"Esta película fue la mayor expresión de mi dolor. A veces, cuando no tienes las palabras para hablar, tienes que pasar a la página y escribirlas”, dijo Daniel Levy a la edición británica de Vogue a principios de este año.

El actor de las premiadas series Schitt’s Creek y Sex Education debutó como director con Despertar del duelo, una sensible comedia dramática que protagoniza y donde aborda el dolor y la superación de una pérdida, la amistad y el autoconocimiento.

La película, con 100 minutos de duración, es la primera colaboración entre Netflix y Not a Real Production Company, la productora de Levy, y una de las primeras apuestas de la plataforma este 2024 al género de las comedias dramáticas con trasfondo LGBTQIA+.

En ella, Levy traslada a la pantalla con delicadeza un proceso personal: durante la pandemia el canadiense perdió a su abuela y poco tiempo después, a una mascota querida. Estos procesos inspiraron Good Grief, la producción del gigante del streaming en su título original en inglés.

En la ficción la trama sigue a Marc (Levy), un artista que dejó de pintar después de la pérdida de su madre y vivía feliz a la sombra de su esposo Oliver (Luke Evans). Oliver es un escritor exitoso y sus libros, con dibujos e ilustraciones de Marc, lo elevaron a una figura popular en el ambiente literario.

Repentinamente, el autor muere en un accidente automovilístico. Marc se enfrenta con el dolor de una pérdida inexplicable y encontrará en sus amigos el apoyo para enfrentar los días más duros. Sophie (Ruth Negga), que tiene una complicada relación con su novio y necesita constantes estímulos para sentirse viva, y Thomas (Himesh Patel), expareja de Marc y también su mejor amigo, le ayudarán durante un año a sanar la herida.

Y es aquí, en la representación de atravesar un proceso tan duro en cuanto la muerte de un ser querido, que se empieza a lucir uno de los méritos del texto de Levy: la sutileza. Aunque no hayan secuencias excesivamente dramáticas, el actor y director logra transmitir el peso y los pormenores de un duelo.

Foto: Netflix

Así, tras un año sumergido en la depresión y tratando de procesar la pérdida, Marc se anima a abrir una carta que Luke le había entregado minutos antes del fatídico accidente. Allí descubre un mensaje inesperado y agridulce, y es cuando se da un giro en el guion.

Resulta que la pareja mantenía una relación “con algunas concesiones”, sobre todo de parte de Oliver. Y al ocuparse de la herencia de su esposo, Marc le descubre una suerte de doble vida en París.

Para ir a fondo en la historia que acaba de conocer, el protagonista decide viajar junto a Sophie y Thomas. Desde ese momento, la “ciudad de la luz” se convierte en el escenario donde enfrentarán, los tres, verdades duras pero necesarias sobre si mismos.

El viaje marcará una especie de reconexión entre los amigos, donde cada uno sacará sus dolores para afuera. Allí, entre el retrato de la pérdida y la complejidad de las amistades adultas, la película encuentra el sitio para fijar su fortaleza.

Marc descubrirá cosas sobre sí mismo enfrentando al pasado, pero también al presente: conocerá a Theo, interpretado por Arnaud Valois, un potencial nuevo amor con quien entablará diálogos reflexivos.

Foto: Netflix

Y aunque hay un encuentro dramático con el ex affaire de su esposo, allí se notará la decisión de Levy en no complejizar la situación de Marc, y dar espacio para su vinculo con Sophie y Thomas, lo que se convierte en otro de los aciertos de la película.

En esa decisión se dan conmovedores diálogos entre el trío, como el que sucede arriba de la rueda gigante de un parque de diversiones: Sophie reconoce su compleja búsqueda por descubrir lo que realmente quiere y Thomas, la raíz de su soledad.

“Hubo momentos, mientras escribía la película, en los que creo que estaba teniendo una conversación conmigo mismo”, dijo Levy en la mencionada entrevista con Vogue. “Algunos de esos momentos fueron respuestas a mis propias preguntas”, añadió.

Despertar del duelo es, en definitiva, una recomendable película no solamente porque aborda el duelo lejos de los manuales —de estas situaciones cada uno sale como puede, a su tiempo— sino también porque tiene belleza y muestra, de manera liviana, que la búsqueda de uno mismo está atravesada por el dolor, por los amores, y por el poder reparador de la amistad.

Una de las escenas finales, cuando su contadora le revela a Marc la lección que aprendió tras la pérdida de su esposa y le dice por qué no debe, él también, repetir el error, es quizás el resumen perfecto para esa obra que ya puede ser considerada una joya del catálogo de películas originales de Netflix: “El evadir la tristeza, es también evadir el amor”.