"Dr. Strange en el multiverso de la locura", es una aventura psicodélica para fanáticos

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Dr. Strange

CRITICA

Se estrenó en cines, una nueva entrega del Universo Cinematográfico de Marvel con el hechicero que interpreta Benedict Cumberbatch

¿Para quién escribir una crítica sobre Dr. Strange en el Multiverso de la locura? Como producto de mercadeo tiene muy claro que va derecho a un público cautivo con tiempo libre y edad como para seguirle el paso a una línea histórica narrativa que abarca un montón de películas y series. Conforman lo que ha dado en llamarse Universo Cinematográfico de Marvel y ha sido uno de los motores de la industria del cine en lo que va del siglo.

A ese público —así de masivo como para justificar la inversión de transformar esto en un negocio multiplataforma— no le interesa, está claro, la opinión de un comentarista de cine. Está demostrado que a pesar de que muchos de sus productos han tenido críticas tibias cuando no negativas, la saga ha recaudado unos 25.000 millones de dólares. ¿Quién es el vivo acá?

¿Entonces para qué y para quién escribir una crítica de Dr. Strange en el Multiverso de la locura si nadie parece necesitarla? Ni esa audiencia objetiva interesada, ni aquellos que no están ni siquiera curiosos en la oferta y no piensan ver una “película de superhéroes”, el género de acción preferido del cine de Hollywood actual.

¿Para qué explicar, ante esas dos opciones, que esto es parte de un panorama más completo que abarca líneas temporales simultáneas, historias que se entrecruzan, personajes recurrentes y apariciones estelares?

Ha habido cambios y hace un tiempo que dejó de girar alrededor de la rivalidad entre el new deal (representado por el Capitán América) y el complejo industrial-militar del que el principal beneficiario es Tony Stark, el magnate también conocido como Iron Man. Ambos compartieron la primera fase de ese universo que incluye las películas de Los Vengadores, y los ingresos individuales de cada uno de ellos a la épica de la saga.

Desde no hace tanto es el tiempo de asuntos más fantasiosos. En el centro de esta nueva “fase”, tal el nombre técnico, por ahora están Spider-Man, una de las franquicias más exitosas del conglomerado y, precisamente Dr. Strange, el hechicero con poderes extraordinarios para, por ejemplo, tener una capa con autonomía o una capacidad para abrir lo que se conoce como portales.

En algún momento (junto con Spider Man) dejó una rendija abierta y hay una confusión en la que se cruzan con otras historias y otros mundos. Allí están muchas veces los guiños y las campañas de expectativa de las escenas poscréditos que anticipan los distintos envíos.

Dr. Strange, interpretado con el vigor de siempre por Benedict Cumberbatch, se une esta vez con América Chávez (Xochitl Gomez), una niña que entre su campera con la bandera de Estados Unidos y su nombre de pila hace evidente un simbolismo flagrante que no queda muy claro a cuento de qué. Lleva un pin de la diversidad.

La chiquilina tiene el poder de abrir a mansalva esos portales, con la excusa de que está buscando a sus madres. Strange (él mismo lidiando con alguna pérdida reciente) siente una empatía profunda tras un fugaz recelo inicial.

La villana es Wanda (Elizabeth Olsen), que en algunos de esos universos paralelos es una madre abnegada, un objetivo que, para cumplir, la obliga a tener el espíritu de América, la nena. En ese universo es una bruja.

El multiverso es eso: un montón de realidades paralelas -algunas mejores, otras peores- donde se replican situaciones adaptadas a ese entorno. Cada una, por ejemplo, tiene su propio Hombre Araña, su propio Dr. Strange, su propia Capitana Marvel. Para un curso instructivo y acelerado, Spiderman: un nuevo universo, la película que ganó Oscar a mejor animación, es de mucha utilidad.

La idea fue expandida a giros imprevistos con la unión de los tres Spider-Man de la nueva generación (Tobey Maguire, Andrew Garfield y el actual, Tom Holland) por ese accidente en el espacio-tiempo.

Un multiverso, además, expande la franquicia a niveles infinitos, generando spin offs, secuelas y todo lo que se esté llevando. Esta clase de películas (un término más apropiado sería “eventos cinematográficos”) son parte de un negocio más amplio del que Kevin Feige, el ejecutivo de Marvel, al estilo de las viejas películas de Hollywood, es el principal responsable.

La idea del multiverso, con todo lo confuso que puede parecer para el neófito, permite, eso sí, una libertad creativa para imaginar, justamente, mundos. Sam Raimi -uno de los grandes directores de género de su generación y quien llevó a Fede Álvarez y Rodo Sayagués a Hollywood- sabe aprovecharse de eso.

Raimi ya ha lidiado con esta clase de material. Dirigió las dos primeras Hombre Araña con Tobey Maguire, a las que había conseguido aportar un valor cinematográfico que algunos creerán innecesario, pero que destacaba el producto final.

Es un director con un pulso y referencias firmes. El ataque del primer monstruo (que remite a las películas de, precisamente, monstruos japonesas) o la sucesión de universos que atraviesan Strange y América, en la que el director consigue un “montaje de espacio” (que no de tiempo) deslumbrante, son dos ejemplos bien notorios.

El resto es bastante clásico administrando espectacularidad en interiores con inevitables connotaciones expresionistas y las tradicionales batallas, mostradas con toda la imaginación posible para el estandar de la franquicia. Está todo en su lugar.

En definitiva y por eso, ¿para quién y para qué escribir una crítica de Dr. Strange en el Multiverso de locura? Quizás no sea una de utilidad, cierto, pero alguien, aún, tiene que hacerlo.

ficha
Doctor Strange Multiverso de la Locura ***
Título originalDoctor Strange in the Multiverse of Madness.
Estreno4 de mayo en cines
Duración126 minutos

Estados Unidos, 2022. Productor: Kevin Feige. Director: Sam Raimi. Guion: Michael Waldron. Fotografía: John Mathieson. Editores: Bob Murawski, Tia Nolan. Música: Danny Elfman. Con: Benedict Cumberbatch, Elizabeth Olsen, Chiwetel Ejiofir, Rachel McAdams, Benedict Wong, Xochiti Gomez, Michael Stuhlbarg, Patrick Stewart.

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