Fenómeno
Desde el León de oro en Venecia el año pasado, este drama con Frances McDormand no ha parado de arrasar con los premios del cine
No hay nada más impredecible que la temporada de premios del cine americano y así lo que uno pronostique puede ser usado en su contra. Pero todo indica que la película del año es Nomadland. Y que eso va quedar reflejado en los premios Oscar que este año son el 26 de abril, dos meses después de su fecha habitual.
Este fin de semana —para no ir más lejos en una racha ganadora que empezó el año pasado con el León de Oro, la condecoración mayor del festival de Venecia— Nomadland se hizo con cuatro premios Bafta que entrega la Academia Británica de cine. Allí están el de mejor película, directora, guion (ambos para Chloé Zhao) y el de mejor actriz para Frances McDormand, que goza del mismo grado de unanimidad y favoritismo.
En los Globo de Oro, Nomadland se llevó los reconocimientos a mejor película dramática y mejor dirección.
Y el sábado, Zhao, que nació en China, fue la gran ganadora de los premios del Sindicato de Directores de Hollywood, que en los últimos 15 años tuvo 13 coincidencias con los Oscar. Si esas no son señales.
Nomadland está basada en una novela de no ficción de Jessica Bruder que se llama como la película pero que tiene como subtítulo “Sobreviviendo Estados Unidos en el siglo XXI”. En la novela, Bruder se compra una camioneta y se convierte en una nómada con lo que consigue testimonios y se cruza con personajes que se repiten en la película.
Aunque la protagoniza McDormand, que es una estrella de Hollywood y por lo tanto reconocible, la película repite ese método. El resto del elenco (con la excepción de David Strathairn) son actores no profesionales interpretándose a sí mismos. Algunos no sabían quién era su interlocutora y contaron sus historias pensando que era uno de ellos. Eso le da un tono testimonial directo a la película.
"Nomadland" tiene el estreno en Uruguay anunciado, por ahora, para mayo
Fern, el personaje de McDormand (quien ganó un Oscar por Fargo), se quedó sin pasado que es una forma de quedarse sin vida. Su pueblo, sugestivamente llamado Empire, se vació cuando se fue la empresa minera en la que trabajaban todos sus habitantes y hasta perdió su código postal. Su esposo murió tras una enfermedad que ella acompañó con dedicación y amor.
Ante esa desolación, Fern decide lanzarse a la ruta y vivir en una camioneta en una vida nómada que comparte con muchos que, como ella, han quedado por fuera del sistema. Forman una comunidad que intercambian sus pocas posesiones, sus historias de vida y empleos temporales.
En Estados Unidos hay grandes comunidades de nómades (algunos calculan que incluye más de tres millones de personas) que en general integran mayores de 55 años. Allí y entre ellos pasa la película.
Van, como Fern, de trabajo en trabajo (empaquetadores en Amazon, recolectores de frutas), conociendo gente (la simpática Linda May, por ejemplo) y descubriendo una nueva comunión con la naturaleza. Su modo de vida, y se lo dice un personaje, está vinculado con el de aquellos pioneros que hicieron Estados Unidos.
En ese sentido, Nomadland está salpicada de paisajes y un contacto con la naturaleza que hablan de un paraíso perdido y de la necesidad de reencontrarse con el entorno. Esa parte de la película la acerca al universo poético de un director como Terrence Malick.
Funcionan por fuera del tono documental que tiene Nomadland, que Zhao presenta como un cine directo cargado de humanismo.
“Algunas personas se sienten en casa viajando, se sienten en casa con ese estilo de vida”, dijo la directora en una entrevista promocional. “Ese es el caso de las tribus nómadas. Luego están los otros, que necesitan moverse porque la sociedad convencional dominante los expulsó y tienen que buscar otra forma de vida y encontrar cierto nivel de confort. Me gusta pensar que Fern es nómada de corazón y que no hay nada romántico acerca de eso. La mayor parte de su vida vivió de una manera, y fue feliz, y cuando pierde todo podría convertirse en una tragedia, pero tiene la oportunidad de redescubrirse. Y elige la vida en el camino. No significa que sea fácil, pero es donde tiene su corazón”.
Zhao hizo de estos personajes y estos paisajes, el centro de una carrera que ya incluye tres películas como directora. En Songs My Brothers Taught Me hablaba de unos hermanos que debían afrontar la muerte de su padre, cowboy. The Rider es un western moderno sobre un cowboy y otras adversidades.
Nomadland refiere a otras soledades, de otros mundos y del concepto de hogar y de la posibilidad de volver a nacer, cuando ya no parece haber oportunidades, convertido en otro, quizás mejor.
Con eso le basta para ser, verdaderamente, una de las grandes películas del año.