CRÍTICA
Crítica de la película que protagoniza Ryan Reynolds, Salma Hayek, Samuel L. Jackson y Morgan Freeman que ya se estrenó en los cines uruguayos
Lo mejor que tiene para ofrecer Duro de cuidar 2 (un título sencillamente horrible y previsible) es Ryan Reynolds, uno de los grandes comediantes del cine de Hollywood. Lo viene demostrando hace tiempo con el tono humorístico de Deadpool y lo confirmó este año en Free Guy, que no está mal y en la que consigue dar dimensión humana a una película de acción inhumana y al borde de la sobredosis de esteroides.
Es decir, Duro de cuidar 2 es algo bruta, repleta de muertes a quemarropa, palabrotas y mucha conducta errática que por lo visto causa gracia en estos días. Sería peor sin Reynolds.
Acá vuelve a interpretar a Michael Bryce, un guardaespaldas caído en desgracia, tal como lo habíamos dejado al final de Duro de cuidar, que se estrenó en 2017. Vuelve a cruzarse con Darius Kincaid (Samuel L. Jackson) y con su esposa, la inestable y letal Sonia (Salma Hayek), y a pesar del recelo entre ellos, deberán cooperar para salvar a Europa de la desaparición tecnológica promovida por un magnate griego llamado Aristóteles, e interpretado por un Antonio Banderas que va por la caricatura. Por ahí también aparece Morgan Freeman.
El camino hacia salvar el mundo está cargado de peleas imposibles, una cantidad de muertes a nivel de masacre, elaborados insultos en varios idiomas y un montón de sinsentidos que no parecen ir en desmedro de lo que se quiere hacer. El director, Patrick Hughes, ya había mostrado su método para mostrar todo eso (planos y montaje estridentes) de la manera que se lleva ahora.
Estados Unidos, 2021.
Título Original: The Hitman’s Wife’s Bodyguard.
Guion: Tom O’Connor, Brandon y Phillip Murphy.
Fotografía: Terry Stacey.
Duración: 100 minutos.
Algunos chistes funcionan bien aunque hay que encontrarlos entre la pila de muertos y los accidentes espectaculares. Conviene, para eso, seguir a Reynolds: él esconde lo mejor de este invento.