Con información de Efe
Muchos chicos aficionados a Venom, el personaje de Marvel, uno de los seres más reconocidos del universo de Spider-Man y que vuelve a la pantalla en su tercera y última entrega, ya ven a Tom Hardy como una especie de héroe. Pero ahora, el regreso de su singular personaje viene cargado de una intención de ser un modelo “con el que los niños puedan conocerse a sí mismos”, dijo el propio Hardy en una entrevista.

El popular enemigo de Spider-Man regresa hoy a las salas con Venom: el último baile, una vez más con Tom Hardy como figura y ahora con Kelly Marcel tomando el lugar de directora.

En la previa, en entrevista con Efe durante un evento promocional en México, Tom Hardy defendió la importancia de los referentes heroicos para que los jóvenes puedan desarrollar su “imaginación y creatividad”.

“Creo que la naturaleza simbólica de los superhéroes nos permite que los niños se puedan identificar con la superación de dificultades o sentimientos como la esperanza y cumplir sus sueños”, dijo. “No de la manera en que se identifican al defender, por ejemplo, un equipo de fútbol, sino como alguien que los alienta o empodera”.

Al igual que los jóvenes aprenden a conocerse y a convivir consigo mismos, así el simbionte Venom es un ser alienígena con comportamiento de parásito, que necesita ser huésped en el cuerpo de un ser vivo. En este caso es Eddie Brock, el personaje encarnado por Hardy, con el que se fusiona y a quien todo el tiempo intenta entender, en un tono de comedia que se volvió más efectivo en la segunda película de la serie.

Tras haberse enfrentado a numerosos villanos en Venom (2018) y Venom: Carnage liberado (2021 y entre las más vistas de Netflix desde que llegó a la plataforma), para esta tercera entrega Eddie y su simbionte habrán huido a México, lugar donde inesperadamente les aguardan algunas nuevas amenazas.

Perseguidos por el mundo humano de Eddie y el extraterrestre que finalmente da con la ubicación del simbionte, tendrán que tomar una decisión definitiva que marcará la pauta de este último baile del título.

A pesar de que las comparaciones son odiosas, Tom Hardy no pudo evitar plantearse si la típica máscara característica de los luchadores mexicanos sirvió como inspiración para el dibujante del antihéroe, que como en anteriores historias continuará sembrando “semillas de destrucción”.

“Creo que lo que siempre es interesante de un antihéroe es que un héroe prototípico siembra las semillas de su propia destrucción, por lo que se prepara para el fracaso sin saberlo, y luego le pasa algo y aprende”, dijo. “Mientras que un antihéroe hace ambas: se prepara para recibir las semillas de la destrucción, pero luego lo niega haciendo algo diferente”.

Foto: Cortesía de Sony Pictures

Como el blanco y negro del traje de Venom, para Hardy los humanos tienen “un lado bueno y uno malo”, así que en esta película se podrá ver cómo el personaje tiene que decidir una vez más entre su versión más “animal”, una en la que siempre se quiere satisfacer los deseos más primitivos, y ese componente racional legítimo que le dice (y nos dice): “No puedes comportarte así, debe haber algún tipo de orden en el caos”.

Hardy, además de protagonista, aportó en esta entrega en la construcción de la historia, mano a mano con Kelly Marcel que, tras escribir los guiones de las entregas anteriores, no solo reincide en su rol sino que se lanza a debutar como directora. Juntos fueron al evento promocional de México y juntos rodaron en España una película que, según las primeras impresiones, es divertida y perfecta para los fanáticos de la saga.

Con embargo casi hermético por parte del estudio Sony, la impresión recién lanzada de Variety deja entender que aquí se vuelve a apostar todo a la tónica de buddy comedy de Carnage liberado, con rienda suelta para la imaginación. Quizás por ser el final de la saga, dice el crítico Owen Gleiberman, Venom: el último baile se siente desmesurada. Es difícil imaginarle otra forma a la despedida de esta dupla, que vuelve para ser heroica o darlo todo en el intento.