Los organizadores del José Ignacio International Film Festival encontraron una combinación perfecta: las películas más esperadas de la temporada en uno de los paisajes más lindos del mundo.
Es una aseveración fácil de comprobar porque desde mañana, sábado 13, hasta el domingo 21, ese encuentro cinéfilo copa el balneario al este de Punta del Este. El festival -al que referiremos por motivos de conveniencia con su sigla oficial y onomatopéyica, el Jiiff- incluye, además de las películas, talleres para adolescentes, encuentros de nuevos talentos e instancias de mercado.
La selección de este año se hizo recorriendo la oferta de festivales internacionales y, por eso, el programa siempre ofrece algunos estrenos de los más relevantes del momento.
“Es una tradición el trabajo responsable de la selección de películas pensándolas con la experiencia que proponemos: cine, atardecer y los paisajes de José Ignacio”, dice Pablo Mazzola, uno de los organizadores. “Más de 300 películas se evalúan cada año para una selección final de siete. El cine es un acto de encuentro y así lo pensamos”.
El proceso curatorial de este año incluyó una presencia del Jiiff en la 76° edición del festival de Cannes, que sigue siendo el centro de la industria y el arte cinematográfico y el lugar en el que hay que estar.
“Cada año, el equipo de Jiiff viaja a Cannes para inaugurar la agenda de trabajo de la próxima edición e iniciar la búsqueda de las mejores películas para nuestra audiencia”, le contó a El País, Mariana Rubio Pittaluga, otra de las programadoras. “Este año, se incorporó un nuevo y gran objetivo: llevar nuestra esencia a Cannes para acelerar el posicionamiento internacional del festival. Lo logramos a bordo del Dionea, un barco amarrado al puerto de Cannes”. Estuvo ahí seis días “gracias al apoyo de nuestro main benefactors, María y John Pfeffer”, una familia de extranjeros radicados en la zona que participa del programa de benefactores con el que en parte se financia el proyecto.
El barco funcionó como la sede en Cannes del festival y de la delegación uruguaya y a bordo se organizaron eventos, encuentros de coproducción, reuniones y actividades que atrajeron a más de 200 colegas, aliados e invitados de distintas partes del mundo, según datos de la organización.
La grilla de este año, que es la edición 14, quedará inaugurada mañana a las 20.30 con Anatomía de una caída, el drama de tribunales de Justine Triet que ganó, precisamente, la última Palma de Oro de Cannes, acaba de llevarse dos Globos de Oro a la mejor película internacional y al mejor guion y va a ser de las más mencionadas en los Oscar.
Se la exhibirá en la Bajada de los Pescadores, la locación tradicional del festival, un paisaje hermoso para cualquier actividad que cómo no va ser hermoso para ver cine. La entrada es gratuita y, como siempre, se sugiere ir con reposeras y mantas; tiende a refrescar.
Allí, en la Bajada también se verá la película de clausura, Noticias de un escándalo (May December), el sábado 20. Es la última de Todd Haynes (un director crucial del cine americano contemporáneo) sobre el vínculo de una actriz (Natalie Portman) que va a estudiar a su nuevo personaje, una maestra (Julianne Moore) que, hace 20 años, se casó con un alumno.
El resto de las exhibiciones se reparten entre el Pavilion Vik y la Bodega Oceánica José Ignacio, donde el miércoles se verá al aire libre Perfect Days, la nueva película del maestro alemán, Wim Wenders.
En el Pavilion Vik una sala en la mismísima playa, se podrán ver Pobres criaturas (Poor Things), la nueva del director griego Yorgos Lanthimos y la actriz Emma Stone (antes hicieron La favorita), León de Oro en Venecia y ganadora de dos Globos de Oro, a mejor actriz y mejor película musical o de comedia.
“El espíritu de Jiiff es dar pequeños pasos pero sólidos”, le dijo a El País, Fiona Pittaluga, directora del festival. “Este año, por ejemplo, por primera vez vamos a tener una proyección diurna para testear como responde la audiencia a este nuevo horario”.
Así, el martes a las 11 de la mañana en el Pavilion, se verá La passion de Dodin Bouffant (presentada con su título internacional, The Taste of Things ), con Juliette Binoche y que es la enviada francesa a los Oscar.
Ese mismo martes y en la misma locación, va The Zone of Interest, que es la primera película del británico Jonathan Glazer en 10 años. Y el miércoles se estrena la uruguayo-argentina, El viento que arrasa de Paula Hernández, mejor película latinoamericana en el festival de Mar del Plata.
La entrada en el Pavilion Vik también es gratuita pero, por cuestiones de aforo, hay que reservar por la web.
Según datos oficiales, en las funciones de apertura y cierre en la Bajada se ha llegado a más de mil espectadores. Las funciones del Pavilion VIK tiene un aforo de 270 personas (y por eso conviene reservar) y se suelen hacer dos vueltas.
La programación también incluye una competencia de cortometrajes con cinco estrenos nacionales. Allí están Fortezza, de Mica Tyler y Daniil Bielosheikin; Migrar, de Lucía Haro; Yakuza de Augusto Tejada; Lo que queda para mañana de Federico Casal y Black Cube de Gabriel Pagola.
Van antes de las funciones de los largometrajes y serán premiados por un jurado en el que están Paula Hernández, el director y guionista uruguayo afincado en Los Angeles, Rodo Sayagués y la cineasta chilena Dominga Sotomayor. El público vota en las dos secciones.
“Compartir con la audiencia el precioso atardecer uruguayo, despedir el día juntos y que minutos después empiece la película”, dijo Rubio Pittaluga. “No hay mejor experiencia que esa”
El cine como un acto de encuentro, como algo mágico, como parte del paisaje. ¿Hay algo más lindo? No. Doy fe de eso.