Vaya responsabilidad la de Deadpool & Wolverine, y por lo tanto la de Ryan Reynolds y Hugh Jackman: no solo deben salvar al mundo sino que, además, deben revitalizar una franquicia. Ahora se sabrá si los superpoderes de los personajes, pero también de las estrellas, están a la altura del desafío.
Durante 15 años, el Universo Cinematográfico Marvel, al que vienen al rescate, fue el estándar del cine industrial de hace una década: 33 películas, todas taquillazos, una racha que se ha ido apagando, merecidamente, con deslucidos planetas como el último Ant-Man, Quantumania, que no estaba buena y se llevó puesta a una ejecutiva de Disney.
Y ahí aparecen Deadpool y Wolverine que hasta 2019 eran propiedad de Fox y ahora son de Disney, que es la dueña de Marvel. Va a ser el único estreno en cines de la marca, algo que sucedió una sola vez allá por 2012 cuando Los Vengadores, justamente, inauguraron una línea de trabajo.
Los dos paladines ya se habían cruzado (y se habían odiado) en 2009, en X-Men: Wolverine y, en el medio, Deadpool se convirtió en una franquicia con un pie en el cine de superhéroes y otro en la comedia. Reynolds se convirtió en una estrella y la segunda Deadpool fue la película prohibida para menores más taquillera de la historia.
La última vez que se vio a Jackman como Wolverine fue en la oscura y tristona Logan, en la que terminaba muerto y con la parcialidad llorando. El personaje ya estuvo en 10 películas y su regreso ha sido saludado como un acontecimiento.
Deadpool & Wolverine los encuentra en ese momento, un término incierto cuando se trata de ese asunto de los multiversos, las realidades paralelas con las que están familiarizados por los seguidores. Para turistas ocasionales, el asunto se puede complicar. En todo caso, la historia sigue a los héroes mientras intentan ordenar uno de esos mundos.
Para aquellos que no están tan por dentro, todo funciona como una excusa para llenar de guiños para iniciados y escenas de peleas y batallas que son mostradas con un exceso de violencia que, hasta ahora, uno creía lejos de la marca Disney, pero que es presentada en tono de comedia: hay una matanza con música de Backstreet Boys, lo que pretende ser gracioso.
Shawn Levy, el director, se maneja con comodidad, aportando chiches visuales que, también, son parte de la marca. Levy que es considerado una suerte de autor del género y es el creador de franquicias como Una noche en el museo o la serie Stranger Things. Es uno de los que firma el guion en el que también figura Reynolds.
Como un diferencial, en todo caso, hay que sumar los chistes que exceden el universo ficcional de la película. Como es costumbre, Deadpool rompe la cuarta pared y hace bromas sobre la desaparición de Fox (se mofa insistentemente de el universo de los X-Men), la prohibición de Kevin Feige, el presidente de Marvel, de hablar de cocaína (hay un montón de menciones, igual) y chistes verdes. Reynolds y su personaje tienden a confundirse.
Se crea así una suerte de complicidad con el espectador y un interesante concepto narrativo que se aprovecha de las noticias del entretenimiento del mundo real, por ejemplo, en tono de parodia. Hay algo de Scary Movie, aunque la comparación (que no es denigratoria) quizás ofenda a los seguidores más fieles.
En ese sentido, Marvel, Disney o Feige son personajes de la película, en un novedoso product placement.
Lo metacinematográfico no es lo importante, pero junto con el medido y amable sentido de la autoparodia, hace prever un tono distinto, en el nuevo Universo Marvel, a la seriedad hasta política de la saga que rodeó a Los Vengadores.
Hay menciones a algunos de ellos aunque esta vez se suman algunos superhéroes discontinuados que uno no sabe si mencionarlos, por miedo a volverse un espoileador: quizás la sorpresa sea parte de la experiencia.
Además de un montón de superhéroes y villanos de todas las divisiones de la marca, en el elenco están Emma Corrin (Diana en The Crown) como la calva Cassandra Nova y Matthew Macfayden (el de Succession) como el señor Paradoja, que es malo pero inofensivo. Jon Favreau como Happy Hogan es el nexo entre el universo anterior y este nuevo.
Tantas pestañas abiertas, citas para entendidos e incluso el humor pueden ser un poco extenuantes, pero es parte del arsenal que tiene Deadpool & Wolverine para sus seguidores, el enorme nicho de mercado para el que está dirigido. A esto se le llama fan service y acá se atiende al cliente con todo el despliegue que se merece.
Deadpool & Wolverine [* * *]
Origen: Estados Unidos, 2024. Director: Shawn Levy. Guion: Ryan Reynolds, Rhett Reese, Paul Wernick, Zeb Wells, Shawn Levy. Director de fotografía: Shane Reid, Dean Zimmeran. Música Rob Simonsen. Con: Ryan Reynolds, Hugh Jackman, Emma Corrin, Morena Baccarin, Rob Delaney. Duración: 127 minutos. Estreno: 24 de julio, en cines.