cRÍTICA
En "Jurassic World: el reino caído", J.A Bayona supera el desafío de Hollywood, pero no sin algún tropiezo
Nunca se trató de los humanos, pese a que el primer recorrido del Parque Jurásico se hizo de la mano de tres personajes carismáticos. El hosco paleontólogo Alan Grant (Sam Neill), el carismático teórico Ian Malcolm (Jeff Goldblum) y la sensible botánica Ellie Sattler (Laura Dern) generaban un abanico de emociones con las diferentes maneras de reaccionar frente a un dinosaurio vivo. Asombro, miedo, admiración. Y eran ellos, los colosos extintos y ahora resucitados, los que importaban. Las verdaderas estrellas del espectáculo.
Al traerlos de vuelta, veinte años después, Jurassic World se volvió a preocupar en ellos, los dinosaurios. Entre el estreno del taquillero relanzamiento y el clásico de Steven Spielberg, la ciencia avanzó. Se descubrió que los dinosaurios tenían plumas de todos los colores y que los velocirraptores estaban más cerca de tener el tamaño de una gallina que de una avestruz. Para mantener el encanto y el horror de las criaturas, sin embargo, Jurassic World mantuvo el aspecto que tenían desde su primera aparición bajo la música de John Williams.
Para Jurassic World: el reino caído, la entrega más reciente de la saga, los dinosaurios siguen siendo el centro de atención. La historia sucede tres años después de Jurassic World y toma nota de las dos primeras continuaciones de la película de Spielberg al alejarse del parque de atracciones, que fue completamente destruido. En su lugar, en la trama se discute qué debe hacer con las criaturas: ¿deben ser salvados de un nuevo desastre natural en camino? ¿Vendidos al mejor postor en un mercado ilegal? ¿Utilizados como armas en futuras guerras? Muchas preguntas son planteadas, aunque no todas son respondidas.
El director Colin Trevorrow le cedió la silla de director al español J.A. Bayona, responsable de El orfanato, Lo imposible y Un monstruo viene a verme. El cineasta se desenvuelve bien al cargar con su primer gran tanque de Hollywood y trae varias secuencias de acción y suspenso que apuestan al entretenimiento constante. Lo más sorpresivo de su llegada, de todas formas, es la forma en la que Bayona trastocó el ecualizador detrás de Parque Jurásico. El español bajó el nivel de aventura y subió el de terror, un género siempre presente en la saga pero ahora explotado aún más con los dinosaurios, que son retratados más como monstruos que como animales.
Y hay un montón de elllos en El reino caído. Están los que vuelan, los que rompen paredes y hasta la célebre T-Rex de la saga, que aquí tiene un par de ataques violentos y no aptos para el público más sensible. Antes de ver cómo Bayona traslada a los animales de una isla selvática a un ambiente tan atípico como una mansión al norte de California, necesita de los personajes humanos, quienes irán al rescate y posterior escape de las criaturas. Así regresan el sabelotodo entrenador de velocirraptores Owen Grady (Chris Pratt) y la ejecutiva de tacos convertida en activista con botas Claire Dearing (Bryce Dallas Howard). Los acompañan una veterinaria y un analista de sistemas (Daniella Pineda y Justice Smith), pero sus personajes son más carnada de dinosaurio que otra cosa.
Mientras que en Jurassic World se quiso establecer cierto romanticismo entre tanto caos, en El reino caído la disolución de la relación entre Owen y Claire se dio fuera de cámara entre una película y otra, por lo que es difícil concentrarse en los enfrentamientos y momentos de ternura de ambos, a medidas que se salvan de un obstáculo para pasar a otro. Mientras que Pratt se desempeña bien como el héroe fanfarrón de una aventura extraordinaria que recuerda a Indiana Jones, el personaje de Howard es más reacción que acción y, por lo tanto, un poco más insulso de lo que podría ser.
Si en Jurassic World Trevorrow apelaba a las referencias del parque inaugurado por Spielberg, Bayona parece más libre al tratar experimentar con el material que se le dio y su trabajo, junto al del director de fotografía Óscar Faura, está bien presentado en la pantalla grande. Lamentablemente, la innovación se siente un poco atropellada, con un relato desorientado en su naturaleza (que ofrece dos películas en una), al igual que un exceso de personajes humanos y líneas narrativas dirigidas a una tercera e inevitable continuación. Habrá que pensarlo dos veces si vale la pena volver a este paseo, por más que se luzcan los dinosaurios, las verdaderas estrellas.
Jurassic World: el reino caído (u2605u2605u2605u2606u2606)
Estados Unidos, 2018. Dirección: J.A. Bayona. Guion: Derek Connolly y Colin Trevorrow. Producción: Belén Atienza, Patrick Crowley y Frank Marshall. Producción ejecutiva: Steven Spielberg y Colin Trevorrow. Fotografía: Oscar Faura. Edición: Bernat Vilaplana. Música: Michael Giacchino. Diseño de producción: Andy Nicholson. Casting: Nina Gold. Diseño de vestuario: Sammy Sheldon. Dirección de arte: Matt Wyne. Agradecimientos: Ryota Nakanishi y Fernando Trueba. Elenco: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Rafe Spall, Justice Smith, Daniella Pineda, James Cromwell, Toby Jones, Ted Levine, Jeff Goldblum, BD Wong, Geraldine Chaplin, Isabella Sermon, Robert Emms, Peter Jason, Kevin Layne, John Schwab, Sam Redford, Charlie Rawes y Patrick Crowley. Duración: 128 minutos.