CRÍTICA
La película de terror Maligno que protagonizan Taylor Schilling y Jackson Robert Scott ya se estrenó en nuestro país
La idea es interesante: una madre comienza a sospechar que su hijo tiene algo raro, siniestro se podría decir. No es la clásica historia de la posesión demoníaca que se puede encontrar en El Exorcista o El conjuro 2. Esta historia tiene un giro un tanto forzado que hay que creerse para que lo que se ve, tenga sentido: un asesino en serie que rapta y mutila a mujeres (al mejor estilo Buffalo Bill de El silencio de los inocentes) es abatido por la policía al momento exacto que nace un niño, a varios kilómetros de distancia.
Ese niño que en apariencia no mataría ni a una mosca, es el maligno del título. El muchacho demuestra una gran inteligencia desde que es un bebé, llegando a ser educado en una escuela para chicos superdotados. Aunque de a poco hay una personalidad, dañina que habla en húngaro entre sueños, que comienza a surgir. Y no hay nada bueno en eso.
La historia de Jeff Buhler, guionista con carrera en el género del terror (la semana próxima se estrena Cementerio maldito, que escribió), queda a medio camino entre una historia de suspenso con todos los clichés del género y el policial. Nada termina de convencer. Tampoco la dirección de Nicholas McCarthy es efectiva, presentando las mejores escenas en el adelanto.
Título original: The Prodigy
Duración: 92 minutos
Sí se destacan Taylor Schilling (Piper en Orange is the new black), quien comienza despreocupada y va desmejorándose a medida que comienza a sospechar de su hijo: y el joven Jackson Robert Scott, (Georgie en It), quien demuestra que tiene capacidad para interpretar este género donde debe tener cara de niño bueno y de asesino al mismo tiempo.
Una historia demasiado rebuscada y un peor giro final no logran darle identidad a esta película.