajo Cero, y llevó cuatro meses en terminarse. “Creo que me atraen las películas que son difíciles de hacer”, le dijo Marshall al New York Times, antes del estreno en Estados Unidos de Viven. “Si intentaras inventar esta historia, nadie lo creería. Sentí que era una aventura humana increíble que simplemente tenía que ser contada”, agregó el director entonces.

Páez concuerda con los dichos del director y recordó que hubo que quitarle escenas a la película. “No era creíble, y es que nos pasaron tantas cosas que tuvieron que quitarle dramatismo. Parecía imposible que nos pasaran tantas cosas: el choque, la avalancha, recibir la noticia de que no te buscan más, todo era una lucha permanente contra el no”, dijo.

Con más voz que voto en la toma de decisiones (Fernando Parrado había sido contratado por los estudios como asesor), Páez recordó que él también pudo participar en algunas decisiones de la película.

“Ellos tenían una hoja de ruta, que era el libro, y yo intenté aportar lo que podía. En algunas cosas me hizo caso Marshall, en otras no. Y para mí era importante la película, porque es de las cosas más importantes que pasaron en mi vida. Además, no es común que gente viva tenga películas hechas, porque en general se hacen después que la persona murió”, agregó Páez.

Al igual que otros sobrevivientes, Páez viajó con una de sus hijas a Canadá para estar en el set de filmación. “Allí conocí al actor que me interpretó, Bruce Ramsay, y estaba bien elegido por el sentido del humor que tenía en la película, no tanto en lo que era mi humor”, dijo y ejemplificó: “El hace una broma constante en la película sobre la pizza, y a mí personalmente no es algo que me gusta mucho, pero el estilo de humor era el que usé en los Andes”.

Sí le molestó, comentó Páez, que al principio se diga: ‘un avión sudamericano volando Los Andes’. “Me hubiera gustado que hubiesen dicho: un avión uruguayo. Pero Uruguay, en el contexto mundial, no existe. Tenés que explicar dónde queda”.

Otro de esos momentos no tan bien logrados ocurre al inicio; “es cuando están tomando mate el piloto con el copiloto, y lo que hacen es estar revolviendo el mate”, dijo Páez, criticando esa escena puntual.

En nuestro país fue comentada la ausencia del arriero chileno, Sergio Catalán, quien encontró a Parrado y Roberto Canessa. “Son caminos”, dijo Páez. “De la Segunda Guerra Mundial no podés contar todo. Te basas en el ‘Día D’, en una batalla o determinadas partes. Acá sería eterna la película para retratar los 72 días que estuvimos ahí”, agregó Páez acerca de este clásico del cine y de esa historia tan nuestra como universal.