Entrevista
El actor estadounidense estrenó en Amazon Video, "Un príncipe en Nueva York 2" y acá junto con su compinche, Arsenio Hall hablan de por qué volver a una película de los 80.
Hubo un tiempo en que Eddie Murphy era el rey del cine. O por lo menos, el príncipe. En la década de 1980, coronó un triplete de comedias exitosas (48 horas, De mendigo a millonario, Un detective suelto en Holywood) y un stand-up legendario (Raw) con Un príncipe en Nueva York.
Esa película de 1988 tenía a Murphy como el príncipe Akeem, el rico heredero de la ficticia nación africana de Zamunda, que viaja de incógnito a Nueva York con su fiel asistente, Semmi (Arsenio Hall), en busca de una mujer que lo quiera por sí mismo.
Un príncipe en Nueva York, dirigida por John Landis, fue impulsada por su química con Hall y su aptitud para interpretar a otros innumerables personajes, incluido un reverendo untuoso (Hall), un cantante de soul mediocre (Murphy) y los peleadores parroquianos de una barbería (Murphy, Hall y Murphy).
Murphy ha tenido muchos altibajos en su carrera desde entonces, aunque últimamente ha estado en un repunte que incluye su exitosa Mi nombre es Dolemite de 2019 para Netflix. Y ahora regresa a Zamunda en una secuela tan esperada, Un príncipe en Nueva York 2, que Amazon estrenó el viernes.
La continuación, dirigida por Craig Brewer, encuentra a un Akeem adulto con una hija mayor (interpretada por KiKi Layne) que quiere su oportunidad de gobernar el reino. El príncipe se apresura a regresar a Nueva York con Semmi después de enterarse de que tuvo un hijo (Jermaine Fowler) allá por los ochenta. Murphy y Hall repiten a varios de sus personajes secundarios, junto con sus ex compañeros de Un príncipe en Nueva York, James Earl Jones, Shari Headley y John Amos, así como los recién llegados a la franquicia Wesley Snipes, Tracy Morgan y Leslie Jones.
La realización de Un príncipe en Nueva York y su secuela es una historia que abarca la amistad en la vida real de Murphy y Hall, desde su primer encuentro como comediantes hasta hoy. Esta es una charla con esos dos compinches reunidos en un proyecto que quieren mucho.
—Eddie, ¿qué te interesó de la idea de ver Estados Unidos y Nueva York a través de los ojos de este príncipe africano, Akeem?
EDDIE MURPHY: Esto fue en el apogeo de mi entrada en el negocio. Estaba de gira y acababa de romper con una novia, y en el autobús de la gira comenzó una conversación sobre el deseo de conocer a una chica que no supiera quién era yo y que simplemente gustara de mí.
—Arsenio, en ese momento creo que tu único crédito cinematográfico era un sketch en Mujeres Amazonas en la Luna. ¿Cómo te involucraste en la película original?
ARSENIO HALL: Es gracioso porque no era una estrella de cine, sino un comediante.
EM: Oh, no, no, también había hecho un episodio de Love, American Style. Estabas con una bailarina de Soul Train llamada Damita Jo Freeman e interpretan a una pareja. He mirado por todas partes. Busqué en YouTube, pero no lo encuentro. Éramos amigos, y siempre me gusta estar con algún otro comediante para hacerlo más divertido.Éramos Richard y yo (Pryor en Noches de Harlem), Arsenio y yo, Martin y yo (Lawrence en Life). No voy a cargar con esto yo solo.
AH: Pero es gracioso que menciones Mujeres Amazonas. Eddie y yo andábamos por Manhattan en un nuevo Corvette blanco que se había comprado y Eddie me dice que tenemos que encontrar a alguien para dirigir esta película. Y recuerdo haber dicho, bueno, no voy a ser de mucha ayuda, porque solo hice una película y fue con John Landis, llamada Mujeres Amazonas en la Luna.
EM: ¿Sabes qué es gracioso? John Landis me dijo: “¿Sabes quién es realmente divertido? Arsenio Brown”. Yo estaba como, “¿Arsenio Brown? Arsenio Hall”. “Oh, sí, Arsenio Hall”. Hasta hoy, aún me llama Brown.
—¿De quién fue la idea de que interpretaras a varios personajes en la película?
EM: La idea original no tenía varios personajes. Una vez que John Landis se involucró, supo que podía hacer el acento yiddish, así que pensó, eso sería muy gracioso. Había trabajado con (el diseñador de efectos especiales de maquillaje) Rick Baker antes, así que pensaba, Rick podría hacerte lucir como un anciano judío, eso sería muy gracioso Y así es como empezaron esas cosas.
—Sus carreras tomaron direcciones muy diferentes después de Un príncipe en New York. ¿Eso hizo que fuera difícil permanecer en la vida del otro?
EM: Nunca dejamos de ser amigos.
AH: Podemos compartir diferentes experiencias. Parte de esto es sentirse cómodo con quién eres y saber quién eres. Soy un comediante y un tipo que hace televisión. Eddie es una estrella de cine. Pero ambos nos sentimos cómodos en nuestra propia piel.
—¿En que son diferentes?
AH: Estoy aquí porque estoy en quiebra, él está aquí porque es bueno. (se ríe)
EM: No me veo a mí mismo como una estrella de cine o un comediante ni ninguna de esas cosas. Me veo como un artista. Y siento que hay muchas formas diferentes en las que puedo expresarme.
—¿Por qué tardaste tanto en hacer una secuela de Un príncipe en New York?
EM: Nunca pensamos en hacer una secuela. La forma en que terminó la historia fue tipo “Y vivieron felices para siempre”. Luego pasó todo este tiempo y la película se convirtió en algo de culto. Las frases clave de la película empezaron a abrirse camino en la cultura. Tiendas bautizadas McDowell’s (como la hamburguerserías de la película), por ejemplo. Veo a Beyoncé y Jay-Z vestidos como los personajes de Zamunda para Halloween. Luego antes que dirigiera Pantera negra, Ryan Coogler, y me dijo, quiero hacer una secuela de Un príncipe en New York. Tenía una idea para que Michael B. Jordan interpretara a mi hijo buscando esposa. Pensé, entonces la película sería sobre el hijo, no sobre nuestros personajes y no iba a salir bien. Pero todo eso me hizo pensar, tal vez deberíamos hacer una secuela. Vi la película Terminator donde hicieron joven a Arnold Schwarzenegger (su rostro se parecía a Arnold, pero joven) y ahí es donde lo saqué. Si usamos eso para hacernos jóvenes y crear una nueva escena en el club (de la original Un príncipe en New York) donde buscamos a las chicas, entonces me gusta.
AH: Nunca lo pensé porque siempre habíamos dicho que íbamos a dejar Un príncipe en New York donde quedó. Pero a veces le envío un mensaje de texto cuando hago mi café en la mañana y me dice: “¿Qué estás haciendo? Creo que deberías leer este guión ahora”. Y leí la mitad sentado en su jardín. Fue tan emocionante y tan bueno.
—En la nueva película, vemos a Akeem adaptándose a los nuevos tiempos y teniendo en cuenta los deseos de sus hijos adultos. Eddie, ¿es esto una metáfora de tu vida? ¿Está empezando a pensar en el legado que dejarás algún día?
EM: Si pienso en mi legado —y rara vez lo hago— ni siquiera entra en consideración mi carrera. Mi legado son mis hijos (Murphy tiene 10). Cuando yo esté muerto, y ellos estén haciendo mi obituario, no habrá nadie parado sobre el ataúd diciendo que (pone voz de predicador): “Y luego, hizo 48 Horas que fue una película maravillosa. Apreció con Nick Nolte y sacudió al mundo. Hizo De mendigo a millonario y luego la grandiosa Un detective suelto en Hollywood. Y luego su clásico Raw del que ahora vamos a ver un clip".
AH: (señalando la serie de trofeos frente a los que Murphy está sentado) Sé que pensás que esos premios detrás de él son del mundo del espectáculo, pero en realidad son premios de “Papá del año”.
EM: Uno por cada niño.
—¿Tiene planes para otra colaboración?
AH: Yo creo que voy a volver a los clubes de comedia.
EM: El plan era que todos hiciéramos stand-up. Cuando me levanté del sofá dije, bueno, hagamos Dolemite. Hagamos Saturday Night Live. Hagamos Un príncipe en Nueva York 2. Porque quería volver a hacer stand-up, pero no estaba bueno simplemente aparecer cuando la gente no me había visto ser realmente gracioso en un tiempo. No quería hacer stand-up después de que la última película que me viste hacer fue Tripulación Dave. (se ríe) Tipo permítanme recordarles que soy gracioso. Y luego llegó la pandemia y tuvimos que retirar todo. Pero cuando la pandemia termine y sea seguro estar cerca de la gente, voy a volver a hacer stand-up.