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Hace 32años, Nicolas Cage se pavoneó en el set de un programa de entrevistas británico para promocionar su película Corazón salvaje. Después de realizar una voltereta y varios movimientos de estilo kung fu, se quitó la camiseta, se la arrojó al sorprendido anfitrión y se volvió a poner la chaqueta de cuero sobre el pecho desnudo.

“¡Me lo voy a pasar genial!”, avisó.

Los fanáticos que apreciaron esa versión de Cage, el que parece ansioso en cualquier momento por prenderle fuego a algo, estarán emocionados de saber que lo resucita en su última película, El peso del talento. En la película, que se estrena mañana en cines uruguayos, interpreta a Nick Cage, una versión de su yo contemporáneo agobiado por las deudas y emocionalmente torturado, pero también interpreta a Nicky Cage, una réplica odiosa de su yo joven.

La película comienza cuando el actual Cage, cansado y amargado, acepta un millón de dólares para viajar a Mallorca y presentarse en el cumpleaños de un superfan rico, Javi (Pedro Pascal), quien podría ser un capo de la droga. Javi quiere que Cage colabore en una película y se fume porro y tome ácido con él; la CIA quiere que Cage se infiltre en lo que cree que es la red de narcóticos de Javi y ayude a rescatar a la hija secuestrada de un político español. Cage principalmente quiere beber y estar en la piscina. La película es un metacomentario sobre la realización cinematográfica, sobre el paso del tiempo y sobre el propio actor mientras su yo pasado y presente discuten sobre quién es realmente.

Fue idea de Cage basar a Nicky Cage en aquella aparición televisiva de hace mucho tiempo. “En ese momento, pensé que era divertido, vergonzoso y arrogante”, dijo. “Ciertamente no volvería a hacer algo así”.

Hay muchas cosas que ya no haría, dijo, ahora que tiene 58 años; ahora que ha ganado un Oscar (por Adiós a Las Vegas, en 1996); ahora que ha hecho más de 100 películas; ahora que ha tenido cinco esposas y dos hijos, con un tercero en camino; ahora que sabe lo que siente acerca de sí mismo y su carrera.

Una de las cosas de las que se arrepiente, por ejemplo, fue su decisión de comerse una cucaracha viva mientras filmaba la película de 1988 El beso del vampiro.

“Todavía me siento mal por la cucaracha”, dijo. “No puedo evitarlo. Empiezas a tratar de averiguar qué está pasando en sus cabezas”.

El Cage de hoy es comedido, cortés, reflexivo y discursivo.

La idea de hacer que Cage se interpretara a sí mismo en una película sobre sí mismo vino del director, Tom Gormican. Cage rechazó repetidamente la premisa hasta que Gormican le escribió una carta con su visión.

“Necesitaba entender cuáles eran nuestras intenciones”, dijo Gormican. “Estábamos tratando de hacer de esto una celebración de su carrera”.

Los seguidores de Cage encontrarán en la película muchos chistes internos: homenajes a Contracara, Adiós a Las Vegas e incluso al clásico meme “Not the bees”. escena de El hombre de mimbre. Pero los personajes de la película también abordan preguntas directas como si Cage malgastó su atractivo al aparecer en demasiadas películas, o si sus personajes gritan demasiado, o si parte de su trabajo reciente es tan autorreferencial de su trabajo anterior como para acercarse a la parodia.

Cage, quien finalmente saldó sus deudas y le pagó a Impositiva se resiste a la idea de que alguna vez asumió un papel con fines cínicos o trabajó a un nivel inferior al 100%. Esa no es una opinión universal. Left Behind (2014), por ejemplo, obtuvo una calificación de 0% en el Tomatómetro en Rotten Tomatoes. “Con un aspecto gomoso que distrae con un casco de cabello falso y oscuro, parece haber sido retocado con Photoshop en la película”, escribió Christy Lemire de RogerEbert.com sobre la actuación de Cage.

El actor reconoció que no todo funcionó, pero dijo que cada película que hizo siempre tenía al menos una escena o un elemento del que podía sentirse orgulloso. “Quiero dejar constancia de algo”, dijo. “Cualquiera que sea esta percepción o aura que haya tomado internet o ciertos cuerpos críticos en los medios, hay un hecho real, en mi opinión: lo que tenía que hacer para salir de la deuda, lo hice con el mismo nivel de compromiso que siempre tuve.

Continuó: “Mantengo el trabajo, y si en esta película hubo comentarios como, ‘¿Qué te pasó?’, el hecho es que pude interpretar a ‘Nick Cage’ como lo hice porque nunca dejó de funcionar. Seguí practicando y perfeccionándome Ahora me siento más cerca que nunca de mi musa y mi instrumento”.

En una broma recurrente en la película, la gente sigue diciéndole a Cage que “ha vuelto”. Él siempre responde: “No es que haya ido a ningún lado”. De hecho Nicolas Cage siempre estuvo cerca, fuimos nosotros los que no nos dimos cuenta.