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En el servicio de alquiler de NSNow está Lady Bird, una comedia de Oscar

Fernán Cisnero

Los servicios de streaming han, por suerte, extendido la vida de las películas. Pongamos el caso de Lady Bird, una deliciosa comedia cuyo aire de película adolescente pudo hacer que mucha gente se la haya perdido, a pesar de sus cinco nominaciones al Oscar y, en menor medida, las entusiastas críticas que salieron en estas páginas.

Es dirigida por Greta Gerwig, una actriz referencial en el nuevo cine estadounidense (en general por su asociación con Noah Baumbach en clásicos recientes como Frances Ha), que aquí se lanzó a una nueva etapa de su carrera. Actualmente está preparando una nueva versión de Mujercitas. Como actriz está en Bergman Island, la nueva de la francesa Mia Hansen-Løve con quien ya trabajó en Eden.

Lady Bird es un película personal. Transcurre en Sacramento en un liceo católico (que son la ciudad y la educación de Gerwig), y se centra en una muchacha de espíritu libre y madre sobreprotectora. La chiquilina (Saoirse Ronan) tiene una amiga encantadora, un par de novios que la complican y todas las cosas que le pasan a una muchacha sensible. Quiere, además, estudiar arte en Nueva York, lo que a su madre le parece un horror y su padre apoya tímidamente pero con mayor contemplación.

Así, la película no sólo es la historia de una muchacha rebeldona que intenta crecer, como todos, a los tropezones. También es la historia de esa madre (una muy buena Laurie Metcalf) que también debe lidiar con su vida y los cambios de la vida de su hija. Al final, las dos van a aprender a convivir con sus nuevas vidas, y eso le implica a la chiquilina sentirse sola, vulnerable, pero también nueva, quizás mejor.