Emily Blunt brilla como Mary Poppins en el regreso de la niñera mágica

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Imagen promocional de "El regreso de Mary Poppins"

Estreno

La nueva versión de un clásico va el sábado en José Ignacio, y se estrena en salas el 24 de enero

Los zapatos de Mary Poppins son muy difíciles de llenar. Personaje fascinante que marcó una generación y se convirtió en clásico, de la mano de Walt Disney se transformó en un éxito sin precedentes.

La película, de 1964 y estrenada en Uruguay dos años después, consiguió 13 nominaciones a los Oscar, incluyendo la de mejor película, y se llevó cinco estatuillas, entre ellas la de mejor actriz, único galardón de la Academia para Julie Andrews.

Con un precedente así, estar a la altura de una secuela iba a ser todo un desafío para Disney, que en 2015 anunció el proyecto. Tampoco es un hecho aislado: retomar a la niñera y aggiornarla, es parte de un plan del estudio por generar remakes de títulos con historia propia.

Con una regular Alicia en el país de las maravillas de la mano de Tim Burton, en 2010 comenzó toda una nueva era para una serie de personajes. En esta década, entre superhéroes, viajes intergalácticos y animaciones, aparecieron, con resultados dispares, La Cenicienta; Oz, el poderoso (precuela de la de 1939); El llanero solitario, basada en la popular serie; Maléfica, con la villana de La Bella Durmiente en el rol central; El libro de la selva y La Bella y la Bestia.

El regreso de Mary Poppins está en sintonía con esos lanzamientos, y comparte la característica de tener a una actriz muy famosa como eje. Acá es Emily Blunt la que recupera el paraguas parlante de la niñera, y es la principal estrella en un elenco en el que figuran Meryl Streep y Colin Firth con papeles pequeños, y Lin-Manuel Miranda, Ben Whishaw, Emily Mortimer y Julie Walters, entre otros.

La película llegará a salas comerciales el 24 de enero, pero antes se podrá ver con entrada libre y bajo las estrellas. Es la elegida para cerrar, el sábado próximo sobre el atardecer, la novena edición del José Ignacio International Film Festival, el festival que arrancó ayer con Cold War y tendrá otras exhibiciones hoy, el martes, el miércoles y el viernes.

En cualquier contexto que elijan verla, es un buen plan familiar para el verano. Aunque por debajo de la original, El regreso de Mary Poppins es un momento de disfrute.

La nueva

Homenaje multicolor

Primero, una confesión: hay una debilidad personal por Emily Blunt que viene, y perdón por la frivolidad, de El diablo viste a la moda. La actriz es de esas que hacen parecer fácil lo difícil. Tanto le da ser una asistente de mal genio y prejuicios de sobra (El diablo...), una novia en una relación estancada (Eternamente comprometidos), una granjera de armas tomar en una aventura futurista (Looper: asesinos del futuro) o una atormentada agente del FBI (Sicario): Blunt sale siempre bien parada.

Con Mary Poppins no sólo no hay excepción, sino que uno atraviesa la película con la sensación de que la mujer nació para suceder a Julie Andrews. Su exquisito acento británico, la delicadeza con la que gesticula, el elegante modo en el que gira la cabeza, son detalles que hacen de El regreso de Mary Poppins una película hermosa. Con algunos tropiezos y no tan buena como la de hace más de medio siglo, pero hermosa igual.

El regreso de Mary Poppins. Foto: Difusión
El regreso de Mary Poppins. Foto: Difusión

El film de Rob Marshall (Chicago) se sitúa dos décadas después de la original, de nuevo en Londres y en casa de la familia Banks. En medio de una crisis, Mary Poppins vuelve, dice, “para cuidar a los niños Banks”. Y aunque en el hogar ahora hay tres pequeños revoltosos que serán sus compañeros de aventura, su referencia es a los niños Banks originales, que ahora son adultos, Michael y Jane, a punto de quedar a la deriva.

La niñera llega para traer color a sus vidas. El azul y el rojo de su atuendo, y los celestes, amarillos y rosas de los mundos que ofrecerá, son un constante contraste con el marrón, el verde inglés y el gris del hogar, la ropa de los que lo habitan y el paisaje. El final de tonos vibrantes es el reflejo perfecto de su presencia.

Después, hay frases, personajes, escenas y hasta Dick Van Dyke rindiendo tributo a la original (incluyendo la visita a un mundo animado). No hay tanta música, ni una canción como “Supercalifragilisticoexpialidoso” (“Trip a Little Light Fantastic” es la que más se acerca, y le falta), y tiene algunos pasajes lentos y un número de baile muy largo.

Pero Mary Poppins es Mary Poppins, y esta nueva película es una aventura linda de ver, capaz de sacar sonrisas y algunas lágrimas, y un nuevo logro para la carrera de una actriz que, dijo, se pregunta qué hará después de esto. Su sueño era ser Mary Poppins, pero como su personaje repite, todo es posible, incluso lo imposible.

A veces, el cine sólo tiene que hacernos creer eso.

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